Este día se cumplen cinco años del indignante asesinato de Marisela Escobedo, defensora de derechos humanos que había decidido hacer un plantón al lado de la enigmática Cruz de Clavos frente al Palacio de Gobierno del estado de Chihuahua por la impunidad en que se encontraba el asesinato de su hija Rubí Marisol Frayre Escobedo.
El 16 de diciembre de 2010, alrededor de las 20:00 horas y ante a los ojos del mundo, un hombre intentó dispararle. Marisela corrió hacia el Palacio de Gobierno y los guardias no abrieron las puertas, lo cual se volvería una práctica común desde que asumió la gubernatura César Duarte. A los pocos segundos, una bala mortal la encontró y la privó de la vida.
Ante la presión nacional e internacional, las autoridades de Chihuahua presentaron José Enrique Jiménez Zavala (alias “el wicked”)como el autor material del homicidio. No obstante, la familia y principalmente el hermano de Marisela -quien le vio el rostro al asesino-, desmintió la participación de éste en el crimen. Cabe recordar que cuatro años después, de manera por demás sospechosa, “el wicked” fue asesinado en la cárcel, cerrándose así el caso y la posibilidad de conocer la verdad sobre el mismo.
Marisela había caminado por un interminable via crucis en la exigencia de justicia para su hija Rubí, que con solo 16 años había sido asesinada por su compañero sentimental, Sergio Rafael Barraza Bocanegra. Al igual que miles de madres que exigen justicia en el caso de sus hijos e hijas, se convirtió en investigadora y, a diferencia de la negligencia de las autoridades, detectó en varias ocasiones el paradero del asesino de Rubí para que lo detuvieran. Inicialmente, ella llevó el caso de Rubí sola, caminando diariamente desde la Fiscalía hasta la ciudad judicial. Luego de haberse emitido la injusta sentencia solicitó al Centro de Derechos Humanos de las Mujeres que fuera su representante legal y asumiera el juicio de casación correspondiente.
Marisela marchó a la ciudad de México exigiendo justicia y pidió una reunión con el entonces Presidente Felipe Calderón, la cual nunca fue concedida. También marchó a otras ciudades, como Zacatecas, en donde de nueva cuenta ella pudo encontrar al asesino de su hija, cosa que no había podido lograr la Fiscalía General de Chihuahua.
El 8 de diciembre Marisela hizo dos declaraciones, una ante el Fiscal General y otra ante el Comisario de la Policía Federal, en las que dio suficiente información de sus indagatorias, lo cual la puso en alto riesgo. Sorpresivamente, tal información fue suprimida del expediente penal.
A cinco años de su asesinato es imposible borrar los gritos de auxilio cuando corría por su vida. También es imposible borrar los llantos desesperados cuando en abril de 2010 el tribunal de juicio oral exoneraba a Sergio Barraza, quienes renunciaron ante la gran indignación desatada en todos los sectores y el asombro de la sociedad. Igualmente, es inolvidable recordar que su muerte vino seguida del secuestro y posterior asesinato de su cuñado, la quema del negocio de éste, y de la solicitud de asilo político de sus hijos y nieta, quienes desde Estados Unidos siguen exigiendo justicia para su hermana y su madre, y anhelan volver a su tierra.
Aun cuando se cuenta desde hace seis años con la histórica sentencia de “Campo Algodonero” y con cientos de recomendaciones de instancias internacionales sobre la atención, prevención, sanción y erradicación de la violencia hacia niñas y mujeres, Chihuahua sigue teniendo impostergables retos: es el segundo estado con mayor número de violaciones sexuales denunciadas, el primero con mayor número de embarazos de adolescentes y el cuarto lugar del país en violencia doméstica. Es el estado cuyas cinco principales ciudades se encuentran entre las 15 peores para ser mujer en México, lo cual se demuestra en el hecho que de los 2,361 feminicidios cometidos desde 1993 a la fecha, el 59% se haya cometido en los últimos seis años.
Asimismo, Chihuahua es uno de los estados más autoritarios, corruptos y endeudados de la República Mexicana.El estado se encuentra en el antepenúltimo lugar del índice democrático y carece de división real de poderes y el Poder Judicial. Chihuahua es uno de los estados más riesgosos para las personas defensoras de derechos humanos en México.
En este día conmemoramos la vida de una mujer valiente, comprometida y con un inmensurable amor hacia su hija y su familia. Pero también denunciamos la responsabilidad de las autoridades en prevenir y sancionar su cobarde asesinato. Por ello, el día de hoy se realizarán actos de exigencia de justicia del caso y de cumplimiento de la recomendación 44/2013 de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), tanto a las 13:00 horas afuera del consulado de México en El Paso como a las 18:00 horas en la placa colocada en el lugar donde fuera asesinada la ciudad de Chihuahua. El primer evento será organizado por Mexicanos y Mexicanas en el Exilio (MexenEx), mientras que en el segundo participarán activistas sociales de Chihuahua.
Centro de Derechos Humanos de las Mujeres