Gerardo Fernández es el hijo más enigmático y poco conocido de Vicente Fernández , «El Charro de Huentitán».
La inicial de su nombre está en la entrada del rancho Los 3 Potrillos , junto a la de Alejandro Fernández y Vicente Jr.
Siempre ha optado por tener un bajo perfil mediático, y la mayoría de su vida la ha dedicado al mundo empresarial.
Su mayor exposición pública fue en 2011, cuando intentó aspirar a una diputación de la coalición entre el Partido Revolucionario Institucional y el Verde Ecologista, pero los resultados no le favorecieron.
La charrería y la crianza de caballos pura sangre son cosas que comparte con su padre. Aunque dicen que cantar también se le da, no le interesó incursionar en la música.
Nació en mayo de 1976 y, señalan, en el jaripeo rebasó a su padre. Las bienes raíces son lo suyo y ahí ha enfocado parte de su carrera profesional.
Durante la hospitalización de su padre, ha acudido continuamente a verlo, pero pocas veces ha hablado con la prensa, a la que trata de evitar, y deja esa labor a su hermano, Vicente Jr.
En una de sus visitas fue asediado dentro de su auto y externó que no había nada nuevo que comentar diariamente.
Aunque ha mantenido un bajo perfil, esta semana la periodista Olga Wornat lo puso en el ojo público al asegurar que Gerardo tuvo nexos con el narcotráfico.
En más reciente libro, «El último rey», que presentó en la Feria del Libro de Guadalajara, no solo califica al menor de los Fernández como un hombre ambicioso, con relaciones turbias y capaces de robarle a su padre, a su hermano y a Juan Gabriel.
Además, el ejemplar de editorial Planeta, afirma que se quedará con todo el imperio de Vicente Fernández, pues es quien actualmente maneja el dinero del cantante.
La periodista señala directamente a Gerardo Fernández de tener una relación de amistad con Ignacio «Nacho» Coronel, uno de los lugartenientes del cártel de Sinaloa en los tiempos en que Joaquín «El Chapo» Guzmán e Ismael «El Mayo» Zambada eran líderes.