El embarazo de una niña de 11 años, que denuncia haber sido violada por su padrastro de 41, ha encendido nuevamente el debate del aborto en Chile. La menor, habitante de Villarrica, tiene unas 20 semanas de gestación, según han podido constatar los especialistas que la examinaron. A ellos confesó los abusos a los que era sometida cuando se quedaba al cuidado del hombre.
La niña comenzó a experimentar cambios físicos y de comportamiento, que fueron advertidos por sus profesores. Este lunes, relató las reiteradas agresiones de la pareja de su madre, quien la amenazó para que no contara lo que estaba ocurriendo. En paralelo, la madre de la menor denunció los hechos a la Policía de Investigaciones de su ciudad. Tras confirmarse el embarazo, la Fiscalía de Villarrica ordenó la captura del hombre, que permanece detenido a la espera de que la Justicia formalice la acusación en su contra este jueves.
En un país donde la interrupción del embarazo está prohibida en todas sus causales desde 1989, ni las víctimas ni sus familias acostumbran a pedir un aborto públicamente, pues no se percibe como una alternativa posible.
Como compromiso de su programa de Gobierno de este segundo período (2014-2018), Michelle Bachelet prometió una ley que despenalice el aborto en tres causales: peligro de vida para la madre, malformación fetal y violación. La medida apenas resolvería un 5% de los 70.000 abortos clandestinos que se realizan anualmente en Chile.
En enero de 2015, el proyecto de despenalización ingresó en la Cámara para su tramitación. Tras un año de debate, los diputados lo aprobaron en un primer paso legislativo en marzo pasado. Después de cinco meses, el Senado sigue su discusión en la comisión de Salud y se espera que en las próximas semanas termine el período de audiencias con especialistas.
El debate ha sido fuerte tanto en el Congreso como entre la ciudadanía y cada vez que se conocen casos como el de la niña de Villarrica, la ley de aborto vuelve a la primera línea de la agenda informativa. Su aprobación, en cualquier caso, tampoco cambiaría el destino de la joven. El texto que se discute indica que en caso de violación –que es la causal más polémica de las tres–, existiría un plazo máximo de 12 semanas de gestación para realizar la interrupción, aunque se extiende a 14 semanas si se trata de menores de 14 años. Con sus 20 semanas de embarazo, la niña ya no podría abortar.
Las organizaciones de derechos humanos y feministas nuevamente se han movilizado ante el caso. Para Camila Maturana, de Corporación Humanas, “este tipo de situaciones lamentablemente pone de manifiesto la magnitud de la violencia sexual en Chile, sobre todo contra las niñas y adolescentes que están en una situación de mayor vulnerabilidad”. “Formulamos un llamado ético a los legisladores a mirar esta realidad trágica. Resulta urgente aprobar a la brevedad el proyecto de ley de aborto en tres causales y a revisar los contenidos de lo que se está debatiendo, porque determinados aspectos no contribuyen necesariamente a proteger a las víctimas”, indica Maturana.
En Chile existen pocos datos cuantitativos sobre los embarazos producto de una violación. La especialista en ginecología infantil y adolescente, Andrea Huneeus, compareció en 2015 ante los parlamentarios de la Cámara y proporcionó cifras reveladoras. “El 66% de las embarazadas por violación es menor de edad y el 11% tiene menos de 12 años. Es decir, son niñas”, señaló Huneeus en una entrevista a la revista chilena PAULA. Según la especialista, en un 90% de los casos son embarazadas por algún familiar o conocido. “Por las condiciones de vulnerabilidad que se presentan en las menores de edad embarazadas por violación lo ideal sería dejarlo sin limitación de tiempo”, indicó Huneeus a PAULA.
ElPais
Campos de detención: el terrible plan de Trump contra los migrantes
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender las alarmas en el ámbito migratorio al adelantar un plan que, de concretarse, marcaría un giro radical en la política de deportaciones de Estados Unidos. Sus recientes declaraciones apuntan a la creación de un sistema masivo de detención y expulsión, respaldado por el ejército, lo que ya ha generado controversia entre expertos, activistas y políticos de todas las esferas.
Una emergencia nacional para deportaciones masivas
Trump, quien regresará a la Casa Blanca en 2025, reafirmó en la plataforma Truth Socialque su administración estaría preparada para declarar un estado de emergencia nacionalcon el objetivo de enfrentar lo que ha llamado «una invasión permitida por Joe Biden».
Esta declaración se suma a los comentarios de Tom Fitton, director de la organización conservadora Judicial Watch, quien sugirió que se utilizarían recursos militares para implementar un programa de expulsiones masivas. El expresidente respondió tajantemente: «¡Es verdad!».
El alcance de este plan incluye el despliegue de la Guardia Nacional y, si es necesario, tropas federales. «La Guardia Nacional debería ser capaz de encargarse de las deportaciones; si no, usaría el ejército», afirmó Trump en una entrevista con Time en abril.
Durante su presidencia, Trump endureció significativamente las políticas migratorias, pero sus nuevas propuestas revelan un nivel de agresividad sin precedentes. A esto se suma, la idea de establecer «campos de detención» en Texas, en donde se albergaría a los migrantes antes de ser deportados.
Texas ofrece tierras para la construcción de campos de detención masiva
La comisionada de la Oficina General de Tierras de Texas, Dawn Buckingham, ha propuesto una medida que podría convertirse en el primer paso hacia la creación de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
En una carta dirigida al presidente electo Donald Trump, Buckingham ofreció al gobierno 567 hectáreas de tierra ubicadas en el condado de Starr, cerca de Rio Grande City, para la construcción de instalacionesdestinadas a procesar, detener y deportar a migrantes de manera masiva.
Este terreno, que actualmente se utiliza para cultivos agrícolas como cebollas, canola y maíz, sería destinado a albergar campos de detención, una propuesta que ha generado gran controversia en medio del debate migratorio.
Buckingham destacó que la Oficina General de Tierras de Texas está lista para colaborar con el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales para hacer realidad este proyecto, el cual se alinea con los planes de Trump para reforzar las políticas de deportación y control fronterizo.
Sheinbaum reacciona a deportaciones masivas y campos de detención
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su desacuerdo con laspolíticas migratorias propuestas por Donald Trump, especialmente en relación con la posible deportación masiva de migrantes y la construcción de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
Durante su conferencia de prensa mañanera, Sheinbaum destacó que su gobierno no acepta que los migrantes sean tratados como criminales, subrayando que existen instituciones de justicia para abordar estos temas de manera adecuada.
«Primero, evidentemente no estamos de acuerdo en que se trate a los migrantes como criminales, para eso existen las instituciones de justicia en cualquier lugar del mundo», afirmó la mandataria, quien también enfatizó la relevancia de la contribución de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
En este sentido, Sheinbaum detalló que su administración tiene cuantificados los beneficios que estos migrantes aportan al país vecino, tanto a nivel laboral como en términos de impuestos.
Como parte de las preparaciones para un posible cambio de administración en Estados Unidos, Sheinbaum informó que su gobierno trabaja en un plan para enfrentar la eventualidad de deportaciones, asegurando que, en caso de que se den, México está listo para recibir a los connacionales deportados.
«En caso de que hubiera deportaciones nosotros vamos a recibir a las y los mexicanos, tenemos un plan para ello, pero vamos a trabajar previo a ello que no tienen por qué deportarse a nuestros connacionales, que al contrario, benefician incluso la economía de Estados Unidos», añadió.
Además, la mandataria anunció que, en los próximos días, se celebrará una reunión con su gabinete para definir los temas clave que se tratarán con el equipo de Trump una vez que este asuma la presidencia, entre los que se incluyen la seguridad, el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como cuestiones culturales y de amistad bilateral.