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Ciencia y Tecnología

Gadgets provocan baja estatura en niños y adolescentes

De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística e Informática (INEGI), en México existen 5.33 millones de niños y jóvenes con ‘trastorno de crecimiento’; un problema que los especialistas atribuyen, principalmente, a factores genéticos, nutricional o por deficiencia de hormona.
Sin embargo, existen otros factores que deben ser considerados… Pese a que la tecnología puede utilizarse como herramienta de aprendizaje, el uso constante de aparatos inteligentes como tabletas, celulares o computadoras, podría afectar de manera directa la estatura de un menor.

Especialistas explican que se ha detectado que al usar aparatos inteligentes, se inhibe la sensación de sueño, debido a la luz que emiten las cosas tecnológicas.

Los niños crecen mientras duermen, por eso es importante que duerman sus 8 o 9 horas. Al dormir menos, el niño crece menos”, explican.

Con el tiempo, los usuarios frecuentes podrían desencadenar problemas en la columna y malformaciones en los pulgares.

Una posición incorrecta puede provocar artritis, dolor de cuello, problemas en la columna y un sinfín de situaciones. Es importante siempre mantenerse derechos y buscar un equilibrio para no usar tanto los pulgares’.

Especialistas recomiendan a los padres de familia verificar que los infantes pasen un tiempo prudente en estas actividades.

OTROS FACTORES
Además del uso de aparatos tecnológicos, el exceso de peso en las mochilas escolares puede provocar problemas de postura y lesiones en los niños.

En promedio cada estudiante puede cargar del 20 al 25 por ciento de su grasa muscular.

INDICADORES
Si el niño es el más bajo de la clase, no muda de talla de manera periódica o mantiene el mismo número de calzado por más de un año, deberá estar alerta y acudir con un especialista para descartar y evitar cualquier problema de salud.

 

*Este contenido es publicado con autorización de ABC.

Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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