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El Nuevo Aeropuerto, la mejor opción, aunque hay 5 riesgos de corrupción en la obra: IMCO

En la consulta planteada para el próximo mes de octubre por el presidente electo Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en la que se preguntará a la ciudadanía si se prosigue con la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAICM), o se opta por construir dos pistas nuevas en la base aérea de Santa Lucía, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) lo tiene claro: la obra del NAICM debe continuar.

Así lo expone en su informe Nuevo Aeropuerto Internacional de México, un proyecto indispensable: riesgos y oportunidades, en el que destaca, por un lado, que el nuevo aeropuerto “es la mejor alternativa” para atender la creciente demanda de transporte aéreo de los mexicanos, y por otro, que una hipotética cancelación del proyecto costaría al país 120 mil millones de pesos.

Ahora bien, pese a estar a favor del proyecto, la obra del nuevo aeropuerto tampoco está exenta de “puntos críticos” y de “riesgos de corrupción”, advierte el IMCO.

Entre esos puntos críticos, la organización civil destaca, por ejemplo, la falta de control interno en los procesos de adjudicación de los contratos, la entrega de recursos a empresas con antecedentes en escándalos de corrupción, y la firma de convenios por 7 mil millones de pesos entre dependencias públicas que no están sujetos a mecanismos de vigilancia.

A continuación, Animal Político te presenta los principales “riesgos de corrupción” detectados por el IMCO en la obra del nuevo aeropuerto, que está llevando el Grupo Aeropuertario de la Ciudad de México (GAICM), la empresa de participación pública responsable del NAICM.

Convenios por más de 7 mil millones sin mecanismos de control
Uno de los grandes ‘puntos rojos’ que plantea el informe del IMCO es la firma de 46 convenios entre el Grupo Aeropuertario de la Ciudad de México y 19 dependencias públicas, como la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), por un total de 7 mil 365 millones de pesos para la realización de servicios.

¿Y por qué es un punto rojo? Porque estos convenios se realizaron aprovechando un resquicio legal en el artículo 1 de la ley de adquisiciones, que establece que dos dependencias de gobierno pueden firman convenios sin pasar por ningún mecanismo de control, como la licitación pública, dejando la puerta abierta a la subcontratación de empresas fantasma.

Así pasó en el caso de La Estafa Maestra documentado por Animal Político, en el que 11 dependencias de gobierno desviaron 7 mil millones de pesos a 150 empresas irregulares, a través de la firma de convenios con 8 universidades públicas que hicieron de intermediarias en el desvío.

“Los convenios de colaboración son un elemento que la legislación mexicana permite, pero que en realidad constituyen una de las peores prácticas en términos de transparencia y rendición de cuentas”, recalca el IMCO, que añade que en este tipo de convenios “no existe nada similar” a un dictamen que justifique que la obra o servicio deba realizarse por una dependencia de gobierno en particular, ni tampoco hay una obligación de mantener una bitácora actualizada de los trabajos, “ni mucho menos, una forma de probar que los sobrecostos que se han pagado por las obras se hayan justificado”.

Un ejemplo de lo anterior, es el convenio firmado entre el GACM y la Sedena por mil 547 millones de pesos para construir la barda perimetral del NAICM. Un convenio, destaca el IMCO, en el que “más allá del argumento de seguridad nacional, no existe ningún documento que avale a la Sedena como la entidad idónea para construir dicha barda”.

Aunque la firma de estos convenios entre el GACM y dependencias de gobierno no significa, o al menos no hay evidencia de ello, que se esté subcontratando a empresas al estilo ‘La Estafa Maestra’, el IMCO pide a las autoridades de fiscalización que hagan un seguimiento de dichos convenios.

Lo anterior, “para garantizar que los bienes y servicios adjudicados se hayan entregado a tiempo, que las dependencias que firmaron los convenios no hayan echado mano de subcontrataciones en los casos que esto no estaba contemplado y, que los sobrecostos pagados (si es que los hubo), estén debidamente justificados”.

México

Pone ‘El Mayo’ ultimátum: me repatrian o el colapso

Ismael «El Mayo» Zambada, líder de Cártel de Sinaloa, exigió al Gobierno de México que reclame a Estados Unidos su repatriación porque, de no hacerlo, la relación entre los dos países sufrirá un «colapso».

Juan Manuel Delgado González, asesor jurídico de Zambada en México, confirmó que la petición fue presentado ayer en el Consulado General de México en Nueva York un escrito al que tuvo acceso Grupo Reforma y donde Zambada exige que lo defienda el gobierno.

Debe intervenir (el gobierno) a fin de que el presente asunto no resulte en un colapso en la relación bilateral entre ambos países, puesto que no se debe de perder de vista la irregular e ilegal manera en que el suscrito fui puesto a disposición de las autoridades de los Estados Unidos de América».

En julio del 2024, Zambada fue engañado por Joaquín Guzmán López, hijo de «El Chapo» Guzmán, fue secuestrado para llevarlo a Texas donde enfrenta cargos por delincuencia organizada, homicidio, narcotráfico en gran escala y lavado de dinero, entre otros.

En la solicitud de asistencia consular, el capo señala que si no se interviene en favor de sus derechos, políticos y funcionarios mexicanos también pueden ser secuestrados y trasladados ilegalmente al país vecino.

Por lo anterior, expresa que la respuesta del Estado mexicano «no es opcional», porque tiene la obligación ineludible de defenderlo.

«Si el Gobierno de México no actúa, el suscrito seré condenado a pena de muerte sin lugar a ninguna duda y además esto constituirá un precedente peligroso que permitiría que en cualquier momento cualquier gobierno extranjero pudiera de manera impune violentar nuestro territorio y soberanía, interviniendo para la detención de cualquier persona, incluso políticos o funcionarios del Gobierno, para ser trasladados a la jurisdicción norteamericana sin que nada suceda», manifiesta.

«Exijo y demando que el Estado mexicano cumpla con su obligación ineludible de intervenir de manera inmediata, contundente y sin margen de discrecionalidad para exigir formalmente a los Estados Unidos de América garantías y seguridades absolutas, plenas, vinculantes e irrevocables de que no se me impondrá ni se ejecutará la pena de muerte en su jurisdicción. Esta exigencia no es opcional, ni puede ser interpretada como una cuestión de oportunidad política o diplomática».

El documento firmado por Zambada advierte que, de no haber una exigencia categórica y formal de sus garantías, «constituiría una traición al sistema jurídico mexicano» y al deber del Estado de garantizar la seguridad de sus ciudadanos, sin excepción alguna.

«En este contexto, en cuanto hace a mi asunto en particular, resulta una obligación del Estado Mexicano: presentar una protesta formal ante las autoridades estadounidenses, señalando la violación del Tratado (de México y Estados Unidos para prohibir los secuestros transfronterizos) y exigiendo el respeto a la soberanía mexicana y al debido proceso legal», señala.

Solicitar la repatriación inmediata de mi persona, argumentando que mi traslado fue ilegal y que cualquier proceso judicial en mi contra debe llevarse a cabo en México, conforme a las leyes nacionales y los acuerdos internacionales vigentes».

En una parte de su escrito, el líder del Cártel de Sinaloa requiere al Gobierno de México para que pida a los estadounidenses un informe detallado de las circunstancias de su secuestro y traslado, identificando quiénes permitieron su entrada a la Unión Americana y bajo qué base legal.

También, que le informen la identidad de las personas involucradas en su traslado, tanto del lado estadounidense como del lado mexicano.

La razón por la que alega que el Gobierno federal debe exigir la cancelación del proceso al que está sometido en Nueva York, es precisamente porque el procedimiento tiene como origen su secuestro y traslado ilegal a la Unión Americana.

«Esta exigencia no es una cuestión discrecional ni sujeta a consideraciones políticas o diplomáticas», dice.

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