México sigue muy de cerca lo que sucede con su principal socio comercial aunque sin hacer valoraciones de peso sobre el tenso conteo de votos que se lleva a cabo en Estados Unidos.
Solo unas horas después de que Donald Trump se proclamara vencedor y esgrimiera el fantasma del fraude, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha pedido esperar a que termine el escrutinio de votos para poder pronunciarse sobre el ganador. “No podemos opinar nada hasta que se termine el conteo y la autoridad correspondiente dé al ganador; es una elección cerrada, no podemos nosotros dar ninguna opinión, repito, sólo desear que las cosas en Estados Unidos sigan transcurriendo como está sucediendo ahora, llevándose a cabo el conteo de votos”, ha comentado.
En la mañanera de este miércoles, el mandatario ha dicho que, a pesar de que se tardará en conocer el resultado, la moneda mexicana no se ha visto afectada por la tensión existente en los Estados claves que definirán la elección. “Creo que esto va llevar más tiempo del que esperamos. A mí me satisface que no hay, en el caso de nuestra economía, ninguna alteración. Tengo entendido que nuestro peso no se ha depreciado. O sea, seguimos en promedio como la semana pasada, de modo que vamos a esperarnos a que se conozca el resultado”, ha insistido.
A la vista de los primeros datos y perfiles de los votantes que se van conociendo, la sensación en México es que el llamado voto latino no existe como un bloque único, idéntico, y los millones de mexicanos que viven en estados fronterizos como Texas, California o Michigan retratan un perfil muy diferente de la comunidad latina de Florida que suele tomarse como referencia y que son originarios de Cuba o Venezuela. Si los primeros son más proclives al demócrata Biden (aunque Texas finalmente lo han ganado los republicanos), los segundos dieron Florida al presidente Trump.
A la inversa, en México residen un millón de estadounidenses, muchos de los cuales votaron por correo. La forma anticipada es la fórmula que han empleado más de 100 millones de personas en estos comicios, en buena medida para espantar el fantasma del coronavirus.
Entre las personalidades que más tiempo han dedicado a seguir las elecciones en Estados Unidos está Felipe Calderón, quien ha tuiteado insistentemente durante la noche electoral y hasta comparó la situación en Estados Unidos con la que le tocó vivir a él la noche del 2 de julio de 2012, cuando logró una ajustada victoria por 250.000 votos, según la autoridad electoral. “La frase ‘si gano, se impuso la voluntad popular y si pierdo, fue fraude’ no se acuñó en Washington, se patentó en Macuspana [lugar de nacimiento de López Obrador]», retuiteó el expresidente.
Al margen de lo político, México está muy pendiente de la evolución de la economía y de su moneda. El peso cotizó este miércoles alrededor de 21,06 pesos por dólar, después de haber tocado por la noche un máximo de 21,9 pesos por dólar, lo que equivale a una depreciación de 4,11%, no vista desde junio.
La depreciación del peso se dio a medida que se conocían los primeros resultados de las elecciones en Estados Unidos, en donde todavía no se perfila un candidato ganador a la presidencia ni al Congreso. La votación en el Senado también sigue dividida con 47 votos de republicanos y 47 de demócratas, pues todavía no se definen algunos asientos, mientras que en la Cámara de Representantes los demócratas tienen ventaja, aunque no está claro cuál será el partido mayoritario. Esas incertidumbres añaden dudas sobre la aprobación de nuevos estímulos fiscales, por lo que, en las próximas horas, se podría observar volatilidad y una falta de dirección en los mercados financieros.
Al Gobierno de López Obrador la economía es el factor que más le interesa ya que la relación personal con Donald Trump es inmejorable. El magnate neoyorkino, que hizo del muro y atacó a la emigración en su primera campaña, ha llamado “amigo” al presidente mexicano; y en julio, López Obrador viajó a Washington para verse con Trump con la excusa de la entrada en vigor del nuevo tratado de libre comercio, T-MEC, un movimiento en plena campaña que muchos interpretaron como un respaldo a la candidatura de Trump.
Fuente: El País