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Fallece Ramón ‘El Diablo’ Montoya, figura del beisbol mexicano

CIUDAD DE MÉXICO._ Uno de los más grandes jardineros de la historia del beisbol mexicano, Ramón «El Diablo» Montoya, falleció este miércoles a los 78 años de edad, luego de batallar durante dos meses con una parálisis intestinal.

En el barrio donde nació en Mexicali, ya le decían “Diablo”, sin saber que con el tiempo se convertiría en el jardinero central más espectacular de su época, precisamente con los “Diablos” de la Liga Mexicana.

Ramón «Diablo» Montoya se convirtió en mánager de los Venados de Mazatlán en 1992 y logró a darle la cuarta estrella al equipo mazatleco en la temporada 1992-1993, cuando necesitaron siete encuentros para vencer a los Águilas de Mexicali.

Ramón Montoya, fue un destacado jugador amateur. Los buscadores no lo podían convencer para que se convirtiera en profesional.

Para él lo máximo era ser seleccionado para representar a su entidad y a México en los diferentes eventos internacionales. Pero al mismo tiempo, deseaba probar suerte en el beisbol profesional.

Firmó para la organización de Kansas City, después de haberlo checado en la serie mundial amateur celebrada en Costa Rica. Lo opcionaron al México, pero para no perder su calidad de amateur, decidió firmar con la organización de los Diablos Rojos, pero con el nombre de Rodolfo Montoya.

En 1961, utilizando ese nombre, participó en 8 juegos conectando 7 hits en 25 veces al bat, para un promedio de .280. Así nació la leyenda de la pradera central de los escarlatas. A partir de 1962 se dio de alta con su verdadero nombre: Ramón Montoya Lerma.

Su espectacular forma de jugar estrellándose contra la barda en busca de realizar la atrapada sensacional, hacía honor al mote de “Diablo.” Fueron varias las ocasiones en que los aficionados lo aplaudieron puestos de pie al verlo abandonar en camilla el terreno de juego, después de chocar brutalmente contra la cerca en busca de un batazo.

Tenía demasiadas cualidades defensivas: cubría mucho terreno en la anchurosa pradera central del parque del Seguro Social; atacaba muy bien los batazos hacia delante y su potente brazo evitaba el avance de corredores; su especialidad consistía en atrapar la bola que pretendía pasar por encima de su cabeza.

Daba la espalda a home con su número 32 y emprendía espectacular carrera para realizar atrapadas electrizantes.

Era el tipo de jugador que nace con ángel. Les caía bien a los exigentes aficionados rojos. En su primera temporada como regular participó en 125 juegos, promediando con el bat .266, pero lo más importante fue que en la tribuna se empezaba a forjar un ídolo.

En la caja de bateo era muy habilidoso para conectar la pelota. No tenía poder, pero regaba imparables por todos los rumbos del parque. En diez temporadas su promedio fue muy superior a los .300 de porcentaje.

En 1964 probó suerte en el beisbol de los Estados Unidos, con el equipo El Paso, de la Liga de Texas. Participó en 90 juegos, pero una lesión en la clavícula lo envió de regreso a la Liga Mexicana.

Fue parte importante en 4 campeonatos de sus queridos Diablos. En 1968 con Tomás Herrera de manager; 1973, Wilfredo Calviño; 1974 y 76 con Benjamín “Cananea” Reyes.

Los Diablos Rojos fueron su único equipo en la Liga Mexicana. Su promedio al bat después de jugar 1498 encuentros fue de .316. Se retiró en 1976, pero regresó en 1983 para participar en 4 juegos y recibir un gran homenaje.

En la Liga Mexicana del Pacífico, fue parte de los desaparecidos Rieleros de Empalme, Naranjeros de Hermosillo, Algodoneros de Guasave, Yaquis de Ciudad Obregón, Tomateros de Culiacán y Ostioneros de Guaymas y como mánager, en 1999-1993, llevó al campeonato a los Venados de Mazatlán, en aquella memorable final en la que remontaron un 1-3 frente a los Águilas de Francisco “Paquín” Estrada.

Al retirarse como jugador activo, siguió como instructor y coach de los Diablos. Se le mencionaba como el sucesor de “Cananea”. Ingreso al Salón de la Fama el 13 de julio de 1990.

En los últimos años, fue parte del staff de coaches e instructores que forman y pulen el talento de los prospectos que asisten a la Academia de Beisbol Alfredo Harp Helú.

Fuente: Noroeste

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Las inversiones que hará México para el Mundial 2026

México se prepara para ser una de las sedes del Mundial de Fútbol 2026, un evento de magnitud global que traerá consigo una serie de transformaciones en la infraestructura del país. Con la Copa del Mundo extendiéndose entre México, Estados Unidos y Canadá, el país azteca recibirá partidos en varias ciudades, y se está llevando a cabo una serie de inversiones clave para garantizar que la experiencia de los aficionados, jugadores y autoridades sea excepcional.

Remodelación de estadios: El Estadio Azteca como protagonista

Uno de los proyectos más emblemáticos en México es la remodelación del Estadio Azteca en Ciudad de México. Este coloso, que ha albergado dos finales de la Copa del Mundo (1970 y 1986), está recibiendo una inversión de 550 millones de pesos mexicanos para mejorar su infraestructura. La renovada capacidad del estadio, que podrá albergar hasta 87,523 espectadores, será crucial para los partidos del Mundial 2026. Esta actualización se suma a la mejora de las instalaciones internas, incluyendo la modernización de los vestuarios y la creación de zonas VIP para cumplir con los estándares exigidos por la FIFA, según explican los expertos de Bonos de Bienvenida.

La obra también incluye la mejora de la accesibilidad y la seguridad en las instalaciones, asegurando que tanto jugadores como aficionados puedan disfrutar del evento con las máximas garantías. La remodelación es parte de un esfuerzo más amplio para actualizar los estadios en todo el país y proporcionar una experiencia de clase mundial a los asistentes (Infobae, 2024).

Inversiones en movilidad y seguridad

México también está invirtiendo en infraestructura urbana para mejorar la movilidad y la seguridad en las ciudades que serán sede del Mundial. En Ciudad de México, por ejemplo, se están desarrollando proyectos de modernización del transporte público y de las rutas de acceso a los estadios. La construcción de nuevos trenes y la ampliación de las estaciones de metro son solo algunas de las iniciativas impulsadas por las autoridades locales.

El gobierno de la Ciudad de México destinará recursos para optimizar la movilidad y hacer más eficientes los desplazamientos de los millones de turistas que se esperan durante el evento. En particular, se están invirtiendo 3,000 millones de pesos en un plan de modernización del sistema de transporte público, que incluirá la mejora de la conectividad entre el aeropuerto, los estadios y las zonas turísticas más relevantes. Además, se planea la creación de nuevas rutas de autobuses y la ampliación de las ciclovías para fomentar una movilidad sostenible.

A la par de estas mejoras en transporte, las autoridades mexicanas también están enfocadas en garantizar la seguridad. Se están destinando recursos adicionales para la formación de fuerzas de seguridad especializadas en grandes eventos, con el objetivo de asegurar que los asistentes puedan disfrutar de la Copa del Mundo en un entorno seguro. Las inversiones en tecnología de vigilancia y comunicación son clave en este aspecto, para garantizar la seguridad tanto en los estadios como en los puntos de mayor concurrencia (Bloomberg Línea, 2024).

Otras inversiones clave en infraestructura

Además de las remodelaciones en los estadios y mejoras en la movilidad y seguridad, México está invirtiendo en la infraestructura turística y hotelera. Se prevé una expansión significativa de la capacidad hotelera en las principales ciudades sede del Mundial, con el fin de albergar a los miles de turistas que llegarán para presenciar los partidos. En total, se estima que se invertirán más de 10,000 millones de pesos en este sector, generando miles de empleos y potenciando la economía local.

Otro aspecto importante es el desarrollo de infraestructuras relacionadas con los servicios básicos, como la mejora de los sistemas de agua potable y electricidad, así como la expansión de las redes de telecomunicaciones para asegurar una conectividad de alta calidad durante el evento. Las inversiones en estos rubros no solo garantizarán el éxito del Mundial, sino que también dejarán un legado de infraestructura de calidad para los años venideros.

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