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EE.UU. ha creado una fuerza clandestina de unos 60.000 agentes que operan por todo el mundo, según una investigación periodística

En la última década, el Pentágono ha creado una fuerza encubierta de alrededor de 60.000 agentes secretos, descubrió la revista estadounidense Newsweek en el marco de una investigación periodística que duró dos años.

Según un artículo publicado este lunes, se trata de un programa extenso denominado ‘Signature Reduction’ (‘Reducción de la firma’ en inglés), que incluye a oficiales tanto uniformados como vestidos de civiles, desplegados en EE.UU. y en el extranjero.

De ellos, más de la mitad son fuerzas especiales, que trabajan en zonas de guerra, pero también en lugares donde no se libran conflictos, como Corea del Norte e Irán. El segundo grupo más grande son especialistas de inteligencia. Asimismo, destacan los ‘ciberguerreros’, la categoría más novedosa y que aumenta más rápido que las demás.

El nivel del cambio de identidad de los agentes varía según sus tareas, siendo el más alto reservado para los efectivos que tienen que pasar el control de pasaportes bajo nombres falsos. Para tales casos, existen varios métodos de ocultar sus datos biométricos. Se trata de enfoques tanto físicos —por ejemplo, el uso guantes y máscaras de silicona que simulan las huellas dactilares y la apariencia de otra persona— como digitales. Así, se afirma que EE.UU. podría ‘hackear’ las bases de datos biométricos de otros Estados para insertar en ellas temporalmente los registros necesarios.

En cuanto al volumen económico del programa, los periodistas aseguran que involucra a 130 empresas que ganan más de 900 millones de dólares al año. Asimismo, en él participan varias docenas de organizaciones gubernamentales secretas.

Mientras que uno de los objetivos de ‘Signature Reduction’ es la lucha contra el terrorismo, el segundo es la competencia con Rusia y China en la «zona gris […], el continuo paz-conflicto» en las relaciones de Washington con las dos potencias, asevera la revista.

Al mismo tiempo, la gigantesca fuerza clandestina contraviene varias normas legales tanto nacionales como internacionales. «Todo, desde el estado de las Convenciones de Ginebra —si un soldado es capturado por un enemigo operando bajo una identidad falsa— hasta la supervisión del Congreso es problemático», cita Newsweek a un oficial senior retirado informado sobre el programa.

Nota Principal

¡Habemus Papam! Sale humo blanco de la tercera fumata; se conocerá al nuevo Papa

¡Blanco ha sido el humo que salió de la chimenea dispuesta por los ingenieros de la Capilla Sixtina y se ha revelado que los cardenales congregados en el Cónclave, por fin llegaron a un acuerdo para elegir al nuevo Papay quien suceda a Francisco como líder de la Iglesia Católica a los ojos del mundo!

Luego de tres fumatas y de realizarse las respectivas votaciones, los cardenales reunidos en el cónclave al interior de la Capilla Sixtina, revelaron que ya hay un nuevo Papa, quien reunió los votos necesarios para ser el nuevo Sumo Pontífice tras los 12 años en los que el argentino Jorge Bergoglio, ocupó la silla papal.

Crédito: AFP

¿Qué pasa después de que sale humo blanco?

Luego de haber salido el humo blanco de la chimenea de la Capilla Sixtina y de haber revelado que ya se llegó a un consenso para encontrar a un nuevo Papa, será el cardenal protodiácono Dominique Mamberti, quien salga del balcon central de la Basílica de San Pedro para pronunciar el tradicional anuncio en latín: «Annuntio vobis gaudium magnum: ¡Habemus Papam!«, que traducido al español, significa: «Les anuncio una gran alegría: ¡Tenemos Papa!».

Después de que diga este anuncio solemne, el cardenal Mamberti comunicará a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el nombre que hayan elegido como nuevo Papa, el número 267 en la historia de El Vaticano. Entonces, tras el «¡Habemus Papam!» y luego de anunciar el nombre del nuevo Sumo Pontífice, el cardenal dirá: «Eminentissimum ac Reverendissimum Dominum [menciona en latín el nombre del cardenal que será el nuevo Papa] Sanctae Romanae Ecclesiae Cardinalem [menciona el apellido del cardenal elegido] qui sibi nomen imposiut [menciona el nombre que el nuevo Papa eligió para su pontificado]».

Esto, traducido al español, significa: «El eminentísimo y reverendísimo señor [nombre del elegido], cardenal de la Santa Iglesia Romana [apellido del elegido] que ha elegido el nombre de [nombre elegido por el nuevo Papa]».

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