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¿Escuela para exorcistas? Sí; un obispo la encabeza

Con crucifijo alzado, rocío de agua bendita, oraciones llenas de fervor y la mirada fija en el poseído, Manuel Acuña muestra su receta para apartar al diablo en su escuela para consultores en exorcismo de Santos Lugares, la primera de América Latina.
Dios me ha puesto en este camino, yo no elegí ser exorcista. Ser exorcista es un llamado, el llamado de dios a trabajar en la infantería entre los suyos”, dice Acuña, que se presenta como obispo carismático luterano y dice haber hecho el mayor exorcismo del mundo.

Acuña, de 54 años, ofrece sus misas de sanación contra hechizos y maleficios en la pequeña y modesta parroquia El Buen Pastor, donde asegura que hizo “el mayor exorcismo del mundo” en 2015, el de Laura, que había estado diez de sus 23 años internada en un hospital psiquiátrico y hoy “está perfectamente bien de salud”.

Con un penetrante olor a incienso, el obispo recibe frente al altar donde reposan estatuillas del arcángel San Gabriel, el “exorcista invisible”, y del arcángel San Rafael, patrono de la salud.

Son 35 los alumnos, todos adultos, que cursan la carrera de Parapsicología, Angelología y Demonología, por 700 pesos mensuales para obtener en tres años un título de Consultor Exorcístico.

Aprender todas las herramientas es una forma de poder combatir” al diablo, dice Luciana Jeaume, una empleada de 38 años interesada desde pequeña por la brujería y hechicería, ahora aprendiz de exorcismo. El programa incluye clases de filosofía, psicología y antropología, pero también de chamanismo, interpretación de fenómenos paranormales y demonología, que “estudia el carácter y la función del diablo y de todos los demonios”, explica Acuña.

AQUEL 4 DE ABRIL DEL 2001
El padre Manuel, como lo llaman todos, dice que el 4 de abril de 2001, en plena misa, una quinceañera empezó a reptar y a hablar en otras lenguas. Pese a que la chica pesaba sólo 40 kilos, Acuña necesitó de otras ocho personas para sostenerla. Aquel día hizo su primer exorcismo y desde entonces realizó otros 1,200, sostiene.

No tuve miedo. Ese día intercambié cartas de presentación con el diablo”, describe este hombre que pertenece a la Asociación de Iglesias Evangélicas Luteranas Independientes, con sede en Nueva York. En una pared de la parroquia, una imagen del rostro ensangrentado de Cristo parece abrir y cerrar los ojos según desde donde lo mire el visitante.

Mientras habla, el “obispo exorcista”, como se presenta, levanta la cruz de madera que utiliza en las misas de sanación, la misma que usó para exorcizar a Laura y que Dios le “indicó en un sueño”, afirma. Una vez por mes convoca a un ritual contra hechizos y maleficios y la presencia de cientos de fieles obliga a cortar la calle. Entre ellos se producen “manifestaciones diabólicas”, con gritos y desmayos.

TESTIMONIOS EN FOTOS Y VIDEO
En un pasillo decenas de fotos muestran al anfitrión junto a personajes de la farándula y en sus apariciones mediáticas. También se lo ve con el padre Jorge Bergoglio, hoy papa Francisco, aunque los luteranos no responden al Vaticano. “El misterio de lo invisible puede ejercer fascinación en unos, pero también muchas críticas. No somos ingenuos, se me ha llamado de todas formas posibles”, dice.

El pastor Esteban Tronovsky, de la Iglesia Evangélica Luterana Argentina, que no apoya el exorcismo, considera que esta práctica no se aprende. “Hay cuestiones que van más allá del simple conocimiento, que están supeditadas al mandato de Dios”, dice al marcar distancia con esta escuela.

La nueva carrera busca que la práctica exorcística sea aprendida por personas comunes. Entre el alumnado hay amas de casa, abogados, un escritor, un arquitecto. “El consultor exorcístico va a estar en condiciones de determinar dónde hay una manifestación diabólica, una posesión, una opresión, una obsesión o un maleficio”, herramientas para poder “hacer prevención espiritual”, explica Acuña. El padre advierte contra “la brujería, la adivinación y la superstición, porque son caminos abiertos a lo negativo y a la presencia diabólica”.

EXPLICACIÓN CON VELA EN MANO
En la parroquia hecha aula, Eduardo Klinec, un alumno, explica con vela en mano a sus compañeros de curso de qué manera prenderla para una sanación. Es su examen final de velomancia (adivinación con velas) frente al histriónico parapsicólogo Alejandro Morgan, el docente, un ex futbolista cuyos conocimientos de ocultismo le vienen de su abuela.

El miedo y el escepticismo se van con el conocimiento”, sostiene Klinec, un empleado informático de 53 años que busca compensar “lo mental, la lógica y lo material” de su vida laboral. Los estudiantes abordan también la radiestesia (percibir radiaciones electromagnéticas) y los eneagramas, un sistema de clasificación de personalidad.

 

Excelsior

Resto del mundo

Muere Alberto Fujimori, expresidente de Perú

lberto Fujimori, expresidente de Perú, murió a los 86 años este jueves 11 de septiembre, luego de una lucha contra el cáncer que duró años.

La familia del exmandatario condenado y señalado de abusos contra los Derechos Humanos fue quien informó la muerte a través de las redes sociales de su hija, Keiko Fujimori.

“Después de una larga batalla contra el cáncer, nuestro padre, Alberto Fujimori acaba de partir al encuentro del Señor. Pedimos a quienes lo apreciaron nos acompañen con una oración por el eterno descanso de su alma”, externó Keiko Fujimori, excandidata a la Presidencia de Perú.

Minutos antes, el abogado de Fujimori, Elio Riera, se adelantó a la familia y escribió su propia despedida al exmandatario en la red social X.”Señor presidente, gracias por todo. Descanse en paz. Su legado perdurará en la historia”, expresó Riera, que lo representaba en un nuevo juicio oral por la matanza de Pativilca perpetrada en 1992.

Su amistad para mí será eterna. Recordaré siempre sus palabras: logramos el objetivo. Hasta pronto mi gran amigo”, agregó el letrado.

Alberto Fujimori quería buscar nuevamente la Presidencia de Perú en 2026 a pesar de su condición de salud.

¿Quién fue Alberto Fujimori?

Nacido el 26 de junio de 1938 en Lima, Perú, Alberto Fujimori fue presidente de dicho país entre 1990 y el 2000.

El primer hijo de japoneses en llegar a ser jefe de Estado de otro país en el mundo por voluntad popular fue elegido tres veces como presidente de Perú desde 1990 a 2000. Fujimori pasó sus últimos meses de vida en libertad al beneficiarse de un indulto humanitario que permitió su excarcelaciónen diciembre de 2023 tras pasar 15 años en prisión con cargos por asesinato.

Durante sus mandatos —el último de ellos de menos de un año— aplicó duras medida de ajuste económico, pero mantuvo altos niveles de popularidad. Sin embargo, en el año 2000, tras fuertes cuestionamientos internacionales por abusos a los derechos humanos, huyó a Japón y renunció por fax.

Después, el exmandatario fue condenado a 25 años de prisión, en 2009, con cargos por asesinato que lo señalaban como responsable de la creación y financiación en su gobierno de un escuadrón militar clandestino que mató al menos a 25 personas —entre universitarios y vecinos de un barrio de la capital, incluido un niño— a quienes consideraron exguerrilleros de Sendero Luminoso.

Su ascenso rápido al poder ocurrió en medio de la ruina económica en la que se encontraba Perú en julio de 1990, al término de los cinco años de gobierno de su antecesor Alan García. En agosto de ese añola inflación mensual llegó a 397 por cientoy el país soportaba una década de sangriento conflicto armado interno entre las fuerzas de seguridad y los grupos terroristas Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru

“Enfrentó al terrorismo, controló la hiperinflación y hasta el momento se sigue su línea económica para bien o para mal”, dijo a The Associated Press Yusuke Murakami, profesor de ciencia política en la Universidad de Kyoto y experto en Fujimori.

Decepcionados de los partidos políticos que no acabaron con el caos que se vivía, los peruanos eligieron como presidente en 1990 al ingeniero agrónomo Fujimori, quien entonces era un desconocido profesor de matemáticas en la Universidad Nacional Agraria de La Molina. Venció en segunda vuelta al premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa.

Le decían “el Chino” por sus ojos rasgados y su tez morena, que lo acercaban a la mayoritaria población de Perú: los mestizos e indígenas.

Fujimori, quien cumplió 86 años el pasado 28 de julio, abandonó en diciembre pasado la cárcel de Lima en la que cumplía una condena de 25 años por delitos de lesa humanidad, luego de que el Tribunal Constitucional (TC) restituyera el indulto humanitario que le otorgó en 2017 el entonces gobernante Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018).

Esa decisión fue adoptada en desafío a las órdenes de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH).

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