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El secreto para mojarse menos bajo la lluvia: ¿correr o no correr?

Si le sorprende un aguacero en la calle y no tiene techo donde refugiarse, tiene dos opciones: caminar o correr. Pero, ¿cuál mejor para no mojarse o, al menos, no mojarse tanto?

Si corres, estás menos tiempo a merced de la lluvia, pero te expones a más gotas. Así que, ¿cuál es la velocidad óptima?

Un físico acaba de aportar nuevas ideas sobre este debate de larga data.

Franco Bocci, en la revista European Journal of Physics, asegura que tanto la dirección del viento como la estatura de la persona influyen en la respuesta.

En la mayoría de casos, la respuesta general es que hay que correr lo más rápido que se pueda. Pero esa solución cambia en el caso de que haya ráfagas de viento o de que la persona sea delgada.
Bocci no es ni mucho menos la primera persona en enfrentarse a este problema, que es mucho más matemático y complejo de lo que parecería a simple vista.

El debate del huevo o la gallina

En los 70 se publicaron varios artículos en revistas matemáticas debatiendo la cuestión, cada uno explorando aspectos diversos.

Actualmente, el campo de batalla donde parece estar librándose este pequeño juego matemático parece ser la publicación del Instituto de Físicas del Reino Unido, la revista European Journal of Physics.

En 1987, otro investigador italiano señaló en esta revista que una u otra estrategia ante la lluvia no cambia mucho el resultado.

En 2011, un experto en textiles y físico utilizó la misma publicación para sugerir que sí existe una velocidad óptima, pero que depende de la dirección del viento.

«Para la mayor parte de los trabajos anteriores, esta era una respuesta sencilla, pero yo he descubierto que es un problema mucho más complejo», le dice Bocci a la BBC.

Lo que complica la cuestión es la forma humana. Por simplificar, los intentos anteriores de abordar esta cuestión espinosa asumieron que la forma de las personas era equivalente a una caja estrecha alta y cuadrada.

Cuando Bocci consideró un caso general descubrió que la respuesta depende del ratio anchura-altura del individuo así como de la dirección del viento y del tamaño de las gotas.

El mejor consejo

Por suerte, en su análisis, hay varias generalizaciones que nos permiten ahorrarnos el calcular el coseno del ángulo entre la dirección de quien camina y la del viento.

«Digamos que, en general, lo mejor es correr tan rápido como se pueda. No siempre, pero sí en general», comenta Bocci.

«Si eres realmente delgado, es más probable que exista una velocidad óptima. Si no, es mejor ir lo más rápido posible».

Y en cuanto a la dirección del viento –igualmente de forma general- se debería correr lo más rápido que se pueda a menos que el viento sople desde detrás, en cuyo caso la velocidad óptima será exactamente la misma que la del viento.

El profesor Bocci asegura que el problema se vuelve más complicado a medida que se le van agregando factores. Pero de momento, dice, se lava las manos con el problema.

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Explota cohete Starship en Texas: nuevo revés para SpaceX a solo un año de su misión a Marte

Una nueva explosión sacudió la noche del miércoles 18 de junio el cielo del sur de Texas, cuando el cohete Starship de SpaceX estalló durante pruebas en la base de lanzamiento de Brownsville, en lo que la compañía calificó como “una anomalía mayor”. La gigantesca nave de 400 pies de altura —pilar del ambicioso plan de Elon Musk para colonizar Marte— sufrió un fallo durante su test en tierra, generando una enorme bola de fuego y escombros visibles desde varios kilómetros a la redonda.

Aunque no se reportaron heridos, SpaceX pidió a la población mantenerse alejada de la zona mientras equipos de seguridad trabajan para asegurar las instalaciones de Starbase y sus alrededores. “No existen riesgos para las comunidades cercanas”, aseguró la empresa en un comunicado publicado en su cuenta de X.

La causa de la explosión aún está bajo investigación, pero Elon Musk adelantó en redes sociales que los datos preliminares apuntan al fallo de un contenedor presurizado de nitrógeno (COPV, por sus siglas en inglés) en la bahía de carga. “Si se confirma, sería la primera vez que este diseño falla de esa manera”, añadió el fundador de SpaceX.

El incidente se suma a una serie de contratiempos recientes para el programa Starship. Apenas el 27 de mayo, durante su noveno vuelo de prueba, la nave se desintegró sobre el océano Índico tras perder el control 46 minutos después del despegue. En enero y marzo también se registraron explosiones durante vuelos de ensayo, con espectaculares desintegraciones en el cielo de Florida y el Caribe. En esas ocasiones, la etapa superior —donde viajarían astronautas y carga en futuras misiones— logró separarse, pero falló en completar su trayecto.

El Starship está diseñado como un sistema de transporte completamente reutilizable, capaz de regresar a la Tierra después de cada misión. Su objetivo final: llevar humanos y suministros al espacio profundo, con un enfoque particular en Marte. Musk ha reiterado que espera lanzar una misión no tripulada al planeta rojo en 2026, como parte del calendario para establecer presencia humana permanente fuera de la Tierra.

A pesar de los reveses, entre junio y noviembre de 2024, tres pruebas exitosas lograron que Starship orbitara la mitad del planeta y aterrizara sin contratiempos en el océano Índico, generando expectativas positivas. No obstante, los recientes fallos han encendido alarmas sobre la confiabilidad del sistema a tan solo un año de la fecha fijada para iniciar su misión interplanetaria.

Las imágenes captadas por testigos y difundidas el jueves muestran al prototipo Starship 36 envuelto en llamas tras sufrir al menos dos explosiones consecutivas durante la prueba estática, que se realizaba horas después de que la compañía compartiera un video celebrando la activación de uno de sus motores en simulación de ignición en el espacio.

SpaceX no ha anunciado si este nuevo revés alterará su calendario de lanzamientos, pero el incidente representa otro desafío técnico —y mediático— para una empresa que apuesta su prestigio al futuro de la exploración espacial. Mientras tanto, el sueño de colonizar Marte se mantiene en pie, aunque bajo la sombra de explosiones que, una y otra vez, recuerdan que alcanzar el cosmos sigue siendo una tarea plagada de riesgos.

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