El grupo yihadista Estado Islámico (EI) dinamitó la prisión de Palmira, uno de los símbolos de la represión del régimen sirio que, según una ONG, perpetró el sábado una nueva matanza en la provincia de Alepo con bombardeos que dejaron 71 civiles muertos.
En el vecino Irak, las fuerzas gubernamentales avanzaron hacia Ramadi, tratando de aislar a los yihadistas del EI en esta ciudad al oeste del país, antes de dar el asalto.
En el centro de Siria el EI voló la tristemente famosa prisión de Palmira, una de las cárceles más temidas del país. Este gran centro penitenciario situado en pleno desierto y cuya mera mención aterroriza a los sirios, “fue destruido en gran parte después de que el EI colocara bombas en su interior y en los alrededores”, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). La histórica ciudad, célebre por sus ruinas, fue tomada hace diez días por los yihadistas.
SÍMBOLO DEL TERROR
Simpatizantes del EI difundieron en Twitter varias imágenes de la supuesta destrucción, con fotos de la explosión y edificios destruidos.
“El EI borra una prueba de los crímenes del clan de los Asad haciendo estallas la célebre prisión de Palmira”, tuiteó Mohamad Sarmin, opositor sirio en el exilio.
“TERROR DE LOS ASAD”
Otros afirmaban que había que preservar ese “símbolo del terror de los Asad”, con todo lo que podría servir como evidencia de las atrocidades cometidas en su interior.
La prisión de Palmira se hizo famosa por la masacre de centenares de presos en los años 1980, en tiempos de Hafez al Asad, padre del actual presidente, aunque la tortura se ha practicado durante años.
Antes de la caída de Palmira en manos del EI, el régimen sirio trasladó a los detenidos a otras prisiones del país, según el OSDH.
En la provincia de Alepo, los bombardeos se dirigieron contra la ciudad de Al Bab, en manos del EI, y contra el barrio de Al Shaar, bajo control de los rebeldes sirios, precisó el OSDH.
Campos de detención: el terrible plan de Trump contra los migrantes
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender las alarmas en el ámbito migratorio al adelantar un plan que, de concretarse, marcaría un giro radical en la política de deportaciones de Estados Unidos. Sus recientes declaraciones apuntan a la creación de un sistema masivo de detención y expulsión, respaldado por el ejército, lo que ya ha generado controversia entre expertos, activistas y políticos de todas las esferas.
Una emergencia nacional para deportaciones masivas
Trump, quien regresará a la Casa Blanca en 2025, reafirmó en la plataforma Truth Socialque su administración estaría preparada para declarar un estado de emergencia nacionalcon el objetivo de enfrentar lo que ha llamado «una invasión permitida por Joe Biden».
Esta declaración se suma a los comentarios de Tom Fitton, director de la organización conservadora Judicial Watch, quien sugirió que se utilizarían recursos militares para implementar un programa de expulsiones masivas. El expresidente respondió tajantemente: «¡Es verdad!».
El alcance de este plan incluye el despliegue de la Guardia Nacional y, si es necesario, tropas federales. «La Guardia Nacional debería ser capaz de encargarse de las deportaciones; si no, usaría el ejército», afirmó Trump en una entrevista con Time en abril.
Durante su presidencia, Trump endureció significativamente las políticas migratorias, pero sus nuevas propuestas revelan un nivel de agresividad sin precedentes. A esto se suma, la idea de establecer «campos de detención» en Texas, en donde se albergaría a los migrantes antes de ser deportados.
Texas ofrece tierras para la construcción de campos de detención masiva
La comisionada de la Oficina General de Tierras de Texas, Dawn Buckingham, ha propuesto una medida que podría convertirse en el primer paso hacia la creación de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
En una carta dirigida al presidente electo Donald Trump, Buckingham ofreció al gobierno 567 hectáreas de tierra ubicadas en el condado de Starr, cerca de Rio Grande City, para la construcción de instalacionesdestinadas a procesar, detener y deportar a migrantes de manera masiva.
Este terreno, que actualmente se utiliza para cultivos agrícolas como cebollas, canola y maíz, sería destinado a albergar campos de detención, una propuesta que ha generado gran controversia en medio del debate migratorio.
Buckingham destacó que la Oficina General de Tierras de Texas está lista para colaborar con el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales para hacer realidad este proyecto, el cual se alinea con los planes de Trump para reforzar las políticas de deportación y control fronterizo.
Sheinbaum reacciona a deportaciones masivas y campos de detención
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su desacuerdo con laspolíticas migratorias propuestas por Donald Trump, especialmente en relación con la posible deportación masiva de migrantes y la construcción de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
Durante su conferencia de prensa mañanera, Sheinbaum destacó que su gobierno no acepta que los migrantes sean tratados como criminales, subrayando que existen instituciones de justicia para abordar estos temas de manera adecuada.
«Primero, evidentemente no estamos de acuerdo en que se trate a los migrantes como criminales, para eso existen las instituciones de justicia en cualquier lugar del mundo», afirmó la mandataria, quien también enfatizó la relevancia de la contribución de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
En este sentido, Sheinbaum detalló que su administración tiene cuantificados los beneficios que estos migrantes aportan al país vecino, tanto a nivel laboral como en términos de impuestos.
Como parte de las preparaciones para un posible cambio de administración en Estados Unidos, Sheinbaum informó que su gobierno trabaja en un plan para enfrentar la eventualidad de deportaciones, asegurando que, en caso de que se den, México está listo para recibir a los connacionales deportados.
«En caso de que hubiera deportaciones nosotros vamos a recibir a las y los mexicanos, tenemos un plan para ello, pero vamos a trabajar previo a ello que no tienen por qué deportarse a nuestros connacionales, que al contrario, benefician incluso la economía de Estados Unidos», añadió.
Además, la mandataria anunció que, en los próximos días, se celebrará una reunión con su gabinete para definir los temas clave que se tratarán con el equipo de Trump una vez que este asuma la presidencia, entre los que se incluyen la seguridad, el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como cuestiones culturales y de amistad bilateral.