La llegada a México de una misión especial del Vaticano para recabar datos sobre casos de pederastia clerical y su encubrimiento es un punto nunca antes visto en el segundo país con más católicos del mundo; el éxito de este grupo, enviado por el papa Francisco, dependerá de si hay resultados judiciales.
¿Por qué llega esta misión a México?
Desde 2019 han aparecido nuevas víctimas de pederastia de los Legionarios de Cristo que hicieron públicas denuncias y evidenciaron que la renovación llevada a cabo por la Iglesia católica de México para castigar y prevenir la pederastia no había sido suficiente. La presión mediática creció y la Iglesia tuvo que reaccionar, por lo que pidieron ayuda al papa Francisco.
Según el nuncio Franco Coppola, la situación de pederastia es grave pero México tiene la oportunidad de convertirse en un modelo positivo o negativo para enfrentar el problema.
¿Cómo funciona la misión?
Charles Scicluna, arzobispo de Malta y secretario adjunto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y Jordi Bertomeu estarán en México del 20 al 27 de marzo. Se reunirán con obispos, superiores de las órdenes, víctimas, testigos o todo el que lo solicite. Los entrevistados podrán entregarles testimonios escritos y documentos de prueba.
¿Qué piensan las víctimas?
En general se muestran escépticas con la misión enviada a México por el papa Francisco para investigar la pederastia.
Uno de los mayores temores, dijo Ana Lucía Salazar, abusada de niña en un colegio de los Legionarios de Cristo en Cancún y quien desencadenó la última oleada de denuncias, es que se pretenda hacer un “control de daños” sin ofrecer resultados y sólo para mostrar que se está haciendo algo, que “se exhiba al culpable pero no al sistema” que lo encubre. Salazar se reunirá con los enviados papales.