En Guinea se registraron 21 casos, comparado con los 57 de la semana anterior; en Liberia no se contabilizó ninguna nueva infección y en Sierra Leona se dieron 9 casos, un descenso con respecto a los 25 de la semana anterior.
«Esto demuestra que hemos logrado un progreso real», afirmó hoy en rueda de prensa Bruce Aylward, máximo responsable de la OMS para la epidemia de ébola.
«Hemos conseguido importantes metas. Estamos realmente logrando lo que nos habíamos propuesto antes de que llegara la estación de las lluvias (en mayo)», agregó el experto, director general adjunto de la OMS.
Uno de los ejemplos esgrimidos por Aylward para demostrar su optimismo es el hecho que la semana pasada se dieran 30 casos, cuando siete días antes se registraron 82 y la anterior 150.
Un descenso que confirma la tendencia general de control de la enfermedad.
Pero aún queda mucho por hacer dado que no solo ha habido altos y bajos en esta tendencia desde principios de año, sino que aún hay graves problemas por resolver.
Entre ellos que aún más de la mitad de los nuevos casos surgen de cadenas de infección no controladas.
«Esto es un problema, pero también hay que tener en cuenta que ahora, en números absolutos, hay muy pocos contagios, con lo que los casos que se nos escapan son muy pocos», matizó Aylward.
El segundo escollo grave es que aún se detectan casos de enfermos que fueron cuidados y murieron en el hogar y no fueron trasladados a un centro sanitario, con el riesgo de contagio para el resto de la comunidad.
Consultado por cómo puede seguir sucediendo 15 meses después del primer caso y con la enorme movilización implementada en torno a la epidemia, Aylward respondió que, «a pesar de que todo el mundo es consciente de la enfermedad, no todos tienen experiencia de primera mano sobre ella y en algunos lugares es relativamente nueva».
«Hay gente que sigue prefiriendo cuidar a sus pacientes en casa y que cree que si van a un centro de tratamiento morirán, cuando en realidad tienen el doble o el triple de posibilidades de curarse», agregó.
Ayer, el Comité de Emergencia de la OMS se reunió por quinta vez para evaluar la epidemia y decidió mantener su opinión de que sigue constituyendo una emergencia sanitaria de preocupación internacional.
«Todavía existe un riesgo real de contagio y éste se mantendrá hasta que logremos cero casos», afirmó Aylward.
A pesar de la precaución de mantener el estatus de riesgo máximo, el Comité considera que el riesgo de un contagio internacional está decayendo.
Esto sucede porque cada vez hay menos casos y porque los tres países implicados siguen aplicando estrictos controles de salida.
Los miembros del Comité decidieron que, ante la situación actual, lo correcto es mantener las recomendaciones establecidas hace más de un año, es decir evitar el contagio en el interior de cada nación, mantener los controles de salida e impedir que los enfermos abandonen el país a menos que sea en una evacuación que cumpla con todas las normas de seguridad.
Además, el Comité volvió a criticar a aquellos países que mantienen medidas que van más allá de las recomendaciones del organismo, como la cuarentena de las personas retornadas de los tres países, la anulación de vuelos provenientes de esas naciones y el rechazo en frontera de ciudadanos de esa región, entre otros.
Aylward se refirió a los supervivientes de la enfermedad y señaló que se ha detectado que «un número substancial de ellos», sin especificar el porcentaje, que han registrado problemas de visión, desde molestias hasta ceguera total.
Asimismo, el experto dijo que apoya la recomendación del Gobierno de Liberia de promover el sexo seguro entre los supervivientes sine die, es decir que no se imponga un límite temporal a la precaución, dado que no se conoce durante cuánto tiempo el virus del ébola sigue activo en el semen.
En los tres países existen «centros de supervivientes» que ayudan a estas personas a lidiar con las consecuencias físicas y sociales tras la enfermedad.
En 15 meses, la epidemia de ébola en África Occidental ha infectado a 25.556 personas -confirmados, probables y sospechosos-, de las cuales 10.587 han muerto.