CIUDAD DE MÉXICO, 12 de mayo.- En América tienen la confianza a tope. El empate a cero obtenido ante Monterrey el miércoles pasado de ninguna manera les deprime. En realidad, las Águilas no se inquietan por cerrar la serie en el estadio Tecnológico, pues fueron el mejor visitante del Clausura. Además, son el único equipo que ha vencido en el Tec a los Rayados desde octubre de 2011,

“No sé cómo vaya a pararse, cómo vaya a salir Monterrey, sé que la gente le puede exigir más, pero bueno, eso es cosa de ellos. Sabemos cómo debemos de jugar, vamos a salir a ganar, vamos a salir a atacar, a presionar, a encimarlos, porque sabemos que ellos tienen un equipo muy bueno. Esperemos tener la contundencia que nos ha venido faltando. ”, dijo el estratega americanista Miguel Herrera.

El Piojo se encuentra tranquilo. Confía a ciegas en sus dirigidos, sobre todo por lo que hicieron en los primeros 90 minutos, en donde considera que fueron muy superiores al  Monterrey. El estratega americanista ha venido analizando en las últimas horas a los regiomontanos y dice que no es un equipo intimidante.

“Yo el miércoles pasado no vi un equipo tan avasallador, no fue un equipo que fuera muy superior a su rival. Monterrey fue un cuadro que se plantó bien en la cancha, con jugadores que saben lo que hacen, pero el empate a cero pasó no porque nosotros no fuimos contundentes, no porque Monterrey fuera el equipo que todos ustedes han nombrado; simplemente es un buen equipo y que tiene un gran estratega, pero los metimos en su área.”

América necesita ganarle a Monterrey para avanzar a la final y, a pesar de que Herrera considera que los Rayados no son como los pintan, está consciente de que su equipo tendrá que hacer un partido sorprendente en la Sultana del Norte.

“Hay que estar cerca de lo extraordinario; lo perfecto es muy difícil, pero vamos con esa intención. La nuestra es matar o morir”, apuntó.

Se declara inocente; habla Walter Ayoví

La comisión disciplinaria lleva torneos explorando fórmulas para satisfacer a todos los equipos, pero lo que representa la alegría para unos, termina por ser el agobio de otros.

Mientras en vísperas de la semifinal decidió la referida comisión quitarle una suspensión a Ángel Reyna para el juego contra el América, dictaminó después que Paul Aguilar no tendría ese mismo derecho.

El implicado en el asunto era Walter Ayoví, mediocampista del Monterrey, quien tomó con serenidad la resolución de la disciplinaria. “No te puedo decir si es justo o no. Sólo sé que él me fauleó y el que dictó la jugada fue el árbitro; en ningún momento apareció alguna presión de parte nuestra”, dijo el ecuatoriano.

La molestia de la directiva americanista radicaba en que Ayoví fue golpeado en el tobillo y se tocó la rodilla en señal de dolor, lo que manifestaba una incongruencia que esperaban fuera visualizarla por la disciplinaria.

Ayoví entrecierra los ojos y retuerce la boca. “Es extraño que digan eso a su favor, si con eso tenían la intención de que le quitaran el castigo estaban en su derecho, pero la verdad es que nunca me toqué otra parte de la pierna que no haya sido el sitio donde me pegó Aguilar. Me dolió mucho y me senté a revisar el tobillo, en ese lapso tenía el apoyo de mi mano en la rodilla, jamás me la estaba sobando. Ahora ya no lo tengo, pero esa noche quedé con la marca del pisotón que me dio”.

El jugador de Rayados muestra algo de congoja porque absuelve a Paul Aguilar de toda mala intención. Dice conocer desde hace tiempo al futbolista del América y el daño que sufrió no fue producto de una mala obra, sino de la inercia que encierra la competencia. Sólo quiere que Aguilar acepte que le alcanzó con los tachones para acabar con toda la polémica.

“No fue nunca con mala intención, nunca haría algo extradeportivo para afectar a un compañero. Deben estar enojados porque a Reyna le permitieron aparecer en el juego, pero eso ya no es asunto de nosotros;  Monterrey no tiene nada que ver con las decisiones de la disciplinaria. Creo que las cosas tienen que ser limpias y a mí me tocó una falta por razones de que él llegó tarde a la jugada y me pegó, son cosas del futbol, así es este deporte y espero que pronto lo entiendan porque no fingí nada”.

Zanjada para él la penosa situación, Ayoví reitera que el Monterrey no necesita de artilugios para tomar ventaja.

“Nosotros somos un equipo que luchamos por méritos propios y conseguimos las cosas dentro del terreno de juego”, señaló. “Tenemos los mismos derechos que el América por estar en la semifinal porque ellos también han hecho un gran trabajo”, concluyó el jugador ecuatoriano de la Pandilla del Monterrey.

Humberto Suazo colabora aun sin anotar

No se desacredita ante la afición el delantero chileno Humberto Suazo por aquello de no anotar en lo que va de la liguilla. Para la plantilla sigue siendo sustancial su aporte y el cuerpo técnico confía en contar con su llamativo ingenio listo para enfrentar al América en la vuelta de la semifinal.

En el Barrial, un día antes del juego, el chileno está de un extraño buen humor a tal grado de que acepta las preguntas incómodas con una sonrisa, síntoma de la extrema confianza en la que transitan los Rayados.

“Siempre se fijan en los goles, ¿creen que si no hago anotaciones no colaboro con el equipo?”, reclamó entusiasmado, porque además, dice, no le preocupa su sequía mientras el equipo avance.

“La gente piensa que vivo por los goles, pero me deja tranquilo el trabajo colectivo”, señaló Suazo. “Lo importante es que estamos en una fase final y que todos queremos sacar el compromiso de la mejor forma”, aseveró el delantero.

Por su parte, el argentino César Delgado siente haber dejado atrás su pasado negativo con el América ahora que se enfundó la playera del Monterrey.

Los tiempos cuando le iba mal al creativo con la camiseta del Cruz Azul ya no existen en su cabeza, pero advierte de la peligrosidad de su rival en turno.

“Todos son peligrosos, aunque giran mucho en relación a Benítez y lo bueno es que es un equipo que juega abierto, por lo que podemos aprovechar eso, porque creo que en conjunto tenemos más experiencia”, señaló Delgado, que en los últimos años adquirió con el Lyon de la liga de Francia presiones de equipo grande.