El final del verano no sólo significa que es tiempo de retomar el trabajo o volver a clases. Para muchos estudiantes universitarios, el otoño marca una interrupción al amor de verano, en otras palabras, el regreso a la tan temida relación de larga distancia.
¿Pero de verdad son tan difíciles estos tipos de relaciones? O, como lo sugiere un estudio reciente, ¿la ausencia verdaderamente hace crecer el cariño?
Según algunos cálculos, hasta el 75% de estudiantes universitarios ha estado en una relación de larga distancia en algún momento, y aproximadamente entre el 25% y 50% de ellos actualmente se encuentra en una relación de ese tipo. Sin embargo, las relaciones de larga distancia no sólo son para los estudiantes; estudios muestran que más o menos 3 millones de parejas de adultos estadounidenses viven lejos también.
Investigaciones previas no contribuyen a que las personas crean que estas situaciones pueden funcionar. De hecho, un estudio realizado en el 2010 sugirió que los romances exitosos requieren que haya contacto cara a cara de forma regular, para poder funcionar.
Esa es la razón por la que este último estudio, publicado en la edición de junio de 2013 en el Journal of Communication, resulta tan alentador. Investigadores en la Universidad Cornell le preguntaron a 63 parejas en relaciones de larga distancia, y en relaciones de cercanía geográfica, que llevaran un registro de cuántas veces interactuaban con sus parejas, y por qué medio (llamadas telefónicas, mensajes de texto, video llamadas, etc.) lo hacían. Las parejas también llevaron un diario de qué información compartían con sus parejas, y qué tan cercanos a ellos se sentían después de interactuar por medio de estas herramientas de alta tecnología.
Luego de una semana, los investigadores entrevistaron a los participantes y les preguntaron sobre su satisfacción con la relación.
Tal vez no es de sorprenderse, pero las parejas que están en una relación de larga distancia estuvieron en contacto con más frecuencia, más o menos de tres a cuatro veces al día. Pero los investigadores también encontraron que este contacto frecuente pudo haber forjado lazos más fuertes entre la pareja.
Las parejas que están en una relación de larga distancia se sentían más cerca de la otra persona, que las parejas que se veían todo el tiempo. Esto posiblemente se debe a que las parejas que están en relaciones de larga distancia comparten sus sentimientos voluntariamente, sin ser persuadidos a hacerlo. También sintieron que aceptaban más los comportamientos de la otra persona, y consideraron que se estaban uniendo más, en lugar de sólo estar compartiendo información.
Como resultado, las parejas de larga distancia expresaron sentirse más comprometidos el uno con el otro, a pesar de que el 30% de ellos sólo se veía en persona de una a tres veces durante un mes.
Tiene sentido: Así como las relaciones en línea y el coqueteo en Facebook nos permite idealizar a los extraños porque no tenemos que vivir con sus peculiaridades, las relaciones de larga distancia pueden ayudar a que el romance permanezca por más tiempo.
«En cierta medida, las relaciones de larga distancia son un poco más fáciles, por lo menos en cuanto al deseo, a la satisfacción percibida, y a no tener que lidiar con la vida del día a día», explica Kristen P. Mark, directora del Laboratorio de Promoción de Salud Sexual en la Universidad de Kentucky. «Claro, extrañas a tu pareja y anhelas verlo otra vez, pero ese anhelo es exactamente lo que alimenta el deseo y la pasión en la relación. El hecho de que te pierdas de lo cotidiano permite que tu relación florezca en los aspectos positivos de la vida sin tener que preocuparte de pagar las cuentas, qué hacer de cena, o levantar a los niños y arreglarlos en la mañana».
Por otro lado, la tecnología puede facilitar que te presentes ante tu pareja con sólo una fachada superficial, y escondas tus verdaderos sentimientos. Las personas en relaciones de larga distancia harían bien en ser tan honestos con sus parejas como sea posible, y con ellos mismos, para asegurar que su romance tenga la profundidad necesaria para ser duradero cuando ya se encuentren geográficamente más cerca.
Dejando de lado las preocupaciones, creo que las relaciones de larga distancia en realidad nos pueden dejar una valiosa lección a todos nosotros.
«Poner un poco de ´distancia´ en tu relación puede resultar beneficioso, aún si no estás en una relación de larga distancia», dice Mark. «Alejarse para alimentar el deseo sexual o volver a encender la llama es una estrategia útil cuando la rutina diaria se torna monótona. Esto permite que se extrañen uno al otro, y se den cuenta de por qué es que son parte de sus vidas».
Así que, ya sea que tu novio asista a una universidad del otro lado del país, o que tu esposa simplemente se vaya durante una semana a un viaje de trabajo, no temas: El tiempo que pasen separados podría hacer que la relación sea más fuerte que nunca.
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