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‘El rey Zambada’ contribuyó en la introducción de 127 toneladas de cocaína a EU en 15 años

Considerado como uno de los principales operadores del Cártel de Sinaloa, con un gran control de los cargamentos de droga que llegaban y salían del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), Jesús Zambada García, alias “El Rey Zambada”, manejó sus actividades criminales con un bajo perfil hasta el año 2008 y su nombre era poco conocido por las autoridades federales, a pesar de ser hermano de Ismael “El Mayo” Zambada, uno de los líderes más visibles de esta organización criminal.

Desde los tiempos de “La Federación” en 1990, la cual agrupaba a los principales capos sinaloenses y que es definida por el gobierno estadounidense como “un sindicato del crimen organizado” que opera con contactos políticos y una red de policías corruptos, Jesús Zambada García era una pieza central en la estructura del Cártel de Sinaloa para los envíos de cocaína desde Sudamérica hacia Estados Unidos.

De acuerdo con la acusación que pesa en su contra en la Corte de Distrito del Distrito Este en Nueva York, “El Rey Zambada” desde su posición como operador en el aeropuerto capitalino contribuyó de forma significativa a la introducción de 127 toneladas de cocaína en la Unión Americana entre los años 1990 y 2005.

Dichos cargamentos de droga le habrían reportado a “La Federación” ingresos brutos de hasta 10 millones de dólares al año, es decir, sus ingresos globales durante 15 años habrían alcanzado la suma total de 150 millones de dólares.

Nacido el 13 de agosto de 1961, el hermano menor de Ismael Zambada García, “El Mayo Zambada” es señalado por el Fiscal de Distrito de Nueva York, Benton Campbell, como un narcotraficante con la misma relevancia que Joaquín “El Chapo” Guzmán y el propio Ismael Zambada García en la introducción de drogas a territorio norteamericano.

Su actuación dentro de ese grupo delictivo es equiparada a la que tuvieron en su momento los extintos narcotraficantes Arturo Beltrán Leyva, alias “El Barbas”, e Ignacio Coronel Villarreal, “Nacho Coronel”; abatidos ambos por fuerzas castrenses mexicanas en diciembre del 2009 y julio del 2010, respectivamente.

La acusación abarca siete violaciones graves a la ley antinarcóticos de la Unión Americana y nueve cargos por tráfico internacional de drogas, asociación delictuosa y conspiración para la distribución de cocaína.

La demanda fue presentada por los fiscales estadounidenses ante un Gran Jurado el 10 de julio del 2009, es decir, nueve meses después de que Jesús Zambada García fuera detenido junto con su hijo Jesús Zambada Reyes en la Ciudad de México.

De acuerdo con la misma, “La Federación” tenía una estrecha coordinación con productores de cocaína y manejaba de forma intensiva transportes marítimos, aéreos y terrestres para el tráfico de estupefacientes desde Sudamérica y Centroamérica, hacia México y Estados Unidos, siendo “El Rey Zambada” pieza clave en dicha estructura.

Las autoridades norteamericanas explicaron que hasta el año 2008, cuando los capos sinaloenses se escinden entre los grupos afines a “El Chapo Guzmán” y los que se alinearon con “El Cártel de los Beltrán Leyva”, “La Federación” había logrado reducir al mínimo la violencia entre sus integrantes, asegurando además protección política y judicial común para sus integrantes.

Esa era una de las razones por las que no existía en México ninguna orden de aprehensión en contra de “El Rey Zambada”, mismo que al momento de su extradición a Estados Unidos apenas si enfrentaba dos procesos penales en nuestro país.

Dichos juicios penales se iniciaron luego de su captura y se le acusaba de delitos contra la salud, acopio de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército, posesión de cartuchos reservados para las fuerzas armadas, delincuencia organizada y homicidio calificado, sin que se le llegara a dictar sentencia.

De acuerdo con información del semanario Río Doce que se edita en Culiacán, Sinaloa, “El Rey Zambada” comenzó a ser conocido en mayo del 2008, unos meses después de que fuera capturado Alfredo Beltrán Leyva, alias “El Mochomo”, detención que rompió la unidad de la llamada “Federación de Sinaloa”.

En medio de rumores de que integrantes del propio Cártel de Sinaloa habían entregado a “El Mochomo”, comenzaron a aparecer mantas y mensajes en contra de Joaquín Guzmán Loera y el propio Jesús Zambada García, al cual señalaban como operador de ese grupo delictivo en el aeropuerto capitalino.

Las primeras mantas en contra de “El Rey Zambada” aparecieron en el propio estado de Sinaloa y posteriormente se extendieron a otras entidades del país, al grado de que días antes de su captura apareció un “narcomensaje” en el que se le responsabilizaba de la violencia que se vivía en Guerrero por el rompimiento de los Beltrán Leyva con Rogaciano Alba, un ex presidente municipal del PRI dedicado al tráfico de drogas.

La propia PGR ha señalado que Jesús Reynaldo Zambada García contaba con protección policiaca del que fuera subdirector de Investigación de Delitos de la Policía Federal, Édgar Enrique Bayardo del Villar, mismo que fue abatido en la Ciudad de México tras convertirse en testigo protegido.

Sin embargo, el operativo para su captura en la Ciudad de México fue realizado por policías capitalinos que apoyaron un pedido de auxilio de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), los cuales no sólo desconocían el nombre del detenido, sino que también hicieron caso omiso de las amenazas proferidas por el propio “Rey Zambada” en el sentido de que “no sabían con quien se estaban metiendo”.

Entre los detenidos figuraba su hijo Jesús Zambada Reyes que más tarde se convirtió en “testigo protegido de la PGR, pero que aparentemente se suicidó en la misma casa de seguridad en la que vivía con Edgar Bayardo del Villar, uno de los primeros funcionarios en caer como parte de la denominada “Operación Limpieza”.

Encarcelado en el penal federal de “El Altiplano” que se ubica en Almoloya de Juárez, Estado de México, “El Rey Zambada” fue notificado del suicidio de su hijo registrado el 20 de noviembre del 2009 en una casa de seguridad de la PGR que se encuentra al sur del Distrito Federal.

Apenas 10 días después, sería asesinado en un café Starbuck su principal protector dentro de la Policía Federal, Edgar Enrique Bayardo del Villar, mismo que también se había convertido en testigo protegido.

Así, en el más completo sigilo Jesús Reynaldo Zambada García fue trasladado del penal federal de “El Altiplano” en el Estado de México al Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) “Tres Noreste” de Matamoros, Tamaulipas, en junio del 2011.

Apenas, el pasado 6 de marzo el gobierno de Estados Unidos dio la noticia de que buscaba a “El Rey Zambada” para que fuera procesado por la justicia de ese país, además de incluirlo en la lista de la Oficina del Tesoro de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) que prohíbe hacer tratos comerciales con una persona y sus diferentes empresas.

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¿Quién era El Chuyín, el líder narco que fue asesinado en Flores Magón?

Jesús Salas Aguayo, alias El Chuyín, quien fue asesinado recientemente a manos de sus cómplices en el municipio de Flores Magón, tuvo cargos por trasiego de drogas, homicidios, secuestros y por haber proporcionado los explosivos para hacer estallar un coche bomba en el año 2010.

Se le señala como quien ordenó en mayo de 2009 el asesinato en El Paso de un testigo protegido del Gobierno estadounidense, José Daniel González Galeana. A partir de esa fecha, la violencia fue imparable en la franja fronteriza.

El año pasado, el Departamento del Tesoro, a través de la Oficina de Control y Bienes Extranjeros, le aplicó una sanción junto a otros 4 sujetos.

Una corte de Nuevo México lo acusó de conspirar para introducir más de cien kilos de mariguana a Estados Unidos; en México, la anterior PGR logró una sentencia de más de 11 años por delitos contra la salud y portación de armas.

Como medida cautelar, se le colocó un brazalete, pero en marzo de 2020 se lo quitó y motivó que se dictara una nueva orden de aprehensión en su contra. Por esta razón había una orden de detención provisional vigente por parte de la Interpol para reingresarlo al penal federal de Almoloya de Juárez.

Aunque las autoridades de Chihuahua no han emitido una comunicación oficial que confirme su asesinato, fuentes al interior de las Fiscalías revelaron que Salas murió estrangulado.

La estela de violencia de Salas, como cabeza del Cartel de Juárez, se extendió desde la zona del Valle de Juárez hasta el triángulo dorado, en los límites con Durango y Sinaloa.

Tuvo especial presencia en los municipios de Galeana, Buenaventura y marcadamente en Ahumada, donde incluso se corrieron versiones de que se ya habían llevado a cabo sus servicios funerarios.

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