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Salud y Bienestar

El 70% de la población ha padecido el “Síndrome del impostor”

En algún momento de su vida, más de 70% de la población en el mundo ha padecido el “Síndrome del impostor“. Una experta de la UNAM explica qué es este fenómeno psicológico.

El “Síndrome del impostor” es un fenómeno psicológico en el que quien lo padece cree que sus logros o triunfos son producto de “un golpe de suerte” o de la ayuda de los demás, pero no de su esfuerzo, capacidad, talento o creatividad, aseguró Laura Barrientos Nicolás, de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Sin embargo, éstas son creencias irracionales, y es que pese a las pruebas fidedignas como diplomas, títulos, trofeos, reconocimiento laboral, académico o público, quienes lo sufren no creen tener mérito alguno, haciendo que el sujeto no tenga confianza en sí mismo.

El “Síndrome del impostor” fue descubierto en 1978 por las psicólogas Pauline Clance y Suzanne Imes, quienes inicialmente lo detectaron en mujeres, aunque con el tiempo se supo que afecta por igual a los hombres.

Actualmente, se reconocen al menos cinco subgrupos del “Síndrome del impostor”:

Subgrupo 1: Los perfeccionistas
Los perfeccionistas establecen expectativas muy altas para sí mismos. Sin embargo, aunque cumplan con 99% de sus metas, se sentirán fracasados, porque ese 1% los hace pensar que no tienen la habilidad ni la competencia para lograr la perfección.

Subgrupo 2: Los expertos
Las personas del subgrupo de “los expertos” buscan nuevas capacitaciones, certificaciones o diplomados porque no se sienten competentes. Ante la oportunidad de un empleo, no acuden hasta que tienen la certeza de que cumplen absolutamente con todos los requisitos.

Subgrupo 3: “El genio natural”
Quienes se ubican en este subgrupo caen en la trampa mental de que si algo les costó trabajo “significa que no son tan buenos como piensan los demás”. Esto los lleva a la idea errónea de que son impostores.

Subgrupo 4: Los individualistas
Los individualistas tienen la necesidad de “hacer todo” para no sentir que son un fracaso o un fraude. Están convencidos de que tienen que hacer muchas cosas, sin pedir ayuda, para poder alcanzar el éxito.

Subgrupo 5: “Los superhumanos”
“Los superhumanos” son aquellos que se esfuerzan cada día más que los demás, por su necesidad de triunfar en todos los aspectos. Quieren ser el mejor padre, estudiante, pareja, en los negocios, etcétera, y padecen estrés constante por tales autoexigencias.

¿Qué sienten las personas con “Síndrome del impostor”?
Como no se sienten capaces, las personas que padecen el “Síndrome del impostor” viven vigilantes y temerosas de que alguien descubra que cometieron un “fraude”, causándoles culpa y provocando que se sientan como “impostores”.

Al estar sometidos al estrés de sus creencias, en estas personas predomina la inseguridad. Y llegan a padecer ansiedad, depresión y tristeza, trastornos emocionales que afectan su desempeño laboral, académico o profesional.

“Su incapacidad para reconocer sus logros, les impide disfrutarlos como ‘éxitos propios’. Además, en pacientes que son perfeccionistas, la ansiedad puede paralizarlos e impedir que encuentren una solución adecuada a determinados problemas, o causarles nerviosismo o alteraciones en la asertividad al decir y hacer”, explicó la experta.

Otra característica es la insatisfacción permanente, ya que los pacientes con este fenómeno psicológico tienen la idea de que “pudieron hacer algo mejor”, lo que lleva a la pérdida de motivación.

“Su ‘pesimismo defensivo’ los hace mentalizarse o programarse para no lograr lo que se proponen, dijo la especialista, quien agregó que estas personas “se anticipan pensando que algo no va a suceder o no van a lograrlo para que, en caso de que así ocurra, no se sientan tan lastimados”.

Celebridades como Emma Watson, actriz que interpretó a “Hermione Granger”, personaje de la saga de “Harry Potter”; Michelle Obama, abogada y escritora; Howard Schultz, fundador de Starbucks, y Neil Armstrong, primer hombre que pisó la Luna, han padecido este fenómeno psicológico.

¿Qué causa el “Síndrome del impostor”?

El “Síndrome del impostor” no tiene una causa específica, aseguró Barrientos Nicolás, quien dijo que “su origen es multifactorial, es decir, intervienen aspectos biológicos, psicológicos y sociales”.

Algunos de los factores que pueden propiciar el “Síndrome del impostor” son:

Las comparaciones o sobreestimaciones en la infancia, tales como: “tu hermana es mejor”, “no eres bueno en la escuela” o, por el contrario, “eres un campeón”.
El tipo de personalidad y la propia percepción de qué es el éxito, el fracaso y la competencia también puede causar este fenómeno psicológico.
De acuerdo con la académica, este síndrome se presenta más en personas que padecen problemas afectivos de tipo depresivo, con trastornos de ansiedad generalizada y por déficit de atención e hiperactividad.

Cuando ocasiona problemas en los niveles interpersonal, académico o laboral, quien lo padece debe buscar apoyo psicológico, de preferencia, de corte cognitivo-conductual, es decir, psicoterapia, lo cual ayudará a las personas a identificar este tipo de creencias erróneas para que no lo afecten a nivel emocional y conductual.

Y en caso de no ser suficiente el tratamiento psicológico, Barrientos Nicolás recomienda consultar a un psiquiatra.

Salud y Bienestar

Declaran al talco como probablemente cancerígeno para los humanos

La Organización Mundial de la Salud (OMS)clasificó al talco como “probablemente cancerígeno” para los humanos, de acuerdo con un informe del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, dependiente de ese organismo internacional, (CIRC/IARC) que fue publicado en la revista The Lancet Oncology.

En el mismo informe se incluyó al acrilonitrilo —un compuesto orgánico que se utiliza principalmente en textiles y plásticos— al que clasificó como “cancerígeno”.

El talco, un mineral natural extraído en diversas regiones del mundo, ha sido asociado con un riesgo aumentado de cáncer de ovario en estudios parciales en seres humanos y pruebas suficientes en animales de laboratorio. La exposición al talco se da principalmente en entornos laborales durante su extracción, molienda o procesamiento, así como en la fabricación de productos que lo contienen.

Para la población en general, el uso de cosméticos y polvos corporales que contienen talco representa la principal fuente de exposición. Sin embargo, no se puede descartar la posible contaminación del talco con amianto —un producto calificado como cancerígeno— en varios estudios humanos.

Por este motivo, los expertos no descartan ciertos sesgos en los estudios que han mostrado un aumento en la incidencia de cáncer.

En un comunicado de prensa, la OMS informó respecto de la evaluación realizada sobre el talco: “Después de revisar exhaustivamente la literatura científica disponible, el grupo de trabajo de 29 expertos internacionalesclasificó el talco como probablemente cancerígeno para los seres humanos (Grupo 2A) basándose en una combinación de pruebas limitadas para el cáncer en humanos (para el cáncer de ovario), evidencia suficiente para el cáncer en animales de experimentación y fuertes evidencia mecanicista de que el talco exhibe características clave de carcinógenos en células primarias humanas y sistemas experimentales”.

La OMS clasifica al talco como "probablemente cancerígeno" para los humanos
La OMS clasifica al talco como «probablemente cancerígeno» para los humanos

Aclaró, seguidamente, que “la clasificación del Grupo 2A es el segundo nivel más alto de certeza de que una sustancia puede causar cáncer”.

De esta forma, los expertos señalaron que “hubo numerosos estudios que mostraron consistentemente un aumento en la incidencia de cáncer de ovario en humanos que informan sobre el uso de talcos corporales en la región perineal. Aunque la evaluación se centró en el talco sin contener amianto, la contaminación del talco con amianto no pudo excluirse en la mayoría de los estudios de humanos expuestos”.

El informe también menciona que en junio, la farmacéutica estadounidense Johnson & Johnson (J&J) llegó a un acuerdo con la justicia de 42 estados en Estados Unidos en un caso relacionado con el talco, acusado de causar cánceres. A pesar de ello, una síntesis de estudios publicada en enero de 2020, basada en 250.000 mujeres en Estados Unidos, no encontró un vínculo estadístico entre el uso de talco en las partes genitales y el riesgo de cáncer de ovario.

En la década de 1970, surgió preocupación por la contaminación del talco con amianto, un mineral a menudo encontrado cerca de las fuentes de talco. Subsecuentes estudios indicaron un mayor riesgo de cáncer de ovario en las usuarias de talco.

La OMS advirtió que “también se observó cáncer de ovario en estudios que analizaban la exposición ocupacional de mujeres expuestas al talco en el industria de la celulosa y el papel. Sin embargo, no se puede excluir la confusión por la coexposición al asbesto. El aumento de la tasa se basó en un pequeño número de cánceres de ovario en esos estudios ocupacionales”.

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