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Envían perros para consolar a residentes por matanza en Connecticut

La Iglesia Luterana Caridades de Chicago envió al poblado de Newtown, Connecticut, 10 perros labradores golden a fin de consolar a los afectados por la matanza del viernes pasado en una escuela primaria, que dejó 26 muertos, 20 de ellos niños.
La organización religiosa dio a conocer la decisión de enviar a los caninos, en espera de que los residentes se acerquen a acariciarlos como parte de una dinámica de autoayuda emocional, que incluye platicas y rezos, informó su presidente Tim Hetznar.
Los perros llegaron este domingo al poblado donde sucedió la tragedia, recorriendo una distancia de 800 millas desde el suburbio de Adisson, Illinois, donde tiene su sede, hasta Newtown, en Connecticut.
«Con frecuencia estos perros se utilizan por la iglesia para visitar a personas en hospitales, hogares de ancianos y parques, llevando consuelo y compañía», dijo Hetzner en un comunicado.
Cada perro lleva una tarjeta de visita con su nombre, la página de Facebook de la organización, cuenta de Twitter y correo electrónico para que las personas que tienen acercamiento con ellos sigan manteniendo contacto.
En Newtown, los perros se alojan en la iglesia Luterana Cristo Rey donde participarán esta semana en los primeros funerales para dos de los niños asesinados en la Escuela Primaria Sandy Hook, aunque están siendo de ayuda para quien lo requiera.
La utilización de los perros en este tipo de tragedias inició en el 2008 cuando sucedió la matanza de cinco estudiantes en la Universidad del Norte de Illinois, por un ex alumno que después se quitó la vida.
En esa ocasión los caninos caminaban por el campus para proporcionar distracción a su comunidad.
“Aquella vez el éxito de los perros en este propósito fue tan grande que los mismos alumnos empezaron a llamar para solicitar su regreso. Ahora el programa ha crecido y de unos cuantos canes en el área de Chicago contamos con 60 en seis diferentes estados», dijo.
Los labradores del programa «comfort-dog» han atendido otras situaciones de desgracia, como el reciente huracán Sandy en Nueva York, y un tornado en Missouri.
Este lunes, los perros estarán con los estudiantes de la escuela donde sucedió el tiroteo en actividades planeadas para después de clases.
En tanto, en Chicago la tragedia de Connecticut provocó que los directores de las escuelas públicas solicitaran la revisión de los planes de seguridad que existen en los planteles, además de iniciar la semana con la atención de los consejeros escolares al duelo nacional.
Los directivos de las escuelas expusieron a las autoridades la necesidad de establecer programas de emergencia que refuercen la seguridad de más de 400 mil alumnos en los planteles públicos de esta ciudad, que representa el tercer distrito escolar más grande del país.
En respuesta a la solicitud, la dependencia Escuelas Públicas de Chicago reiteró la existencia de medidas de seguridad en los planteles, como simulacros de tornados, incendios y situaciones de encierros, lo que incluye un tiroteo, según información de la dependencia.
Por otra parte, este fin de semana diversos medios informativos de Chicago difundieron una entrevista con Marzha Lanza, tía del asesino de Connecticut, en la que asegura que toda su familia está conmocionada por los hechos y afligida.
La mujer, quien vive en el suburbio de Crystal Lake, es hermana del padre de Adam Lanza, el responsable de la muerte de 26 personas, entre ellos su propia madre y 20 niños, de quien aseguró «era un chico muy brillante”.

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Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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