“La destrucción del manglar [Tajamar] no es un asunto trivial, pues la devastación de 57 hectáreas de terreno que luchaba por sobrevivir debe mover conciencias”, planteó...
Este parque por muchos estuvo en pésimas condiciones, sin alumbrado, banquetas quebradas, era un foco de infección, lugar de drogadicción, prostitución e inseguridad, ahora familias enteras...