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Exhorta gobernadora a ediles a trabajar unidos con la administración estatal

Maru Campos Galván encabezó del Primer Encuentro de Alcaldesas y Alcaldes con la Gobernadora, que se desarrolló en el salón 25 de Marzo de Palacio de Gobierno, en el cual exhortó a las y los ediles a trabajar de manera coordinada con la administración estatal, para beneficio de las y los chihuahuenses.

En su mensaje, la gobernadora señaló que, si bien la pasada administración heredó deuda del antepasado gobierno, en el quinquenio anterior: “Se hizo lo que se quiso y tampoco hubo regulaciones, ni una forma de cambiar como se venían haciendo las cosas, no es solo la deuda, sino adeudos con proveedores por 14 mil millones, son fondos de reserva carreteros que dijeron, que los pague el gobierno de 2022”, declaró.

Dijo que estas decisiones dejaron al gobierno que inicia sin aportaciones, sin participaciones, sin fondo de reserva carreteros, con proveedores hasta el tope, heredando una deuda de 75 mil millones de pesos y ante ello solicitó paciencia a los y las alcaldesas de aquí a diciembre para el tema financiero, mientras: “se pone orden en la casa”, para tener una mayor capacidad de maniobra.

Resaltó que en los municipios se vive el día a día con los problemas de la población, y se trata de evitar el dolor evitable a través de cambiar un foco en el alumbrado público, de atender a la madre de familia para que llegue de forma segura a sus hijos, al padre de familia que después del Covid se quedó sin trabajo para sacar adelante a sus hijos.

La gobernadora dio a conocer que cuando fue alcaldesa, el 96 por ciento del dinero del Municipio de Chihuahua eran ingresos propios, por lo cual dijo que la creatividad de los alcaldes es básica para tener más posibilidades de maniobra, con apoyos de organismos internacionales, de empresas privadas, empresarios particulares, que pueden ayudarnos en las tareas que inician.

“Aprovechemos hoy en día que tenemos a un sector empresarial, a las universidades, a la sociedad civil organizada, dispuestos a ayudar a los municipios, al estado de Chihuahua a salir adelante, pero necesitamos coordinación, esa comunicación de vuelta que ustedes nos digan que es lo que se necesita”, aseveró.

La titular del Ejecutivo aconsejó a los presidentes y presidentas municipales a priorizar los proyectos que más y mejor impacten y beneficien la vida de los ciudadanos. “Veámonos como uno solo, si le van bien a Chínipas, a Meoqui, a Julimes, a Aquiles Serdán, le va bien al estado de Chihuahua.

Al dirigirse a los presentes, el coordinador de Gabinete, Luis Gerardo Serrato Castell, dijo que el objetivo de esta sesión de trabajo fue dar arranque conjunto al trabajo del Gobierno y de los gobiernos municipales, ya que Maru como ex alcaldesa conoce la responsabilidad, por lo cual él coordinará la relación con los 67 municipios, para trabajar en conjunto y alanzar las metas trazadas por los chihuahuenses.

A su vez, el secretario de Hacienda, José de Jesús Granillo Vázquez, expresó que el gobierno anterior trabajó con presupuestos deficitarios, lo cual plantea una situación complicada, no obstante, se trabajará para tener un presupuesto sin déficit dentro de tres años.

Al hacer uso de la palabra, Alcaldes y Alcaldesas los municipios de Aquiles Serdán, Parral, Juárez y Chihuahua, por mencionar a algunos, reiteraron su disposición para trabajar de la mano con la gobernadora, de forma unida y privilegiando el diálogo.

En este acto se contó también con la participación de Teresa Erives Baca, alcaldesa de Aquiles Serdán; César Alberto Peña Valles, alcalde de Hidalgo del Parral e Ivonne de la Hoya Venzor, presidenta municipal de Ascensión.

Opinión

Emilia Pérez: Una Mirada Cuestionada sobre México Por: Sigrid Moctezuma

En un mundo donde el cine es tanto un arte como una poderosa herramienta de representación cultural, las películas que abordan la identidad de un país llevan consigo una gran responsabilidad. Tal es el caso de Emilia Pérez, una cinta que, aunque prometía ser un relato innovador, ha generado un torrente de críticas por su visión estereotipada y su superficialidad al retratar la cultura nacional.

Descrita por sus creadores como un “narco-musical”, Emilia Pérez sorprendió al ganar cuatro Globos de Oro, lo que dejó en evidencia una desconexión entre las audiencias internacionales y la percepción mexicana. Mientras en el extranjero se celebra como un experimento cinematográfico audaz, aquí ha sido criticada por perpetuar clichés culturales que parecen sacados de una postal turística, ignorando las complejidades del México actual. Aunque su mezcla de comedia, drama y música despertó curiosidad inicial, para muchos terminó siendo un recordatorio de cómo los estereotipos siguen dominando la narrativa global.

Uno de los puntos de mayor desagrado ha sido la manera en que la película aborda temas sensibles como la identidad de género y la narcocultura. Si bien es positivo que estas cuestiones tengan espacio en la narrativa cinematográfica, en Emilia Pérez se sienten tratadas con una ligereza que no honra su trascendencia. Los personajes, en lugar de reflejar matices reales, se convierten en caricaturas que difícilmente conectan con el público.

Las críticas no solo vienen de los espectadores, sino también de sectores especializados en cine y cultura. Se ha señalado que la película parece diseñada para un público extranjero que consume el «México pintoresco», mientras ignora las voces y experiencias auténticas que definen al país. Lo que representa una oportunidad desperdiciada para proyectar un discurso que sea fiel a nuestra riqueza cultural y social.

Este fenómeno no es nuevo en el cine. Muchas producciones internacionales han intentado capturar supuestamente nuestra esencia, pero terminan cayendo en la trampa: el mariachi omnipresente, las cantinas llenas de tequila y la violencia gratuita. Emilia Pérez, desafortunadamente, parece sumar su nombre a esta lista.

No obstante, este tipo de reacciones también abre un espacio importante para la reflexión. La discusión que surge de estas películas pone sobre la mesa la necesidad de que seamos nosotros quienes contemos nuestras propias historias, desde múltiples perspectivas. Es imperativo que el relato cinematográfico internacional comience a escuchar más atentamente las voces locales y trabajen en colaboración para evitar simplificaciones que diluyan nuestra esencia.

En un mundo donde las plataformas digitales hacen que el cine viaje más rápido que nunca, la responsabilidad de representar adecuadamente a un país se vuelve aún más crucial. La recepción de Emilia Pérez debería servir como un recordatorio de que no somos un concepto único y fácil de definir, sino una amalgama compleja de historias, tradiciones y modernidades.

Quizá, en el futuro, podamos ver más producciones que tomen este desafío en serio, dejando de lado las visiones simplistas. Porque México, con todas sus luces y sombras, merece ser contado con verdad y profundidad.

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