Por fin dio la cara. El gobernador César Duarte tardó ocho días para mostrarse en público, luego de la paliza electoral que recibió el PRI como castigo a su gobierno, y de que fallaran todas las previsiones de dividir el voto opositor para impulsar a su candidato, Enrique Serrano, quien no sólo se quedó en el camino, sino que casi fue desplazado al tercer sitio de las preferencias por un recién llegado ‘Chacho’ Barraza.
De las elecciones no dijo ni pío. Es de esperarse que el resultado le arda, más si se tiene en cuenta que no es el gobernador más humilde de la historia de Chihuahua, sino uno de los más soberbios, al grado de pretender instalar una estatua de Francisco Villa frente a su balcón, pues decía sentirse muy identificado con el revolucionario establecido en Parral.
Ni Corral ni Duarte traen ganas de verse, pero tendrán que hacerlo tarde o temprano. No obstante, corren los rumores de que de último momento el todavía mandatario “resentirá” los golpes que se dio en la columna tras el accidente en helicóptero que sufrió en su rancho, y tendrá que ausentarse del país, dejando a un interino que le entregue el poder al nuevo gobernador. Poco a poco, Duarte va viendo las alternativas para su fuga, pues ni de chiste se quedará en Chihuahua.
Donde les falló el cálculo fue en la Universidad Autónoma de Chihuahua estaban seguros de que ganaría Enrique Serrano y por eso en su reforma a la Ley Orgánica movieron la elección de mayo a agosto, según esto para evitar que se envolviera en las pasiones electorales de las elecciones generales, aunque en realidad se hizo para entregarla en bandeja al nuevo góber, aunque nunca pensaron que ese nuevo góber sería Javier Corral.
Como muchos otros malos cálculos que se hicieron desde Palacio, la UACh, con un presupuesto de similares dimensiones al del Ayuntamiento de Chihuahua, es un botín asediadísimo y ahora se recargará hacia la nueva administración, desde luego, con lo cual quedan fuera de la jugada personajes como Mario Trevizo, a quien algunos se les chispoteaba y llamaban ya “rector”, entre otros personajes que se quedaron en el camino. En la Sección Octava también se preveía la elección para octubre, y se espera que también sea adelantada, ni modo que se aguanten, es de los pocos espacios que les quedaron.
Otros que sí se están moviendo, y lo más lejos posible del gobernador electo, son los profes afiliados a la sección 42 del SNTE, pues quieren mover sus piezas antes de que Corral meta mano. El actual dirigente es René Frías Bencomo, quien entrará en el próximo Congreso bajo las siglas del PRI, y determinó que la elección de relevo sea el 14 y 15 de julio, dos meses antes de lo habitual, pues si bien querían otorgarle a Serrano el honor de ungirlos, les salió el tiro por la culata y mejor se apuran.
Donde también les fallaron, pero las cuentas, es en el Instituto de Cultura Física, Salud y Deporte, donde el cachorro Alejandro de la Rosa hizo y deshizo a su antojo con los recursos públicos para abonar sus sueños de convertirse en diputado, y por eso no le importó regalar o vender sin reportar casi medio millón de pesos en cerveza.
La cuerda se rompe por lo más flojito, y este es el primer manotazo de la sindicatura que, curiosamente, se da ya al fin del sexenio, cuando están por entregar cuentas y es entendible que el síndico, Héctor Barraza, busque congraciarse para que si los nuevos tiempos no le son favorables, al menos no le sean hostiles. Es mejor que vaya pidiendo prestado, porque sería ingenuo creer que se la van a perdonar. Pero no es todo. Quedan pendientes las auditorías a Centrópolis.
A quien Corral sí trae ganas de ver es a los suyos, y hasta apapacharlos, tal como hizo con Blanca Gámez, diputada electa por el Distrito 15, quien fue acompañada por el góber electo al recibir su constancia de mayoría, y el gesto de inmediato desató los rumores de que será ella, una de las políticas más respetadas y queridas no sólo por el partido, sino por la ciudadanía e incluso por opositores, quien encabezará la bancada del partido en el Congreso, la bancada hegemónica por cierto.
Así, Vázquez se queda en el camino, pues el PAN ganó tanto que no alcanzó plurinominal, como siempre hemos dicho, Mario siempre salía ganando con la derrota. Otro que recibió la melosa visita de Corral fue Miguel Riggs, hijo de quien fuera cercana amiga del actual góber, Carolina Baeza, ya fallecida.
En la casa de enfrente quieren meter como coordinadora de los diputados priístas, con bancada disminuida, a Adriana Terrazas, quien tendría la principal encomienda de tejer todo lo posible para frenar cualquier acción contra el todavía gobernador César Duarte y los suyos. Su elección está por verse, pues salvo la cúpula y lo que queda del duartismo, nadie la puede ver ni en su partido.
Los priístas quieren ver rodar la cabeza de varios de sus liderazgos. En el caso de los tetistas, no descansarán hasta ver caer a Mayra Chávez, siempre cercana a Serrano, a quien achacan la paliza que recibieron en la frontera. En Chihuahua siguen con la idea de bajar a Dowell, pero no será fácil, el grupo afín a Serrano está empujando con todo para acaparar los espacios que quedan, y desde ahí aferrarse a su libertad e impunidad.