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Resto del mundo

España detiene al narcotraficante Manuel Charlín Gama

La policía española detuvo este miércoles a 18 personas en una operación contra el narcotráfico desarrollada en la región de Galicia, entre ellas Manuel Charlín Gama, histórico patriarca del «clan de los Charlines» y su hijo Melchor.

Según informaron fuentes policiales, se trata de una organización dedicada a la importación, el transporte y el contrabando de drogas.

La detención de estas personas está vinculada al decomiso de una «importantísima cantidad de cocaína» interceptada en una embarcación cerca del archipiélago atlántico de las Azores, Portugal, informó un representante del gobierno español en Galicia.

Los agentes efectuaron varios registros en varias localidades gallegas, como Villagarcía de Arosa, y en Marbella, Huelva y Yuncos, se prevén más detenciones.

Destaca la presencia en la organización del histórico narco Manuel Charlín, de 85 años, con una larga ficha policial y judicial, y considerado una persona clave de la historia del narcotráfico en España.

Charlín ya había pasado por la cárcel cuando su nombre saltó a los medios de comunicación por la Operación Nécora, desarrollada por el entonces juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón en 1990.

Fue el primer gran golpe asestado por la Justicia española a las bandas del narcotráfico que operaban en las rías gallegas.

En 1999, la Audiencia Nacional lo condenó a 20 años de cárcel por organizar el transporte en barco de 600 kilos de cocaína desde Colombia hasta las costas de Galicia.

Y en 2003 volvió a ser condenado, junto a otros trece miembros del clan, a 15 años por los delitos de blanqueo de dinero procedente del narcotráfico y fraude fiscal, aunque el Tribunal Supremo rebajó después esa pena a 13 años.

En 2010, Manuel Charlín salió en libertad gracias a la nueva doctrina judicial de refundición de las penas.

Resto del mundo

Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

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