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Generación NoMo: La rebelión de las mujeres que no contemplan la maternidad

Day ofrece un retrato pormenorizado de la realidad a la que se exponen quienes no tienen descendencia.

Tras las PANKS (tías solteras con pasta) y los YUMMIES (jóvenes urbanitas con poder adquisitivo), toca dar la bienvenida a la última incorporación del glosario de siglas que acabará por volvernos locos. Los expertos en marketing, en aviesa connivencia con los sociólogos de la modernidad, han alumbrado un palabro que engloba a las mujeres que no tienen hijos. Con una carga infinitamente menos comercial que los nombres que mencionábamos al principio, lo que la Generación NoMo (Not Mothers) reclama es «el respeto de una sociedad instalada en la absurda creencia de que una mujer debe dar a la luz al menos una vez en su vida». Así lo defiende al menos la asociación británica Gateway Women, paladín de la causa y responsable de su popularización.

El libro Rocking the life unexpected es la biblia de las mujeres que constituyen la Generación NoMo. Jody Day, autora del libro y cofundadora de Gateway Women, alcanzó el año pasado los primeros puestos de la lista de títulos más vendidos de la plataforma Amazon. La obra, una ensalada «de tintes autobiográficos, sociológicos y de autoayuda», se dirige al 47% de mujeres entre 15 y 44 que no tienen hijos, según estadísticas oficiales. Day ofrece un retrato pormenorizado de la realidad a la que se exponen quienes no tienen descendencia: «Lo que ocurre en la vida de esas mujeres es mucho más complejo de lo que parece, pues no siempre se trata de una decisión propia o una cuestión biológica. Hay mucho más».

La autora se basa en su propia experiencia. Cuando cumplió 40 años se dio cuenta de que nunca sería madre, lo que le produjo no pocos quebraderos de cabeza. «La vida que siempre había esperado no existía, pero poco a poco me di cuenta de que no estaba sola», asegura. En el libro ofrece pautas para desdramatizar una situación que, según ella, en ocasiones puede resultar algo complicada. «Cuando dejó de importarme la idea arquetípica de la familia con el adosado y el perro, salí adelante», dice. Su objetivo de ayudar a otras mujeres se sustenta en una historia personal de insatisfacción y desesperanza, pero no todas las representantes de la Generación NoMo proceden de una odisea emocional como la de Day. De hecho, las iniciativas de la asociación Gateway Women no solo se centran en ofrecer asistencia psicológica a esas mujeres, sino que tratan de destacar la alegría de vivir con arreglo a esa condición.

Muchas famosas de Hollywood han confesado recientemente su deseo de no ser madres. Y lo han hecho sin complejos. Así lo han expresado actrices como Helen Mirren, Zooey Deschanel o Audrey Tatou. Cameron Díaz fue muy clara cuando en una ocasión la interrogaron al respecto. «Tengo una vida genial en muchos sentidos precisamente por no tener hijos. Es solo una opción”, explicó. Eva Mendes, ahora embarazada, suscribió sus palabras: «Los niños son muy monos, me gustan mucho, pero no los quiero para mí porque me encanta dormir». En nuestro país, Maribel Verdú afirmó en una entrevista que no quería ser madre «ni en un futuro cercano ni a largo plazo».

Hace un mes, la ministra de empleo del Reino Unido, Esther McVey, contó en una revista que a sus 46 años no ha tenido hijos porque nadie le «ha dado cuerda a su reloj biológico». Tras dejar claro que los niños le encantan, aseguró que el motivo de su decisión se fundamenta en el hecho de no haber encontrado «a la persona idónea» para tenerlos. «Soy feliz con mi familia, mi trabajo y mis amigos», zanjó. Resulta curioso comprobar la existencia de estas respuestas –que no son sino la consecuencia de unas preguntas que nadie sabe muy bien a qué vienen y que siempre aparecen cuando se trata de mujeres con éxito profesional–, como también sorprende la necesidad de justificarse con el argumento de que los niños son una bendición.

En 2009 la escritora suiza Corinne Maier asaltó por la fuerza las librerías con una actitud radicalmente opuesta. El libro No Kids: 40 good reasons not to have children dinamitó cualquier tentación de no herir sensibilidades y verbalizó lo que muchas mujeres piensan.«Los críos son como un grano en el culo. Si no los tienes, disfrutas de más sexo y mayores oportunidades laborales», dijo Maier. Más allá de cualquier opinión, lo que parece evidente es que la Generación NoMo se presenta como la reivindicación de un espacio de respeto y libertad: el respeto a las decisiones de uno y la libertad de poder llevarlas a cabo sin tener que dar explicaciones.

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Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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