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Ciencia y Tecnología

Eliminan cientos de apps de Google Play por abusar de las redes publicitarias

Google tiene en su tienda de aplicaciones varios frentes abiertos, que no se limitan al de ofrecer un entorno seguros de cara a sus usuarios. También su modelo de negocio, basado en la publicidad, depende en gran medida de ellos. Este jueves ha anunciado el bloqueo de hasta 600 aplicaciones que, a su juicio, explotaban las redes publicitarias de forma maliciosa.

Esto, según el gigante tecnológico, «tiene el potencial de dañar a los usuarios, anunciantes y editores». Es por esto que las han eliminado de Google Play, así como cortado el acceso a sus plataformas de monetización, Google AdMob y AdManager.

Google afirma que este esfuerzo se engloba dentro del más amplio de mantener a los desarrolladores maliciosos al margen del ecosistema móvil. Entre ellos, suena de nuevo el gigante chino Cheetah Mobile. No se trata del primer conflicto que este coloso de internet tiene con los anuncios de Google. Según BuzzFeed News, ya a finales de 2018 vio eliminadas algunas de sus aplicaciones, permitiéndole seguir publicando en Google Play.

No obstante, en esta ocasión el resultado es bien distinto. Las cerca de 45 aplicaciones de Cheetah han sido, según BuzzFeed, eliminadas de Google Play. Además, esta habría visto cercenada su relación con las redes publicitarias de la propia Google, por lo que a partir de ahora tendrán que recurrir a otros proveedores de anuncios.

El comunicado de Google, firmado por Per Bjorke, jefe de producto en el segmento de publicidad de Google, no hace alusión a los casos concretos. No obstante, en BuzzFeed sí recogen algunos detalles extra que permiten hacerse a la idea de la magnitud de estos operativos fraudulentos. Las aplicaciones retiradas han acumulado, según Bjorke, hasta 4.500 millones de descargas, y estaban principalmente enfocadas a usuarios de habla inglesa. La procedencia de estas aplicaciones era mayoritariamente china, hongkonesa, singapurense e india, siendo estas principalmente juegos o herramientas digitales.

Los términos de Google prohíben mostrar anuncios cuando el dispositivo no está siendo usado, así como mostrarlos de forma que «resulten en clicks involuntarios». Un ejemplo de esto sería mostrar un anuncio a pantalla completa cuando el usuario está intentando hacer una llamada.

«Esta es una maniobra invasiva que produce una experiencia de usuario pobre e interrumpe las funciones clave del dispositivo como las llamadas telefónicas y el GPS, causa clics involuntarios en los anuncios, y supone un derroche para los anunciantes»

Google afirma que este tipo de malas prácticas se están volviendo cada vez más sofisticadas y son cada vez más difíciles de detectar, pero que desarrollan y mejoran sus técnicas para ello continuamente. Un ejemplo de ello es el algoritmo basado en aprendizaje automático, capaz de detectar lo que llaman «anuncios fuera de contexto» y que ha permitido la eliminación de este último lote de aplicaciones. La confianza en su plataforma es absolutamente vital para ellos, ya que necesitan que los anunciantes sigan confiando en sus servicios.

Fuente: Hipertextual

Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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