La muerte de la reina Isabel II el pasado jueves desencadenó una avalancha de dolor y a la vez tributos por parte de los líderes mundiales y de la gente común.
Muchos en las antiguas colonias británicas han honrado abiertamente la memoria de la monarca, mientras que otros han compartido fotografías de Su Majestad visitando sus respectivos países.
Pero la admiración no es unánime. Para algunos, su muerte ha despertado recuerdos de la historia en ocasiones sangrienta del gobierno colonial: atrocidades contra los pueblos indígenas, el robo de estatuas y artefactos de las naciones de África occidental, oro y diamantes del sur de África e India, esclavitud y opresión.
Si bien el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, describió a la reina como una figura pública extraordinaria que sería recordada con cariño por muchos en todo el mundo, el partido opositor Luchadores por la Libertad Económica (EFF) dijo que no estaría de luto por el fallecimiento.
«Durante su reinado de 70 años, nunca reconoció los crímenes que Gran Bretaña y su familia perpetraron en todo el mundo y, de hecho, fue una orgullosa abanderada de las atrocidades», comentó el tercer partido más grande del país en un comunicado.
Solicitan los restos de héroes africanos
Otros críticos dicen que la reina debería haber usado su poder e influencia para garantizar que se devolvieran los restos humanos de quienes lucharon contra el dominio colonial británico.
Los kenianos y sudafricanos exigen a héroes como Koitalel Samoei, quien lideró la resistencia Nandi en la actual Kenia a fines del siglo XIX, y el rey Hinstsa kaKhawula de Xhosa en Sudáfrica, quien fue asesinado en 1835.
Después de que los cuerpos fueron mutilados, sus cabezas fueron llevadas a Gran Bretaña como trofeos.
También se ha recordado la brutal matanza de kenianos durante la rebelión de Mau Mau.
Gitu Wa Kahengeri, quien se unió a la rebelión cuando era un adolescente de 17 hace 81 años, recordó haber sido detenido en un campamento por las fuerzas británicas, golpeado y privado de comida.
«Ocuparon mi tierra, mi derecho de nacimiento», dijo a la agencia de noticias Reuters. «Pero estamos de luto por la reina porque es una persona, un ser humano», dijo.
«Lamentamos que la gente muera».
El presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, quien se refirió a Isabel II como «un ícono imponente del servicio desinteresado», ha sido criticado por algunos kenianos por declarar cuatro días de duelo nacional.
Mientras, el expresidente de Botsuana, Ian Khama, fue otro de los que defendió su legado, describiéndola como insustituible.
«El colonialismo no es algo que queramos recordar, fue un período oscuro», dijo.
El continente debería verla como alguien que «trajo una nueva era desde un pasado oscuro», argumentó.
Muchos han dicho que la reina nunca se disculpó por los crímenes cometidos en nombre del imperio.
Sin embargo, reconoció «episodios angustiosos» y «difíciles», como una masacre en Amritsar, en el norte de India, en 1919.
Antes de visitar el lugar en 1997, donde un general británico ordenó a las tropas disparar contra los manifestantes en un jardín amurallado, pronunció un discurso expresando su pesar.
«La historia no se puede reescribir, por mucho que a veces deseemos lo contrario. Tiene sus momentos de tristeza y alegría. Debemos aprender de la tristeza y construir sobre la alegría«.
Trump prometió otorgar ciudadanía a migrantes en EU: ¿Quiénes podrán obtenerla?
Tras un reñido proceso electoral, Donald Trump fue declarado el ganador de las elecciones presidenciales de 2024 y asumirá como el 47º presidente de Estados Unidos en enero de 2025.
En el marco de su campaña, el expresidente sorprendió al proponer que todos los graduados internacionales de universidades estadounidenses obtengan automáticamente la ciudadanía al concluir sus estudios. Esta declaración, realizada en una entrevista en el podcast All-In el 19 de junio de 2024, ha generado gran atención y plantea preguntas sobre el futuro de la inmigración en Estados Unidos.
¿Qué inmigrantes podrán obtener la ciudadanía?
De acuerdo con CNN, Trump afirmó que su propuesta beneficiaría a los graduados internacionales de universidades estadounidenses, incluidos aquellos de colegios comunitarios, que obtengan untítulo de educación superior en el país. A los graduados que califiquen se les otorgaría una tarjeta verde automáticamente como parte de su diploma, permitiéndoles permanecer de manera permanente en Estados Unidos, sin discriminar si su estancia es legal o ilegal.
Lo que quiero hacer y lo que haré es que, si te gradúas de una universidad, creo que deberías recibir automáticamente, como parte de tu diploma, la ‘Green Card’ (tarjeta de residencia permanente) para poder quedarte en este país”, dijo Trump.
Y eso incluye también a los colegios comunitarios, cualquiera que se gradúe de una universidad. Vayas por dos años o cuatro años”, afirmó.
Trump prometió abordar el tema “desde el primer día” de su mandato.
Sin embargo, esta medida estaría sujeta a un proceso de verificación exhaustiva diseñado para asegurar que los inmigrantes no representen una amenaza para la seguridad nacional o los intereses económicos del país.
La propuesta de Trump y sus implicaciones para los estudiantes internacionales
A pesar de la popularidad de su propuesta, la postura migratoria de Trump durante su primer mandato (2016-2020) estuvo marcada por restricciones hacia los inmigrantes altamente calificados. La administración Trump aplicó diversas medidas que afectaron a los estudiantes internacionales, incluida la polémica “Prohibición de Viajes 3.0”, que limitó el acceso de estudiantes provenientes de países como Irán, Siria y Venezuela. Además, durante este período, Trump expresó abiertamente sus dudas sobre los estudiantes de origen chino, acusando en 2018 a muchos de ser espías.
El proceso de verificación para obtener la tarjeta verde
En respuesta a las preguntas de los medios, la campaña de Trump emitió una declaración de su secretaria de prensa, Karoline Leavitt, en la que subrayó que la propuesta solo se aplicaría a los graduados sometidos a un proceso de verificación exhaustivo, diseñado para excluir a aquellos que pudieran representar una amenaza para la seguridad nacional o los intereses económicos de Estados Unidos. Según Leavitt, “creemos que solo después de dicha verificación, debemos mantener a los graduados más capacitados, quienes no perjudicarán los salarios o los empleos estadounidenses”.