En medio de la expectativa por la llegada a México del exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya Austin, detenido en España con fines de extradición, han surgido diversas versiones en torno a su presunta entrega de sobornos a funcionarios y legisladores con la finalidad aprobar la reforma energética y obtención de contratos millonarios.
A más de una semana de haber llegado a México, Lozoya Austin no ha pisado un juzgado bajo el argumento de la Fiscalía General de la República (FGR) de que su estado de salud es delicado, y la posibilidad de que pueda gozar del estatus de “testigo colaborador“, como lo ha referido el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
A meses de que tramitara su extradición y a poco más de una semana de su llegada a México como detenido, aun no se da fecha par su comparecencia ante un juez para responder por las acusaciones de lavado de dinero, asociación delictuosa y cohecho que pesan sobre él, según se informó en el noticiero de Ciro Gómez Leyva en Radio Fórmula.
Sin embargo, la Fiscalía General de la República (FGR) aclaró al mismo noticiero que Lozoya Austin ya fue presentado ante un juez a su llegada a México y que su estatus es el de detenido.
Durante la búsqueda y posterior detención de Emilio Lozoya, su entonces abogado, Javier Coello Trejo no se cansó de declarar públicamente que su entonces cliente “no se mandaba solo” y que detrás de sus actos siembre hubo una autoridad superior que estuvo enterada de sus movimientos.
Los sobornos
Lo anterior ha sido corroborado por el periodista Carlos Loret de Mola quien reveló en su columna para El Universal que “los fajos de billetes de los sobornos por la reforma energética solían entregarse en bolsas de Louis Vuitton y de otras boutiques carísimas, engrapadas en la parte superior para evitar que se viera el contenido”.
Además, aseguró que el dinero permanecía resguardado en cajas fuertes en la zona de Polanco en la Ciudad de México e incluso las describió.
Medían como un metro y medio de altura (las cajas fuertes). Les cabía más cash de lo que uno pudiera imaginar. Sólo se abrían bajo las órdenes de Froylán Gracia García, brazo derecho del entonces director general de Pemex, Emilio Lozoya. ¿Para qué servía ese cash? Para sobornar políticos en el marco de la aprobación de la reforma energética en el sexenio de Enrique Peña Nieto”, escribió el periodista sobre estas cajas.
En su columna, Loret de Mola sostuvo que los sobornos “a veces se entregaban en los departamentos, a veces en la torre de Pemex, pero cuando se perdió el pudor, se veía a legisladores al terminar sus jornadas de trabajo, desfilando en los pasillos de las Cámaras de Diputados y Senadores con sus bolsas de marca rumbo al estacionamiento para guardarlas en las cajuelas de sus coches”.
Incluso aseguró que sus fuentes le revelaron que ese era el “modus operandi de Emilio Lozoya para lograr la aprobación de la reforma energética y que ahora le da acceso al privilegio de ser testigo protegido del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador”.