La residencia de dos niveles ubicada en la esquina de Río Quelite y Jiquilpan, en el Fraccionamiento La Palmas, tiene su recámara principal en la planta baja; en el costado derecho entrando por la puerta principal, al fondo del cuarto, hay un armario con dos espejos de piso a techo en sus paredes, con huellas de impacto de bala.
Al jalar un cable, que cuelga de una lámpara, uno de los espejos se abre con todo y muro y da paso a una escalera, la que desciende hasta un túnel que se conecta con la red del drenaje pluvial y alcantarillado del fraccionamiento La Palmas, en esta comunidad de Los Mochis.
Ese es el túnel por donde escapó Joaquín «El Chapo Guzmán Loera», la madrugada del viernes, mientras que sus cómplices se enfrentaban a tiros con elementos de las fuerzas especiales de la Armada de México.
La casa con fachada blanca tuvo aproximadamente durante un año y medio un letrero con la leyenda de «Se renta», el que fue retirado hace unos meses, comentó una vecina, quien pidió no ser identificada.
No se veía ningún movimiento, esa casa tenía mucho tiempo sola, había un letrero que decía se renta, desde hace año y medio no se veía ningún movimiento. Nada más había mucha arena afuera, pero no se vía movimiento», comentó.
La vecina explicó que la arena era colocada en una de las banquetas de la casa, la que daba a la calle Río Quelite.
La madrugada del viernes, cuando el personal de la Armada ingresó a la residencia, hicieron un alto en la cocina, en donde reventaron un registro del drenaje, pensando que se podría tratar de otro túnel, pero la única vía de escape para «El Chapo» estaba en la recámara principal.
EL TÚNEL
Al bajar por una escalera de metal medio oxidada, se llega a la entrada de un túnel de aproximadamente 10 metros de largo, que permite llegara hasta la mitad de la calle Jiquilpan, en donde se conecta al drenaje por medio de una escotilla.
Por este punto escaparon Guzmán Loera y Orso Iván Gastélum Cruz, alias «El Cholo Iván», hasta el registro de agua potable ubicado a casi un kilómetro del lugar, en el cruce de Boulevard Antonio Rosales y Jiquilpan, en donde robaron un auto Jetta de color blanco, para continuar con su huida.
El escape fe vio frustrado cuando elementos de la Policía Federal que daban seguimiento al reporte de robo, lograron detener al líder del Cártel del Pacífico, a 182 días de su fuga del penal federal del Altiplano.
CENTRO DE ATRACCIÓN
Como ocurrió con el Condominio Miramar de Mazatlán, Sinaloa, en donde «El Chapo» fue capturado el 22 de febrero de 2014, ahora esta casa ubicada en una zona de clase media-alta, es la atracción para los habitantes de Los Mochis.
Estudiantes pasan por el lugar, al salir de la escuela, atraídos por la presencia de militares y de las cámara de medios de comunicación, la circulación está cerrada, pero la gente pasa caminando y curiosa se detiene. Nadie quiere hacer comentarios.
A una calle y media del lugar, en Baluarte y Cocoteros, está la casa donde vive la madre del gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez, Malova, hasta donde dicen se escuchaban las explosiones y balazos del enfrentamiento del viernes.
En la calle Río Presidio, al otro costado de la residencia donde se ocultaba El Chapo, hay cuatro casas que registran huellas del enfrentamiento en las chapas de sus puertas principales, las que fueron reventadas por el personal naval.
Se explicó que en el momento de la balacera, un par de sospechosos escaparon por las azoteas, por lo que los marinos fueron a cerrarles el paso, y ahí fueron abatidos los integrantes del Cártel del Pacífico.
Una de las casas afectadas fue la del boxeador Fernando Montiel, El Cuchulito, en donde la chapa fue forzada con un golpe de ariete.
CAMPO DE BATALLA
La fachada de la vivienda de Río Quelite y Jiquilpan no presenta huellas del enfrentamiento, las puertas y en las paredes hay letreros que advierten que el inmueble está asegurado por la Procuraduría General de la República (PGR).
Pero al cruzar la puerta principal un charco de sangre da paso a la entrada principal, de frente queda la cocina y hacia la derecha está la recámara principal.
En todas las paredes hay impactos de bala, desorden en las habitaciones, bases de cama de cabeza, en la habitación de lado izquierdo hay dos grandes charcos de sangre, lugar en donde fueron abatidos dos delincuentes.
La indicación es precisa por parte del personal de la Armada, se permite ingresar a la casa en donde pasó sus últimos días como prófugo «El Chapo» Guzmán, siempre y cuando se respeten las condiciones en cómo se encuentra y se advierte, no se puede tocar nada.
Los armarios de las recámaras están vacíos, en todos se buscó algún posible pasaje que pudiera ser usado por Guzmán Loera para escapar, en las habitaciones hay ropa tirada y en los baños se registró hasta en las cajas del depósito de agua de los inodoros.
Pantallas de televisión y aparatos de DVD, cuyas cajas en el piso revelaban que no tenían mucho tiempo de ser usados, películas en ese formato y cajas de teléfonos celulares muy sencillos son algunas de las evidencias en el lugar.
Excelsior