Conecta con nosotros

México

Estas son las medidas de la polémica Ley de Seguridad Interior

Las medidas de la Ley de Seguridad aprobadas por la Cámara de Diputados y enviadas al Senado, son las siguientes:

A las fuerzas estatales y federales y, en casos excepcionales, a las Fuerzas Armadas corresponderá la aplicación de la Ley de Seguridad Interior.

Las Fuerzas Armadas podrán intervenir cuando las autoridades civiles se vean rebasadas en el combate al crimen.

A petición de legislaturas estatales o Gobernadores, el Presidente podrá ordenar la participación de las Fuerzas Armadas en un territorio por casi 12 meses y será el único que tendrá la decisión de prolongar la estadía de elementos en casos excepcionales.

Las Fuerzas Armadas podrán actuar de manera inmediata, luego de la orden emitida por el Presidente en situaciones de emergencia nacional, sin requerimiento alguno.

No serán consideradas como amenazas a la seguridad interior las protestas sociales o con motivos político-electorales.
En todo momento, las autoridades deberán respetar los derechos humanos y las garantías constitucionales.

Las Fuerzas Armadas, en casos de no emergencia, sólo podrán intervenir en un territorio mediante la emisión de una Declaratoria de Protección a la Seguridad Interior.

Para la coordinación y ejecución de las acciones de seguridad, la Secretaría de Gobernación será la encargada de implementar esquemas de colaboración.

Autoridades federales tendrán la obligación de cumplir con políticas, programas y acciones de prevención que atiendan el Programa de Seguridad Nacional y la Agenda Nacional de Riesgos.

1.A propuesta del secretario técnico, La Agenda Nacional de Riesgos (ANR) es aprobada anualmente por el titular del Ejecutivo en el seno del Consejo de Seguridad Nacional.

2. La ANR identifica alertas y amenazas a la Seguridad Nacional, la probabilidad de su ocurrencia, las vulnerabilidades del Estado frente a fenómenos diversos y las posibles manifestaciones.

Esta Ley de Seguridad Interior fue cuestionada por la Oposición y ONGs porque consideran que es necesaria, sin embargo, da discrecionalidad al poder Ejecutivo en el uso de fuerzas armadas, comentó Alfredo Lecona, del colectivo Seguridad Sin Guerra en entrevista con Azucena Uresti en el noticiero de MILENIO Televisión.

Sin embargo, el comisionado nacional de Seguridad, Renato Sales y el vocero de Presidencia, Eduardo Sánchez afirmaron que las medidas de esta Ley no pretenden militarizar el país ni las instancias de gobierno serán sustituidas por las fuerzas armadas en la lucha anticrimen.

El vocero de presidencia señaló que en el 2016, sólo procedieron 44 quejas de posibles violaciones a los derechos humanos por parte de las Fuerzas Armadas, por lo que calificó como «absurdo» las críticas sobre la militarización del país.

Por su parte, Sales detalló que el objetivo de la Ley es generar policías estatales y municipales capaces de combatir al crimen organizado sin el apoyo del Ejército y la Marina.

De acuerdo con Milenio, el comisionado puntualizó: «además de dar certeza jurídica a Ejército y Marina que participan en el combate a los grupos delincuenciales, el objetivo es apoyar a las autoridades locales a través de mecanismos y plazos bien definidos cuando se declaren incapaces de hacerlo».

Mientras tanto, el analista Juan Ibarrola, comentó que México «ya está militarizado», porque quienes hacen la seguridad pública, atienden desastres naturales, campañas de reforestación, de salud y de alimentación, son los soldados.

México

Pone ‘El Mayo’ ultimátum: me repatrian o el colapso

Ismael «El Mayo» Zambada, líder de Cártel de Sinaloa, exigió al Gobierno de México que reclame a Estados Unidos su repatriación porque, de no hacerlo, la relación entre los dos países sufrirá un «colapso».

Juan Manuel Delgado González, asesor jurídico de Zambada en México, confirmó que la petición fue presentado ayer en el Consulado General de México en Nueva York un escrito al que tuvo acceso Grupo Reforma y donde Zambada exige que lo defienda el gobierno.

Debe intervenir (el gobierno) a fin de que el presente asunto no resulte en un colapso en la relación bilateral entre ambos países, puesto que no se debe de perder de vista la irregular e ilegal manera en que el suscrito fui puesto a disposición de las autoridades de los Estados Unidos de América».

En julio del 2024, Zambada fue engañado por Joaquín Guzmán López, hijo de «El Chapo» Guzmán, fue secuestrado para llevarlo a Texas donde enfrenta cargos por delincuencia organizada, homicidio, narcotráfico en gran escala y lavado de dinero, entre otros.

En la solicitud de asistencia consular, el capo señala que si no se interviene en favor de sus derechos, políticos y funcionarios mexicanos también pueden ser secuestrados y trasladados ilegalmente al país vecino.

Por lo anterior, expresa que la respuesta del Estado mexicano «no es opcional», porque tiene la obligación ineludible de defenderlo.

«Si el Gobierno de México no actúa, el suscrito seré condenado a pena de muerte sin lugar a ninguna duda y además esto constituirá un precedente peligroso que permitiría que en cualquier momento cualquier gobierno extranjero pudiera de manera impune violentar nuestro territorio y soberanía, interviniendo para la detención de cualquier persona, incluso políticos o funcionarios del Gobierno, para ser trasladados a la jurisdicción norteamericana sin que nada suceda», manifiesta.

«Exijo y demando que el Estado mexicano cumpla con su obligación ineludible de intervenir de manera inmediata, contundente y sin margen de discrecionalidad para exigir formalmente a los Estados Unidos de América garantías y seguridades absolutas, plenas, vinculantes e irrevocables de que no se me impondrá ni se ejecutará la pena de muerte en su jurisdicción. Esta exigencia no es opcional, ni puede ser interpretada como una cuestión de oportunidad política o diplomática».

El documento firmado por Zambada advierte que, de no haber una exigencia categórica y formal de sus garantías, «constituiría una traición al sistema jurídico mexicano» y al deber del Estado de garantizar la seguridad de sus ciudadanos, sin excepción alguna.

«En este contexto, en cuanto hace a mi asunto en particular, resulta una obligación del Estado Mexicano: presentar una protesta formal ante las autoridades estadounidenses, señalando la violación del Tratado (de México y Estados Unidos para prohibir los secuestros transfronterizos) y exigiendo el respeto a la soberanía mexicana y al debido proceso legal», señala.

Solicitar la repatriación inmediata de mi persona, argumentando que mi traslado fue ilegal y que cualquier proceso judicial en mi contra debe llevarse a cabo en México, conforme a las leyes nacionales y los acuerdos internacionales vigentes».

En una parte de su escrito, el líder del Cártel de Sinaloa requiere al Gobierno de México para que pida a los estadounidenses un informe detallado de las circunstancias de su secuestro y traslado, identificando quiénes permitieron su entrada a la Unión Americana y bajo qué base legal.

También, que le informen la identidad de las personas involucradas en su traslado, tanto del lado estadounidense como del lado mexicano.

La razón por la que alega que el Gobierno federal debe exigir la cancelación del proceso al que está sometido en Nueva York, es precisamente porque el procedimiento tiene como origen su secuestro y traslado ilegal a la Unión Americana.

«Esta exigencia no es una cuestión discrecional ni sujeta a consideraciones políticas o diplomáticas», dice.

Continuar Leyendo
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Más visto