El Papa Francisco ofreció una misa ante más de 230 mil personas en El Punto, lugar ubicado a tan sólo unos cuantos metros de la frontera con Estados Unidos, a quienes llamó a la misericordia, y a traer lo bueno y sano que late en cada corazón.
Dijo que se debe usar a Dios como escudo de la misma, así como a escuchar la voz que grita en el desierto para tener el don de la conversión, no sólo para Ciudad Juárez, sino para todas las sedes fronterizas.
Se pronunció acerca de la migración, la cual dijo que es una crisis que se debe de medir por nombres, hermanos que son expulsados por violencia y crimen organizado que emergen ante los vacíos legales que atrapan siempre a los más pobres.
Dijo que los migrantes pasan un camino cargado de justicias y esclavizado, son víctimas de la trata de personas y diversas crisis que no se pueden negar durante su recorrido de cientos de kilómetros de caminos inhóspitos.
Con esta celebración, el supremo Pontífice concluye su vista en la frontera previo a su despedida en el aeropuerto de la Ciudad de México.