Una tormenta llevó fuertes lluvias y vientos que desbordaron los ríos y provocaron evacuaciones, en la misma zona del centro de Texas que registró inundaciones devastadoras a principios de año.
El Río Blanco en Wimberley, al suroeste de Austin, aumentó a casi ocho metros, muy arriba de su nivel de desbordamiento, que es de cuatro metros. Los residentes fueron evacuados de la zona y un centro comunitario fue abierto para albergar a la gente.
Lluvias torrenciales durante el fin de semana del Día de los Caídos en Guerras desbordaron el Blanco y las aguas enfurecidas del río arrancaron al menos una casa de sus cimientos, matando a miembros de dos familias en su interior. Las tormentas en ese momento mataron a más de 30 personas en Texas y Oklahoma.
No hubo víctimas fatales reportadas por la tormenta, mientras el personal de emergencia en el centro y sur de Texas se apresuraba a cerrar las carreteras inundadas y a atender rescates por la subida de agua.
Los meteorólogos dicen que las partes inundadas de Texas no pueden soportar otra tormenta después de recibir 40 centímetros de lluvia en cuestión de horas, pero más de esas tormentas podrían estar en camino.
El meteorólogo Jason Runyen, del Servicio Meteorológico Nacional, dijo que una perturbación climatológica de México abrumó a los ya saturados vecindarios y los ríos entre Austin y San Antonio. Es la misma región del sur de Texas que los remanentes del huracán Patricia golpearon la semana pasada.
Runyen afirmó que la lluvia cesará para el fin de semana, pero no antes de que más lluvias potencialmente golpeen la zona otra vez el viernes por la tarde.
Fuente Excélsior