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El cómico Zelenski gana la presidencia en Ucrania, según sondeos de salida

Ucrania ha decidido este domingo entregar las riendas del país a Volodímir Zelenski, un cómico sin ninguna experiencia política. Con una campaña centrada en la lucha contra la corrupción, la gran losa que pesa sobre el país, y contra el sistema, Zelenski, de 41 años, ha arrebatado la presidencia al veterano Petro Poroshenko. Y, según los sondeos a pie de urna, ha arrasado con un 72,7%. El actor, que ha sabido enganchar a los votantes al ritmo y al tono de show de su campaña, ha sacado ventaja de esa bisoñería y se ha hecho con el voto del desencanto con la élite política y la oligarquía. Zelenski liderará el último país en guerra de Europa, un Estado geoestratégico, marcado por la tensión con Rusia.

Los datos han sido tan tremendos que Poroshenko se ha apresurado ya a reconocer su derrota. El descontento de la ciudadanía por la situación económica, los constantes escándalos de corrupción que el veterano político no ha atajado en sus cinco años de Gobierno y la angustia por el conflicto en el Este, que ya ha costado la vida a unas 13.000 personas, han empujado al actor al poder. Ucrania pasa a engrosar así la lista de países que han entregado las riendas a líderes ajenos a la política en un momento de agitación política en todo el mundo, con el Brexit en el Reino Unido, la elección del magnate Donald Trump en Estados Unidos o el Movimiento 5 Estrellas en Italia.

Zelenski, que precisamente interpreta en una serie a un honrado maestro que, tras convertirse en una estrella en las redes sociales, gana las elecciones, ya lo vaticinó el viernes cuando, en el estadio olímpico de Kiev, en un debate electoral inédito, le lanzó a Poroshenko: “No soy tu oponente, soy tu sentencia”. El magnate de los dulces —conocido así porque ha hecho su fortuna con sus empresas de chocolate— lo tenía difícil para remontar. Ya en la primera ronda tuvo la mitad de votos que el cómico. Aunque pese a tener todos los sondeos en contra, Poroshenko confió en el voto oculto y en los indecisos hasta el final.

No ha podido sobreponerse al enojo de una ciudadanía hambrienta de cambios. Y esos tienen el nombre de Volodímir Zelenski. Por el actor apostó Anna Tomak, de 25 años. El suyo fue un voto contra el sistema. “Necesitamos un cambio, el país se lo merece, tenemos que luchar por ello”, afirmó la joven en un colegio electoral de Kiev. Solo un 9% de los ucranios cree en sus gobernantes. Una cifra que contrasta con la media de los países postsoviéticos, que está en el 48%. La media global se sitúa en el 56%.

Antes de votar, rodeado por un enjambre de periodistas contó que había desayunado huevos y que su esposa, Yelena, le había puesto una canción del rapero Eminem para motivarse. Muy acorde con el personaje que ha cultivado durante toda la campaña.“Hemos unido Ucrania, no importa lo que pase, será una victoria para los ucranios”, ha insistido Zelenski, con camiseta blanca, americana azul y gafas de sol. Dentro, para las decenas de cámaras que le esperaban, el actor mostró sonriente su papeleta. Y eso le ha costado una multa de unos 170 euros, cuando la policía ha acudido a su sede tres horas después. En Ucrania está prohibido mostrarla. Un capítulo más para la cronología de unas elecciones complejas, llenas de picos de tensión y que han sido un completo show.

Poroshenko todavía confiaba con darle la vuelta a las urnas. Fiándolo todo a una activa campaña en los últimos días, en la que pidió perdón por sus “errores” y con la que trató de mostrarse mucho más cercano, esperaba que el voto oculto y los indecisos revertieran la situación. O al menos que no fuera tan catastrófica como aparentaba. No pudo ser. Para muchos, la elección de este domingo ha sido un referéndum contra él y contra su Gobierno.

“Creo firmemente que durante estas elecciones debemos hacer todo lo posible para que nuestro progreso europeo —y lo que es más importante, la integración en la OTAN— no se paralicen”, confió tras votar. “No emitiremos que nadie retrase el camino de las reformas”, ha insistido Poroshenko, rodeado de personas ataviadas con las tradicionales camisas bordadas Vushyvanky, convertidas en un emblema nacional.

Fuente: El País

México

Pone ‘El Mayo’ ultimátum: me repatrian o el colapso

Ismael «El Mayo» Zambada, líder de Cártel de Sinaloa, exigió al Gobierno de México que reclame a Estados Unidos su repatriación porque, de no hacerlo, la relación entre los dos países sufrirá un «colapso».

Juan Manuel Delgado González, asesor jurídico de Zambada en México, confirmó que la petición fue presentado ayer en el Consulado General de México en Nueva York un escrito al que tuvo acceso Grupo Reforma y donde Zambada exige que lo defienda el gobierno.

Debe intervenir (el gobierno) a fin de que el presente asunto no resulte en un colapso en la relación bilateral entre ambos países, puesto que no se debe de perder de vista la irregular e ilegal manera en que el suscrito fui puesto a disposición de las autoridades de los Estados Unidos de América».

En julio del 2024, Zambada fue engañado por Joaquín Guzmán López, hijo de «El Chapo» Guzmán, fue secuestrado para llevarlo a Texas donde enfrenta cargos por delincuencia organizada, homicidio, narcotráfico en gran escala y lavado de dinero, entre otros.

En la solicitud de asistencia consular, el capo señala que si no se interviene en favor de sus derechos, políticos y funcionarios mexicanos también pueden ser secuestrados y trasladados ilegalmente al país vecino.

Por lo anterior, expresa que la respuesta del Estado mexicano «no es opcional», porque tiene la obligación ineludible de defenderlo.

«Si el Gobierno de México no actúa, el suscrito seré condenado a pena de muerte sin lugar a ninguna duda y además esto constituirá un precedente peligroso que permitiría que en cualquier momento cualquier gobierno extranjero pudiera de manera impune violentar nuestro territorio y soberanía, interviniendo para la detención de cualquier persona, incluso políticos o funcionarios del Gobierno, para ser trasladados a la jurisdicción norteamericana sin que nada suceda», manifiesta.

«Exijo y demando que el Estado mexicano cumpla con su obligación ineludible de intervenir de manera inmediata, contundente y sin margen de discrecionalidad para exigir formalmente a los Estados Unidos de América garantías y seguridades absolutas, plenas, vinculantes e irrevocables de que no se me impondrá ni se ejecutará la pena de muerte en su jurisdicción. Esta exigencia no es opcional, ni puede ser interpretada como una cuestión de oportunidad política o diplomática».

El documento firmado por Zambada advierte que, de no haber una exigencia categórica y formal de sus garantías, «constituiría una traición al sistema jurídico mexicano» y al deber del Estado de garantizar la seguridad de sus ciudadanos, sin excepción alguna.

«En este contexto, en cuanto hace a mi asunto en particular, resulta una obligación del Estado Mexicano: presentar una protesta formal ante las autoridades estadounidenses, señalando la violación del Tratado (de México y Estados Unidos para prohibir los secuestros transfronterizos) y exigiendo el respeto a la soberanía mexicana y al debido proceso legal», señala.

Solicitar la repatriación inmediata de mi persona, argumentando que mi traslado fue ilegal y que cualquier proceso judicial en mi contra debe llevarse a cabo en México, conforme a las leyes nacionales y los acuerdos internacionales vigentes».

En una parte de su escrito, el líder del Cártel de Sinaloa requiere al Gobierno de México para que pida a los estadounidenses un informe detallado de las circunstancias de su secuestro y traslado, identificando quiénes permitieron su entrada a la Unión Americana y bajo qué base legal.

También, que le informen la identidad de las personas involucradas en su traslado, tanto del lado estadounidense como del lado mexicano.

La razón por la que alega que el Gobierno federal debe exigir la cancelación del proceso al que está sometido en Nueva York, es precisamente porque el procedimiento tiene como origen su secuestro y traslado ilegal a la Unión Americana.

«Esta exigencia no es una cuestión discrecional ni sujeta a consideraciones políticas o diplomáticas», dice.

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