Este domingo, por primera vez en la historia, la Iglesia católica canonizará a dos papas el mismo día. El papa Francisco presidirá una ceremonia especial que atraerá a millones de peregrinos a la plaza de San Pedro, quienes atestiguarán el momento en que Juan Pablo II y Juan XXIII entrarán a la comunidad celestial de santos.
¿Qué es un santo y cuántos hay?
Para los católicos, son personas que llevaron una vida santa y que ya están en el cielo. Son considerados modelos a seguir para la gente en la Tierra y que pueden interceder ante Dios para el beneficio de alguien que ha pedido ayuda a través de la oración.
Calcular el número de santos es prácticamente imposible. La obra La vida de los santos incluye a unos 2.565, pero esa cifra no contempla todos los miles de santos celebrados en todas las regiones del mundo.
La Iglesia católica celebra el 1 de noviembre el Día de Todos los Santos para festejar a aquellos que no han sido formalmente canonizados.
¿Cómo alguien se convierte en santo?
En cierta forma es un proceso democrático, que empieza con la convicción de que una persona vivió una vida santa. De ahí, hay tres etapas.
Primero, funcionarios eclesiásticos estudian la vida de esa persona. El reporte sobre Juan Pablo II es una obra de 2.000 páginas divididas en cuatro volúmenes que incluye los testimonios de más de 100 personas.
Después, para la beatificación, es necesario un milagro tras la muerte del candidato; luego otro para la canonización. Generalmente los milagros son sanaciones, las cuales deben ser instantáneas, permanentes y completas, además de que no deben tener explicación científica.
Los católicos creen que los milagros son una señal de aprobación por parte de Dios, una forma de verificar que esa persona realmente está en el cielo.
Por ser papa, el proceso de canonización de Juan Pablo II fue más rápido y simple, aunque no barato. Cuando Josemaría Escrivá de Balaguer, el fundador del Opus Dei, fue canonizado en 2002, la prelatura estimó que había gastado al menos 1 millón de dólares en el proceso de principio a fin, que duró 30 décadas.
¿El proceso fue igual para Juan Pablo II y Juan XXIII?
No.
La beatificación de Juan Pablo II ha sido la más rápida de la era moderna, porque el papa Benedicto XVI redujo el periodo de cinco años que normalmente espera la Iglesia tras la muerte de una persona para iniciar el proceso.
El pontífice tras los gritos de ¡Santo Sùbito!» escuchados durante el funeral de su antecesor y una petición de los cardenales.
En cierta forma, el ritmo rápido de la causa de Juan Pablo II es resultado de sus propias políticas. Él apresuró el proceso de canonización en 1983, una medida que pretendía crear modelos de santidad modernos. Desde entonces, al menos 20 candidatos han sido beatificados.
Sin embargo, este proceso no es el más rápido de toda la historia. Esa distinción corresponde a San Antonio de Padua, quien murió en junio de 1231 y fue canonizado menos de un año después.
Juan XXIII, conocido como el papa bueno, tuvo un papado relativamente corto (de 1958 a 1963) pero su influencia fue enorme.
Él convocó el Concilio Vaticano II en la década de 1960 para renovar a la Iglesia. Como resultado, música moderna y misas en idiomas locales reemplazaron a los cantos gregorianos y las oraciones en latín.
Los laicos fueron invitados a tomar roles de liderazgo en la Iglesia y la relación del catolicismo con la comunidad judía y los protestantes mejoró.
Más allá de eso, el papa Juan XXIII fue conocido como un hombre santo y muy divertido. Cuando un reportero le preguntó cuánta gente trabajaba en el Vaticano, él respondió: «Como la mitad».
A él solo se le atribuye un milagro: la curación de una monja italiana en 1966, pero el papa Francisco decidió no requerir el segundo, una prerrogativa que le corresponde.
Aún así, algunos críticos dicen que Francisco debió esperar un segundo milagro para canonizar a Juan XXIII.
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