La abogada Dulce Garcia, de San Diego, California, defiende habitualmente a clientes en tribunales de inmigración, pero ahora es ella quien busca amparo legal en Estados Unidos.
Ingresada ilegalmente al país por sus padres cuando era una niña, Garcia es una de los seis inmigrantes que demandaron este lunes al gobierno de Donald Trump por su decisión de poner fin al programa Acción Diferida para Llegados en la Infancia (DACA, por su sigla en inglés).
Desde que la aprobación de la ley en 2012 por el entonces presidente Barack Obama, el programa ha brindado protección, evitado la deportación y asegurado el derecho a trabajar legalmente a casi 800 mil personas en Estados Unidos.
Según los abogados de Garcia, su caso, llevado a la corte federal de San Francisco, es la primera demanda presentada por beneficiarios de DACA, desde que el fiscal general de la nación, Jeff Sessions, anunció este mes que la medida de la era Obama caducaría desde marzo del 2018.
Es uno de los muchos reclamos judiciales contra la decisión de poner fin al programa, incluidas dos demandas presentadas por fiscales generales estatales. El reclamo es similar en todos los casos: el gobierno de Trump no siguió los procedimientos administrativos adecuados para rescindir la medida.
Trump, quien pidió recientemente al Poder Legislativo que elabore una ley para proteger a los beneficiarios de DACA, enfureció a algunos republicanos la semana pasada al negociar con líderes demócratas del Congreso un posible proyecto de reemplazo para el programa.
Durante la campaña electoral de 2016, Trump presentó un plan sobre migración en el que prometía poner fin a DACA y fortalecer la protección de las fronteras para aumentar el empleo de los estadounidenses.
La congresista demócrata Ilhan Omar vuelve al centro de la polémica tras el testimonio de un conocido miembro de la comunidad somalí de Minneapolis, que afirma públicamente —por primera vez— en exclusiva para DailyMail que la diputada se casó con su hermano para facilitarle documentos y mantenerse en Estados Unidos.
El dirigente comunitario Abdihakim Osman, bien conectado con las familias somalíes instaladas en Minnesota, asegura que Omar admitió entre allegados que su segundo marido, Ahmed Elmi, era en realidad su hermano, y que el objetivo del enlace era «ayudarle a conseguir papeles para estudiar y quedarse en el país».
Osman sostiene además que, mientras esto ocurría, Omar seguía conviviendo con su primer esposo, Ahmed Hirsi, con quien había contraído matrimonio religioso en 2002.
Según su relato, el matrimonio con Elmi en 2009 se mantuvo oculto a la comunidad somalí debido a su carácter irregular: «Cuando se casó con Hirsi, fue una boda grande, con más de cien invitados. Cuando se casó con Elmi, nadie supo nada hasta que apareció el certificado matrimonial años después», afirma.
Las sospechas sobre un posible matrimonio fraudulento han acompañado a Omar desde 2016. Ella siempre se ha negado a responder preguntas directas y ha acusado a los medios de «islamofobia», pero jamás ha ofrecido una explicación coherente sobre por qué se casó civilmente con Elmi mientras seguía unida a Hirsi por la vía religiosa y mantenía una vida familiar con él.
Los datos aportados por Osman refuerzan la tesis de un matrimonio instrumental para obtener beneficios migratorios, una práctica penalizada en EE.UU. con hasta cinco años de cárcel.
La versión coincide con diversas informaciones que señalaban que, tras el enlace, Elmi accedió a ayudas educativas y documentación necesarias para estudiar en North Dakota State University, antes de regresar al Reino Unido.
Los registros muestran que: Omar se casó civilmente con Elmi en 2009. En 2012 tuvo un tercer hijo con Hirsi. En 2017 se divorció de Elmi. En 2018 se casó civilmente con Hirsi, coincidiendo con su salto a la política nacional.
Osman sostiene que la versión oficial es ficticia: «Nunca estuvieron separados. Nunca dejaron de ser marido y mujer», dice sobre Omar y Hirsi. Omar, perteneciente al ala más radical del Partido Demócrata, ha estado rodeada de escándalos en los últimos años, incluidos los derivados de su vida personal y de acusaciones de trato de favor hacia consultoras vinculadas a su campaña.
Para la influyente comunidad somalí de Minneapolis, sin embargo, el asunto del presunto matrimonio con su hermano es el episodio que más ha dañado su relación con la congresista: «Escandalizó a toda la comunidad», afirma Osman.
De momento, Omar sigue sin aclarar por qué se casó con Elmi, ni por qué recurrió a un ministro cristiano para una boda civil que ningún miembro de su comunidad conoció.