Un adolescente que envía de mensajes de texto o fotografías con contenido sexual, una práctica conocida como sexting, probablemente sea sexualmente activo y se involucre en comportamientos riesgosos, según un nuevo estudio.
Un grupo de investigadores está intentando entender mejor si los jóvenes tienen un mayor riesgo de contagio de VIH u otras Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) porque envían fotografías o mensajes de texto sexualmente explícitos a través de sus teléfonos celulares.
El sexting no es una alternativa al comportamiento sexual del “mundo real” en los adolescentes, según la investigación publicada este lunes en la revista Pediatrics.
“Los mismos adolescentes que están involucrándose en los riesgos sexuales digitales que implica el sexting son los mismos que se involucran en un riesgo sexual con sus cuerpos en términos de ser sexualmente activos y no usar condones”, dijo el autor principal del estudio, Eric Rice, profesor asistente en la Escuela de Trabajo Social de la Universidad del Sur de California en Los Ángeles, Estados Unidos.
Un reporte de 2009 del Pew Research Center encontró que algunos adolescentes “ven el sexting como una alternativa más segura para la actividad sexual en la vida real”.
Aunque el término sexting también puede incluir mensajes enviados en internet, este estudio en particular observó únicamente los mensajes de texto e imágenes en teléfonos celulares.
La investigación fue realizada en 2011 con un cuestionario en el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, Estados Unidos. Los investigadores encuestaron al azar a 1,839 estudiantes de entre 12 y 18 años. La mayoría fueron latinos o afroamericanos. Tres cuartas partes de los encuestados tenían teléfonos celulares.
“Aunque una minoría de los adolescentes hacen sexting (solo encontramos un 15%), pero ese 15% es mucho más arriesgado en sus comportamientos sexuales físicos, así como con sus comportamientos sexuales digitales”, precisó Rice.
Añadió que los adolescentes que reportaron hacer sexting eran siete veces más propensos a ser sexualmente activos que sus compañeros que no enviaban mensajes con contenido sexual.
Los datos sugieren que hay normas sobre el sexting, según Rice, lo que significa que los adolescentes comienzan a pensar que el sexting es una parte normal de su conducta. Más de la mitad de los adolescentes encuestados reportó que tenían un amigo que enviaba sextings.
“Muchos jóvenes piensan que sus amigos envían sextings, y si piensan que sus amigos hacen sexting, son mucho más propensos a hacerlo”, dijo; 17 veces más propenso, según el estudio.
“Creo que las implicaciones son que los adolescentes que hacen sexting pueden tener un mayor riesgo de enfermedades de transmisión sexual porque los adolescentes que envían sextings son 1.5 veces más propensos a no utilizar condones cuando tienen sexo”, además de aumentar el riesgo de embarazo en la adolescencia, explicó el investigador.
Este estudio fue realizado en solo un área urbana; los autores se percataron de que algunos resultados podrían no representar con precisión a las áreas rurales. Además, una investigación reciente en Estados Unidos encontró tasas mucho menores de sexting.
Sin embargo, Rice dijo que esta información puede ser valiosa para los padres.
“Nosotros [padres, médicos, educadores] debemos hablar sobre sexting y el hecho de que es parte de los comportamientos sexuales riesgosos, y no solo algo que existe en un espacio virtual, por así decirlo”, dijo.
“Hablar sobre sexting puede ser más fácil [para los padres] que hablar sobre sexo y puede llevar a una conversación más amplia sobre el sexo”.
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