Un gran jurado federal de Estados Unidos imputó este viernes a 12 agentes de inteligencia rusos por hackear la campaña de la candidata demócrata y rival de Donald Trump, Hillary Clinton, en las elecciones estadunidenses de 2016, así como al Comité Nacional Demócrata (DNC) con el fin de interferir en los comicios.
El vicefiscal general, Rod Rosenstein, informó que el fiscal especial que investiga la trama rusa, Robert Mueller, solicitó al gran jurado la imputación de 12 agentes de inteligencia del Kremlin por haber accedido a datos de una red de ordenadores de la campaña de Clinton y del secretariado del Partido Demócrata.
Los cargos anunciados este viernes por Rosenstein hacen referencia a funcionarios del servicio de inteligencia militar creado por el Kremlin en 2016, conocido como GRU, del que dos de sus unidades cometieron supuestos robos de datos electrónicos para influir en las elecciones.
Según el «número dos» de Justicia de Estados Unidos, los militares participaron en un «esfuerzo constante» por penetrar las redes de computadoras del DNC y en la campaña presidencial de Clinton para conseguir unos datos que luego difundieron en internet.
Los responsables del Kremlin comenzaron en 2016 a inocular virus en las cuentas de correo electrónico de voluntarios y trabajadores del equipo de la política demócrata, una práctica mediante la que lograron contraseñas que les permitieron entrar en otras cuentas y documentos y controlar la actividad de decenas de empleados.
En el momento de difundir los datos robados, los rusos se hicieron pasar por activistas estadounidenses y se sirvieron de Facebook y Twitter para diseminar el alcance de la información.