Algo muy extraño está ocurriendo con el gasto de publicidad oficial, que algunos gobiernos y gobernantes utilizan más para repuntar su imagen y beatificar su ego, antes que para comunicar a la población aspectos relevantes de la función pública.
Quien encabeza esta tendencia es, como era de esperarse, el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, quien le ha invertido a su imagen más que ningún otro presidente mexicano de la historia más de 14.663 millones de pesos, según el informe ‘Libertad de expresión en venta’, preparado por las organizaciones Artículo 19 y Fundar.
Ese gasto en publicidad gubernamental en la gestión de Peña equivale, por ejemplo, a más del doble de los de 6 mil 941.2 millones de pesos que se proyecta asignar a la UNAM el próximo año.
Así, cada día la presidencia gasta 20 millones de pesos en imagen, principalmente en televisoras y grandes consorcios de impresos, pero ni así logra contener el descontento, pues menos del 40% de los mexicanos aprueban su gestión, mientras que a Calderón, con todo y su fallida guerra desatada en nuestras calles y la catástrofe social que desató, los mexicanos lo despidieron con un 58% de popularidad. Peña está hoy mucho más abajo… y lo que le falta.
A Peña el gasto no le ha bastado, pues los medios de comunicación ya no están concentrados en las manos de algunos empresarios mediáticos y ahora son los medios digitales y las redes sociales la primera fuente de información para una mayoría creciente de mexicanos.
Así, los medios industriales, acostumbrados a sólo hablar a sus audiencias pero nunca a escucharlas, siguen aferrados a maquilar noticias y venderlas al mejor postor como cualquier producto, ya que necesitan de amplios recursos de infraestructura para funcionar, y esos recursos como papel, imprentas, antenas repetidoras, espectro radioeléctrico, etcétera, cuestan bastante.
En contraparte, los medios que le apuestan al cuestionamiento antes que al halago, reciben censura, presión y despidos, como le ocurrió a Carmen Aristegui, quien reveló que el presidente había recibido varias casas de su contratista favorito, y eso le costó el puesto a ella y a su equipo, como en los peores tiempos de Echeverría.
Así, si el gasto total en publicidad del Ejecutivo para 2013 se compara con el primer año de los sexenios de Felipe Calderón (en 2007) y Vicente Fox (en 2001), la inversión del actual presidente es 35% y 104% superior, respectivamente.
Pasando a Chihuahua, según este reporte se gastaron en 2013 al menos 674 millones de pesos, aunque falta mucho por ahondar, ya que el Gobierno del Estado no especifica los criterios para asignar los gastos de publicidad, mucho menos los transparenta, y hay siempre suspicacia por las complicidades y amistades entre quienes asignan estos gastos y quienes los reciben.
Para poner en perspectiva, los 674 millones gastados en publicidad rebasan por mucho los 13 millones de pesos que destina la SEECH para becar a alumnos destacados en la entidad cada semestre, y así el pago de publicidad se vio rebasado 5.7 veces más que lo presupuestado.
Pero el dinero no va para todos. Incluso algunos dueños de medios locales han emprendido huegas de hambre en Chihuahua exigiendo el pago de sus servicios por publicidad y ‘piso parejo’ para que a todos los portales les toque lo mismo, o que se tome en cuenta su audiencia, pero no, el manejo de esos recursos públicos obedece mucho más a arreglos bajo la mesa que a una estrategia informativa que beneficie a la población.
Llama la atención que al checar el gasto en publicidad del Gobierno del Estado, aparecen muchos portales que nadie conoce, y al checar los dominios, buena parte de ellos pertenece al mismo medio. También resalta que el gasto en publicidad no se limite a Chihuahua, sino que con recursos públicos se promocione al mandatario en otras entidades.
Fue notable que durante la rueda de prensa llevada a cabo en el Distrito Federal, se destacara a Juárez como una de las ciudades más opacas y con el manejo más sucio de recursos para publicidad, ya que según un estudio sobre compras públicas presentado por Ciudadanos por una Mejor Administración Pública (CIMAP), entre enero y junio de 2014 el Ayuntamiento de Juárez destinó el 47.7 por ciento de sus compras públicas a publicidad oficial, mucho más de lo que se gastó en obra pública (12.6%), seguridad pública (18.6%), educación y cultura 1.6%) y desarrollo social (0.04%).
En total fueron 120 millones de pesos los que destinó la administración de Enrique Serrano para mejorar la imagen del alcalde, quizá con miras a la gubernatura que le tienen prometida. Sin embargo, esto es más para comprar publicidades pues regaló más de 600 mil pesos a sitios de internet que ni estaban dados de alta como www.920noticias.net y www.notienfoque.com los cuales fueron habilitados tras la denuncia pública y fue por eso que Artículo 19 y Fundar señalaron que en cuestión de transparencia y rendición de cuentas, “la comunicación social en Juárez pasa por una crisis mayor en estos rubros”.
Siguiendo con el delfín juarense, fue visto muy cerca de su homólogo Javier Garfio y del gobernador César Duarte en Durango, durante la Convención Nacional de la CNC, a la que acudió el mandatario muy sonriente ya pasado el susto del helicopterazo, y supo hacer de tripas corazón para sumarse al besamanos para su rival, Manlio Fabio Beltrones.
Ahí se notó que el ánimo fue hacer las paces y quedar todos de acuerdo para que Garfio o Serrano sean los palomeados desde el centro, pues Duarte sabe que aunque quiera no se manda sólo, y debe comenzar a granjearse al sonorense si no quiere que sigan avanzando las demandas y quejas en su contra por enriquecimiento ilícito. Mejor hay que llevársela calmado.
Parece que le salió bien la jugada. Duarte estuvo en el presídium durante la inauguración de la asamblea y se le vio, como siempre, muy cercano al presidente Enrique Peña Nieto, a quien aún trae en la bolsa, se César Camacho, coordinador de diputados priístas, entre otros grillos mayores.
Pero ahí no le paró, pues aprovechó que se la echó de pinta de su despacho para irse de una vez a Tamaulipas, donde estuvo cerca de Eruviel Ávila, gobernador del Estado de México y muy cercano al ballezano, así como Egidio Torre Cantú, gobernador de Tamaulipas con quien también hace buenas migas.
Quien ayer visitó Chihuahua fue el ex presidente Felipe Calderón, quien no vino a asuntos grilleriles (o bueno, más o menos) ya que vino a visitar a la hija de Luis Álvarez y Blanca Magrassi, dos panistas referenciales y padrinos de Felipe, con quienes lleva una añeja amistad. Sin embargo, el hecho acalambró a los visitantes del hospital Ángeles, a quienes los sacó de onda el ver tanta camioneta de policías federales, aunque luego supieron que sólo custodiaban al ex.