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Ciencia y Tecnología

‘Eris’, nueva variante de covid-19, se propagó en todo México en solo 101 días: GISAID

Ciudad de México.- En 101 días, la nueva variante Eris de covid-19, conocida por su nombre científico EG.5, se extendió a todo el país, con un total de 38 casos confirmados, de acuerdo con la plataforma GISAID (Global Initiative on Sharing All Influenza Data).

El primer caso reportado fue el de una mujer de 49 años de la Ciudad de México que acudió al Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen) el pasado 14 de junio de 2023 y cuya confirmación se publicó el 4 de julio de 2023.

Luego el Inmegen, el Instituto Mexicano del Seguro Social, el Instituto de Diagnósticos y Referencia Epidemiológica (Indre) y los diversos Laboratorios Estatales de Salud Pública (LESP) actualizaron en la plataforma de GISAID los casos recientes de Eris, demostrando que la variante de preocupación se propagó rápidamente en todo el país en un periodo cercano a los tres meses.

Entre los 38 casos notorios se encuentran un bebé varón, nacido en Chalco, Estado de México, que fue internado. En este contagio se llevó a cabo la recolección de hisopado el pasado 21 de julio.

De Chalco también, un hombre y una mujer de 54 y 51 años, respectivamente, fueron internados. La toma de muestra de ambos fue el 8 de agosto.

Asimismo, se reportó una niña de 11 años de Tlanepantla de Baz, cuya atención fue ambulatoria. La prueba se tomó la muestra el 1 de agosto de este año. En esa misma demarcación, un varón de 76 años también acudió a los servicios tras presentar síntomas el pasado 3 de agosto.

De acuerdo con los datos, el contagio es más común en mujeres de edades productivas, desde los 26 hasta los 54 años, esencialmente de Puebla, Guerrero, Michoacán, Guanajuato, Querétaro, Colima, Veracruz, San Luis Potosí, Quintana Roo, Estado de México, Jalisco, Coahuila, Chihuahua, Nuevo León, Aguascalientes, Baja California y Baja California Sur, entre otros.

Pero en los casos de hospitalización hay una tendencia al alza en los adultos mayores. Una mujer de 72 años, de Guerrero, tuvo que ser hospitalizada y lo mismo ocurrió con una paciente de Guanajuato, de 61 años, que estuvo internada.

También se registraron hombres de 40 y 49 años, que estuvieron en fechas diferentes en Puerto Vallarta, Jalisco y quienes requirieron ser internados; así como dos más, uno de 54 y otro de 81 años, ambos de Coahuila. A esto se le sumó uno de Chihuahua, de 51 años.

Se suman otros casos, como el de una mujer de 55 años y dos varones, uno de 61 y otro de 65 años, de Nuevo León, quienes igualmente estuvieron bajo vigilancia médica. Asimismo, uno de 54 y otro de 81 años de Coahuila.

Hay pocos casos de gente joven internada, una de ellas de 31 años, de la Ciudad de México, y una de 55 de Nuevo León.

Eris es la cepa del coronavirus clasificada de interés por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cual empezó a circular en China, Estados Unidos y Canadá para luego propagarse rápidamente en más de 50 países debido a “su alta capacidad de transmitirse, de evadir la inmunidad adquirida por vacuna o contagio”.

Fue el pasado 8 de agosto cuando la OMS alertó sobre la nueva variante EG.5, también conocida como Eris, detectada el 17 de febrero, pero dejó en claro que “no parece suponer una amenaza mayor para la salud pública que las otras que se han descubierto desde que surgió el virus”.

Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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