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Fallece la actriz Evita Muñoz ‘Chachita’ a los 79 años

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Tras dos meses de enfrentar un severo cuadro de neumonía que poco a poco fue mermando su estado de salud, la primera actriz Evita Muñoz “Chachita” falleció hoy a las 17:30 horas, víctima de un paro respiratorio a los 79 años de edad, informó su esposo, Hugo Macías Macotela.

Evita María Muñoz Ruiz nació el 26 de noviembre de 1936, en Orizaba, Veracruz. Hija única del actor y cantante Francisco «Paco» Muñoz y Ernestina Ruiz, comenzó su carrera durante la Época de Oro del cine mexicano antes de cumplir cuatro años.

Estelarizó sus películas desde la cuarta que hizo a los seis y durante 70 años de carrera ininterrumpida se ha consagrado como una artista con logros en cine, televisión, teatro, radio, centro nocturno y circo.

Comenzó su carrera en El secreto del sacerdote y después de su segunda película: !Ay Jalisco, no te rajes! (1941), con Gloria Marín y Jorge Negrete, recibió el sobrenombre de Chachita.

Evita triunfó como gran estrella infantil al protagonizar el filme Morenita clara, tras el cual siguió en la misma línea con La pequeña madrecita (1944), La hija del payaso (1946), !Qué verde era mi padre!, Chachita la de Triana (1947) y Yo vendo unos ojos negros (1948).

Su popularidad la llevó a incursionar en la radio con el programa La legión de madrugadores, en la XEQ.

En 1947 firmó un contrato con la CBS en Nueva York para realizar la serie radiofónica Aventuras de una niña, transmitida en todo Centro y Sudamérica, y producida por Carlos Montalbán. A finales de los 50 participó en el programa El Risámetro.

Para promover su película La hija del payaso (1946), en la cual actuaba al lado de un elefante y perros entrenados, aprendió a tocar la marimba y el botellófono. Hizo presentaciones personales en el Circo Atayde Hermanos cuando apenas tenía ocho años.

En su adolescencia coestelarizó junto a Pedro Infante la trilogía de Nosotros los pobres (1948), Ustedes los ricos (1948) y Pepe El Toro (1952), con lo que se inició un nuevo ciclo dentro del cine nacional.

La actriz tiene en su haber 11 telenovelas, como la exitosa Gutierritos y 45 obras de teatro, así como un gran número de películas como Guardián el perro salvador (1950), Las dos huerfanitas (1950) y El cristo de mi cabecera (1951).

Además de Los hijos de la calle (1951), Los pobres siempre van al cielo (1951), La hija de la otra (1951), Una calle entre tú y yo (1952), Padre nuestro (1953), Así era Pancho Villa (1957) y Las locuras del rock and roll (1957).

Su talento la llevó a iniciarse en televisión como animadora de programas de concursos como Hitazo! y más adelante en Acción!, de Kodak, así como a protagonizar varias series como Corona de lágrimas (1964), Faltas a la moral (1970), La hermana trinquete (1969) y La muerte es puntual (1967), entre otras.

Asimismo, en su faceta de intérprete de mambo e imitadora, realizó presentaciones en las Islas Filipinas, Japón y Corea del Sur.

Como pionera de las telenovelas, alcanzó fama al actuar en Gutierritos en 1958, dirigida y protagonizada por Rafael Banquells. Fue el segundo melodrama que se produjo en México, pero el que inició el furor por este género entre la población mexicana.

La actriz se casó el 14 de febrero de 1958 con Hugo Macías Macotela, productor y director de la serie La hora marcada, con quien procreó tres hijos: Eva Martha, Hugo y Mauricio.

Ese mismo año, participó en las películas El hombre que me gusta (1958) y Bajo el cielo de México. Le siguieron Mis padres se divorcian (1959), Mi niño, mi caballo y yo (1959), En cada feria un amor y Dos tontos y un loco (1961).

Famosa por sus cualidades histriónicas, figuró también en la pantalla chica en Mundo de juguete (1974) y Dos mujeres en mi casa (1984), además de su participación en emisiones del programa Mujer, casos de la vida real.

Su vis cómica la llevó a intervenir en musicales y programas que fueron la piedra angular de su consagración como una de las mejores actrices mexicanas de su tiempo, siendo la serie Nosotros los Gómez (1987) otro de los éxitos en su carrera.
chachita niña

Entre sus participaciones más recientes se encuentran Serafín: La película (2001) y teleseries como Gotita de amor (1998), Nunca te olvidaré, Alma rebelde (1999), Siempre te amaré (2000) y Contra viento y marea (2005).

Este 2006, Chachita fue invitada a develar la placa conmemorativa por las 100 representaciones de la puesta en escena del monólogo El balcón de Golda, protagonizada por Fanny Sarfati.

En 2008 Chachita participó en Cuidado con el ángel como Candelaria, una lavandera, al lado de Maite Perroni y William Levy, basada en la novela original de la escritora Delia Fiallo.

hermelinda
Un año después, intervino en el programa infantil Plaza Sésamo, en el que se desempeñó como la abuelita en varias temporadas; colaboró con artistas como Sergio Corona y Mariana Garza, además de los personajes «Abelardo», «Lola», «Pancho» y otros más.

La actriz tuvo una participación especial en el programa Como dice el dicho, y recibió diversos reconocimientos por su trayectoria artística como el homenaje por parte de la Asociación Nacional de Actores (ANDA), por haber rebasado 55 años de militancia en dicha asociación.

COn información de Excelsior

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SocialMediaCUU explica porqué las redes sociales son trascendentales en las elecciones

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Los datos que proporciona el INE respecto de la lista nominal, es decir, la lista de personas que ya tienen credencial para votar, muestra un porcentaje muy amplio de gente joven que votará por primera vez. Entre sus principales características está el hecho de que utilizan principalmente medios digitales para informarse y, por su número, representan un valioso mercado para todos los partidos políticos.


 

En la lista nominal se cuentan poco más de 98 millones de personas, al corte de febrero de 2024. Así, en el país existen poco más de 15 millones de personas inscritas entre los 18 y 24 años; es decir, primovotantes, lo que representa el 15% del total.

Si sumamos a la población millennial y centennial, es decir, todas las personas de 18 a 39 años inscritas, tenemos a casi 47 millones, que representan al 48%, es decir, prácticamente la mitad del universo de votantes.

Las cifras son claras: 15 millones de personas que no han participado jamás en un proceso electoral presidencial (y posiblemente en ningún otro) y que, estadística e históricamente, no tienen una preferencia política definida, pueden inclinar la balanza a favor de cualquier candidata o candidato; y casi la mitad de la lista nominal utiliza Internet y medios digitales para enterarse de las propuestas de las y los actores políticos.

De acuerdo con los últimos datos disponibles de la Encuesta Nacional Sobre Disponibilidad Y Uso De Tecnologías De La Información En Los Hogares (ENDUTIH), en el país existen 93 millones de internautas, siendo la franja de edad de los 18 a los 34 años, la que más se conecta a la red. Por otro lado, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) muestra que las audiencias de radio han bajado a un 8.9% del universo de personas que pueden recibir una señal y las de televisión, a 14.1%. Para radio, las audiencias principales se encuentran en el rango de edad de 35 a 44 años, y las de TV se sitúan en 45 años o más.

Y es en este sentido en donde se plantea la problemática de las leyes electorales, ya que se tienen medios tradicionales como la televisión, la prensa impresa y la radio sobrerregulados, que incluso llevaron al INE a convertirse en una especie de central de medios gracias a la excesiva espotización; no obstante, los medios digitales, los más consultados por un enorme segmento de la población, no fueron tomados en cuenta en las normativas actuales.

Las plataformas digitales se convierten en una especie de tierra sin ley que permite a partidos y actores políticos realizar prácticas no éticas sin temor a sanción alguna ya que no solo no se contemplan acciones de comunicación política digital o fiscalización adecuada, además las normativas vigentes solo son aplicables a autoridades, actores y partidos políticos, no obstante, cualquier persona puede hacer una campaña electoral utilizando redes sociales y plataformas digitales.

De ahí la necesidad de crear marcos legales que permitan que las y los ciudadanos puedan elegir de manera libre, autónoma y sin cohesión a sus gobernantes, ya que tal y como se encuentra el panorama normativo electoral, la posibilidad de crear estrategias al marco de la ley para favorecer o entorpecer las campañas es muy alta, frente a un riesgo prácticamente nulo.

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