El Vaticano expulsó el sábado a un monseñor que hizo pública su homosexualidad en víspera de una gran reunión mundial de obispos para analizar el acercamiento de la Iglesia a los homosexuales, divorciados y familias católicas más tradicionales.
El prelado polaco Krzysztof Charamsa, oficial en la Congregación para la Doctrina de la Fe, no podrá seguir en este organismo tras declarar su homosexualidad públicamente, reveló hoy el portavoz vaticano, Federico Lombardi.
La decisión de hacer tal declaración en víspera de la apertura del sínodo parece muy grave e irresponsable, ya que tiene como objetivo someter a la asamblea sinodal a una presión indebida de los medios de comunicación», dijo en una declaración Lombardi.
En este sentido, el portavoz señaló que estas declaraciones apuntan que se va «a someter la asamblea sinodal a una presión mediática injustificada».
En cuanto a su futuro en el organismo de la Curia, en el que se encuentra integrado desde el 2003, Lombardi señaló que «ciertamente no podrá seguir desempeñando las tareas precedentes en la Congregación para la Doctrina de la Fe y las universidades pontificias», en las que impartía cátedra.
Otros aspectos de su situación, según Lombardi, «competen a su ordinario diocesano».
En una entrevista publicada hoy en el diario Il Corriere della Sera, el de mayor tirada nacional, Charamsa asegura que es gay, que tiene un compañero sentimental y que se siente orgulloso de ello, y que no le importan las consecuencias de su revelación.
Quiero que la Iglesia y mi comunidad sepan quién soy: un sacerdote homosexual, feliz y orgulloso de mi identidad. Estoy preparado para pagar las consecuencias, pero es el momento de que la Iglesia abra los ojos y comprenda que la solución que propone, la abstinencia total de la vida del amor, es inhumana», defendió.
La entrevista se produce a tan solo un día del comienzo el Sínodo Ordinario de Obispos para la Familia, que se celebrará hasta el próximo 25 de octubre y en el que prelados de todo el mundo debatirán sobre temas como el trato a los divorciados o a los homosexuales.
Fuente Excélsior