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Opinión

El ‘momentum’ de Morena. Por Caleb Ordóñez Talavera

Las aguas se van calmando, los ánimos se relajan y la poderosa maquinaria morenista se aceita hacia las elecciones más grandes de la historia.

Caleb Ordóñez T.

El ejemplo de institucionalidad que dio Omar García Harfuch, retumbó en todo el país.

El experimentado policía ganó todas y cada una de las encuestas, por paliza y aún así se disciplinó ante la decisión de que fuera Clara Brugada la candidata para el gobierno de la CDMX.

Harfuch ya sabía desde antes de llegar al hotel Camino Real de polanco, que no era el elegido. Sin embargo su talante militar lo hizo presentarse y no hacer ningún gesto que mostrara enojo o incluso tristeza, luego de tan decepcionante instrucción.

Todo pudo quedarse en un evento más. Pero la actitud de Harfuch dejó un precedente a todos los que buscan una candidatura representando al partido oficialista: No habrá espacios para lloriqueos o indisciplinas. Este Morena busca instruir mucho más la obediencia, que la que tanto presumía el priísmo de antaño.

Aquí no importa lo que digan las encuestas, la popularidad en las calles o la calidad de hojas de vida. Quienes busquen candidaturas, deberán vender su alma al proyecto de Claudia Sheinbaum. No habrá claroscuros, ni tibiezas.

Harfuch se “cuadró” ante el poderoso dedazo. Y esa situación pudo haber influido en el ánimo de unidad, incluso hasta las oficinas de un ex precandidato inconforme hasta la médula.

Ebrard: A levantar el barco.

El retorno del hijo pródigo Marcelo Ebrard, no es más que la confirmación de esta estrategia totalitaria, que busca radicalizar, aún más, a los fieles del presidente López Obrador.

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Opinión

La semilla. Por Raúl Saucedo

Libertad Dogmática

El 4 de diciembre de 1860 marcó un hito en la historia de México, un parteaguas en la relación entre el Estado Mexicano y la Iglesia. En medio de la de la “Guerra de Reforma», el gobierno liberal de Benito Juárez, refugiado en Veracruz, promulgó la Ley de Libertad de Cultos. Esta ley, piedra angular del Estado laico mexicano, estableció la libertad de conciencia y el derecho de cada individuo a practicar la religión de su elección sin interferencia del gobierno.

En aquel entonces, la Iglesia Católica ejercía un poder absoluto en la vida política y social del país. La Ley de Libertad de Cultos, junto con otras Leyes de Reforma, buscaba romper con ese dominio, arrebatándole privilegios y limitando su influencia en la esfera pública. No se trataba de un ataque a la religión en sí, sino de un esfuerzo por garantizar la libertad individual y la igualdad ante la ley, sin importar las creencias religiosas.
Esta ley pionera sentó las bases para la construcción de un México moderno y plural. Reconoció que la fe es un asunto privado y que el Estado no debe imponer una creencia particular. Se abrió así el camino para la tolerancia religiosa y la convivencia pacífica entre personas de diferentes confesiones.
El camino hacia la plena libertad religiosa en México ha sido largo y sinuoso. A pesar de los avances logrados en el lejano 1860, la Iglesia Católica mantuvo una fuerte influencia en la sociedad mexicana durante gran parte del siglo XX. Las tensiones entre el Estado y la Iglesia persistieron, y la aplicación de la Ley de Libertad de Cultos no siempre fue consistente.
Fue hasta la reforma constitucional de 1992 que se consolidó el Estado laico en México. Se reconoció plenamente la personalidad jurídica de las iglesias, se les otorgó el derecho a poseer bienes y se les permitió participar en la educación, aunque con ciertas restricciones. Estas modificaciones, lejos de debilitar la laicidad, la fortalecieron al establecer un marco legal claro para la relación entre el Estado y las iglesias.
Hoy en día, México es un país diverso en materia religiosa. Si bien la mayoría de la población se identifica como católica, existen importantes minorías que profesan otras religiones, como el protestantismo, el judaísmo, el islam y diversas creencias indígenas. La Ley de Libertad de Cultos, en su versión actual, garantiza el derecho de todos estos grupos a practicar su fe sin temor a la persecución o la discriminación.
No obstante, aún persisten desafíos en la construcción de una sociedad plenamente tolerante en materia religiosa. La discriminación y la intolerancia siguen presentes en algunos sectores de la sociedad, y es necesario seguir trabajando para garantizar que la libertad religiosa sea una realidad para todos los mexicanos.

La Ley de Libertad de Cultos de 1860 fue un paso fundamental en la construcción de un México más justo y libre. A 163 años de su promulgación, su legado sigue vigente y nos recuerda la importancia de defender la libertad de conciencia y la tolerancia religiosa como pilares de una sociedad democrática y plural.
Es importante recordar que la libertad religiosa no es un derecho absoluto. Existen límites establecidos por la ley para proteger los derechos de terceros y el orden público. Por ejemplo, ninguna religión puede promover la violencia, la discriminación o la comisión de delitos.
El deseo de escribir esta columna más allá de conmemorar la fecha, me viene a deseo dado que este último mes del año y sus fechas finales serán el marco de celebraciones espirituales en donde la mayoría de la población tendrá una fecha en particular, pero usted apreciable lector a sabiendas de esta ley en mención, sepa que es libre de conmemorar esa fecha a conciencia espiritual y Libertad Dogmática.

@Raul_Saucedo
rsaucedo@uach.mx

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