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Escándalo de Adán Augusto y su exjefe de seguridad vinculado al narco llega a la portada del New York Times

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El caso de Adán Augusto López y su exsecretario de Seguridad, Hernán Bermúdez, señalado por presuntos vínculos con el grupo criminal “La Barredora”, escaló este viernes a la portada del diario estadounidense The New York Times, generando presión internacional sobre el gobierno mexicano.

El diario destaca que esta investigación complica la posición de México frente a Estados Unidos, en un momento en el que el expresidente Donald Trump ha retomado sus acusaciones sobre la supuesta falta de control del gobierno mexicano ante el crimen organizado. Trump incluso ha planteado, en reiteradas ocasiones, que las fuerzas armadas de su país entren a territorio mexicano para combatir a los cárteles, propuesta que la presidenta Claudia Sheinbaum ha rechazado tajantemente.

“El señor Trump insistió a la señora Sheinbaum en que permitiera la intervención militar directa en México contra el crimen organizado”, señala el artículo. Tras la negativa, Trump aseguró que la presidenta “tiene miedo” de los cárteles.

En ese contexto, se reveló una investigación que vincula a Hernán Bermúdez, quien fuera mano derecha de Adán Augusto en materia de seguridad durante su gestión en Tabasco, con organizaciones criminales. Esta relación ha puesto en el centro de la polémica al actual senador y figura cercana al presidente Andrés Manuel López Obrador.

Adán Augusto reapareció públicamente el pasado 23 de julio durante la sesión de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, donde intentó deslindarse del caso usando una intervención cuidadosamente preparada. Mientras tanto, la bancada de Morena ha cerrado filas en torno al senador, respaldándolo y asegurando que no dejará su escaño.

El escándalo ocurre en un momento clave, cuando se redefinen las relaciones de seguridad entre México y Estados Unidos y crece el escrutinio internacional sobre las estructuras de poder vinculadas al crimen organizado en el país

México

México acordó con Estados Unidos liberar agua del Río Bravo desde el 15 de diciembre

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El Gobierno de México y Estados Unidos fortalecieron su cooperación para la gestión del agua en la cuenca del Río Bravo, tras varias semanas de negociaciones, y acordaron iniciar entregas de agua a partir del 15 de diciembre, informó la Secretaría de Relaciones Exteriores mediante un comunicado.

Ambos países coincidieron en la importancia de cumplir con las obligaciones establecidas en el Tratado de Aguas de 1944, instrumento que regula la distribución del recurso hídrico y la administración de aguas compartidas entre las dos naciones. Como parte del acuerdo, México liberará un volumen de 249 mil 163 millones de metros cúbicos de agua para Estados Unidos, conforme a los términos del tratado.

La Secretaría de Relaciones Exteriores precisó que las entregas se realizarán dentro del marco legal vigente, respetando la disponibilidad hidrológica y los límites operativos establecidos, sin afectar el suministro de agua para consumo humano ni la producción agrícola en la región fronteriza.

El entendimiento se consolidó después de que el 8 de diciembre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reclamara a México el adeudo de agua correspondiente y advirtiera sobre la imposición de aranceles de 5 por ciento en caso de incumplimiento. Un día después, el 9 de diciembre, se llevó a cabo de manera virtual la quinta reunión binacional del año para dar seguimiento a las entregas y evaluar la situación técnica.

En dicho encuentro participaron funcionarios de alto nivel de ambos gobiernos. Por parte de México asistieron el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Julio Berdegué; el subsecretario para América del Norte y encargado del despacho de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Roberto Velasco; y el titular de la Comisión Nacional del Agua, Efraín Morales. Por Estados Unidos participaron la secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, y el subsecretario de Estado, Christopher Landau.

El Tratado de Aguas de 1944 no solo contempla la entrega de agua, sino también la generación de energía eléctrica, el control de avenidas, obras de saneamiento del río Tijuana y la operación de las presas internacionales Falcón y La Amistad. Ambos gobiernos señalaron que han trabajado de manera coordinada para atender el ciclo actual y cubrir el déficit del ciclo anterior, conforme a lo establecido en el Artículo 4 del acuerdo.

Las autoridades destacaron la necesidad de mantener el diálogo técnico a través de la Comisión Internacional de Límites y Aguas y la International Boundary and Water Commission, con el objetivo de garantizar la sostenibilidad del recurso hídrico y la protección de la población y la agricultura frente a la sequía histórica. Con este acuerdo, México reiteró su compromiso con los tratados internacionales y la cooperación bilateral en materia de agua.

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