El tema del crimen en las elecciones ya abarcó el discurso político, dando un giro bastante inesperado a las campañas. El PRI veía que el triunfo vendría solito con el tiempo, sin hacer nada, pero no contaba con que un grupo de sicarios asesinarían a uno de sus candidatos.
Los panistas aprovecharon para irse a la yugular de gobierno, como era de esperarse, sobre todo cuando el Gobierno del Estado agarró como cantaleta electoral el haber recuperado la paz para chihuahua, una paz que solo existe en el discurso oficial.
Es por eso que el gobernador aprovechó un evento en Parral para responderles y dejarles claro que “es mezquino utilizar el tema de la seguridad y la violencia en ese sentido y más cuando hay un dolor”.
Lo interesante es que la seguridad ha sido un tema 100% político, él mismo la ha politizado siempre, desde el Congreso de la Unión donde no le perdonaba una a Felipe Calderón, desde sus días como candidato y en tiempos recientes, cuando trató de imponer la percepción de recuperación de la paz, con fines claramente políticos.
Pero aún con candidatos que renuncian por amenazas, otros secuestrados y ahora uno asesinado tras un levantón y horribles torturas, el Gobierno insiste en que todo está bien y que “no es un evento que venga a poner en riesgo el proceso, nos lastima mucho, es cierto, pero hasta ahí”.
Su seguridad sobre el proceso electoral la basa en el hecho de que ningún candidato ha solicitado protección, con lo cual desmintió a Fernando Herrera, presidente del IEE.
No es cuestión de candidatos, el crimen sigue haciendo lo que le place y el riesgo es para todos los ciudadanos, candidatos o no, e incluso si nos limitáramos a proteger a nuestros candidatos, son más de tres mil, ¿cómo proteger a todos, o a un número importante de ellos, en caso de que se desatara la paranoia y pidieran protección? No se puede.
Más que ofrecer imposibles, la obligación de las autoridades es dar con los responsables no solo de este homicidio, sino de las decenas de miles de asesinatos pendientes en Chihuahua, pues una política de seguridad de coyunturas no sirve.
El problema para el PRI, es que nadie quiere ser candidato por ese municipio, incluso el candidato panista está escondido y esto sería una grave contradicción para el PRI, que dice haber recuperado la paz, pero a la vez no puede lanzar candidatos en algunas regiones porque los matan ¿cómo resolverá Leonel de la Rosa?
A esto sumemos las amenazas de muerte que han padecido los médicos de Guachochi, cuyo jefe ayer desapareció desatando de nuevo temores públicos y privados. Al final, aseguran, se trató de un “secuestro virtual”. Probablemente es cierto, pero la gente del pueblo no lo cree y tienen miedo.
Los que también tienen miedo, pero mucho menos grave, son los panistas de Delicias, que están sintiendo a la aplanadora del Gobierno del Estado merodeándolos y es que por mera coincidencia empezaron las auditorias a los recursos públicos de Delicias, ayuntamiento que encabeza Mario Mata, a quien se considera el panista más fuerte del estado.
Pero no solo Mata trae miedo, también los alcaldes y candidatos panistas que integran el “corredor azul”, la región que va de Delicias a Jiménez, que comparte una cultura política común y es una de las zonas de mayor riesgo para el PRI. Atrás quedaron las buenas relaciones entre Palacio y dicha alcaldía, son tiempos de elecciones y los colores se imponen.
Otro panista con miedo es Miguel Jurado, quien aunque ya se cambió a los rebaños del PRI, siente que no las trae todas consigo y es que corre el rumor de que son tantos los micropartidos que lo apoyan, que a todos les ha tenido que repartir hueso, mientras que su gente está más que decepcionada pues les tocará poco o nada.
Esto es una paradoja, ya que Jurado dijo haberse ido del PAN precisamente por eso, porque pretendían imponerle a la gente y, mire nada más, acabó con casa llena de foráneos. Muchos juran que pierde e incluso ha recibido numerosas agresiones e insultos de varios panistas que no lo bajan de traidor.
Y hablando de partidos y candidatos patiños, estos no fueron invitados a los eventos políticos organizados por el Consejo Coordinador Empresarial. Uno de ellos fue la reunión a la que convocaron para conocer las propuestas de Miguel Riggs y Javier Garfio, los únicos que realmente se disputan la alcaldía.
Manuel Narváez y Emilio Flores fueron sencillamente excluidos. Los empresarios no están para perder el tiempo con sus delirios y sus farsas. Van a perder y por mucho, pues hay quienes dudan que puedan conseguir el 2% de la votación.
Como era de esperarse Narváez enfureció y pidió equidad para los candidatos, pero como también era de esperarse, lo mandaron al diablo.
Pero pasando a temas más alegres, entre tanto drama político y social, ya inició la “Exposición ganadera de Santa Rita”, un evento que se antoja para ser un éxito pues está dentro de la mancha urbana, con transporte gratuito e instalaciones de primera. Nada que objetar.
Carlos Carrera se lució, acabó en tiempo y forma y dio así cuenta de que no vale por grilla sino por eficiencia. Calladito y a trabajar, ha sabido mantenerse en un lugar secundario pero indispensable, pues ya saben que cuando quieran que algo salga bien, deben acudir con él.
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