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Guardado aclara que jugaría en América, pero nunca en Chivas

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Si la opción fuera solo entre Chivas y América, Andrés Guardado la tiene clara. Rojinegro desde su infancia, aseguró que optaría por las Águilas, pero nunca por el Rebaño, por respeto a la institución que lo formó como futbolista.

El mediocampista del Betis y la Selección Mexicana participó este lunes en una transmisión en redes sociales desde la concentración del Tricolor, que este martes enfrentará a Croacia en Dallas, y aseguró que a pesar de la rivalidad, celebra la existencia del Guadalajara.

“Si me dieran a elegir entre Chivas y América, si no tuviera otra opción, al América; a las Chivas ya lo he dicho muchas veces que no jugaría por respeto a los colores que me vieron crecer”, explicó.

El amor de Guardado por el Atlas tiene que ver con la idolatría que sentía por su hermano cuando este último pertenecía a tal institución. Alejandro Guardado, alias “El Mara”, fue el primer ídolo del Principito, según relató.

“Por eso soy rojinegro también, yo creo que por él; iba a verlo a sus entrenamientos, a sus partidos, fue mi primer gran ídolo mi hermano Alejandro”, expresó.

“Soy atlista pero eso es deportivamente, no tengo nada de malo con saludar a la gente de Chivas, aparte me encanta que existan las Chivas porque si no, no existiría esa rivalidad y ese deportivismo que hay”.

Hace años, el dueño del Rebaño, Jorge Vergara, ofreció alrededor de 6 millones de dólares por Guardado, cuando este estaba por emigrar al Deportivo La Coruña. El presidente de los Zorros era Fernando Acosta, quien rechazó la propuesta, a nombre suyo y del jugador.

Ante las preguntas de los aficionados esta tarde, Guardado reiteró que no cree disputar otro Mundial tras Rusia 2018 y que su idea es estudiar para ser entrenador, aunque será después cuando vea qué pasa.

También destacó que hoy es feliz en España, luego de que le han ofrecido varias veces emigrar a la MLS y respecto al Tri, consideró que siempre el entrenador es motivo de críticas, no solo actualmente Juan Carlos Osorio.

En ese sentido, aseguró que la mentalidad hoy es mejor por todos los que tienen experiencia en Europa, aunque pidió que los dirigentes en México faciliten las exportaciones.

“Es cuestión de que nuestros directivos nos echen la mano para que salgan más jugadores, porque luego piden 200 mill de dólares por cada uno y así cómo”, cuestionó.

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Joshua impone jerarquía y detiene a Jake Paul en una pelea que dividió al boxeo

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Anthony Joshua dejó en claro la diferencia entre un excampeón mundial y una celebridad convertida en boxeador. El británico venció por nocaut técnico a Jake Paul en el sexto asalto de un combate de peso completo celebrado la noche del viernes en Miami, una pelea que desde su anuncio generó polémica por el contraste de experiencia, tamaño y trayectoria entre ambos contendientes.
El enfrentamiento, pactado a ocho rounds profesionales, despertó críticas por los riesgos que implicaba para Paul, quien llegó con marca de 12 triunfos y una derrota frente a Joshua, dos veces campeón del mundo y con récord de 28 victorias y cuatro caídas. Sin embargo, contra la mayoría de los pronósticos, el estadounidense resistió más de lo esperado y logró extender la contienda hasta bien entrada la segunda mitad.
Desde el inicio, Paul optó por el movimiento constante y el amarre, una estrategia evidente para consumir tiempo y evitar los golpes de poder del británico. Joshua, por momentos impreciso y visiblemente frustrado, tardó en encontrar su distancia, aunque poco a poco fue imponiendo su físico y su alcance.
En el quinto episodio llegaron los primeros momentos realmente críticos para Paul. Joshua conectó combinaciones más limpias, provocó dos caídas y estuvo cerca de finalizar el combate, aunque su rival logró sobrevivir con esfuerzo y algo de teatralidad, incluso recurriendo a gestos provocadores hacia el británico.
El desenlace llegó en el sexto round. Joshua salió decidido, conectó una derecha contundente que envió a Paul a la lona y, tras reincorporarse en evidente mal estado, el estadounidense recibió un uppercut y una nueva derecha al mentón que obligaron al réferi a detener la pelea. Paul terminó con el labio inferior partido, pero consciente y sonriente, reconociendo el cierre inevitable.
Más allá del resultado, el combate dejó sensaciones encontradas. Para Joshua, la victoria confirmó su superioridad sin que el análisis técnico vaya mucho más allá. Para Paul, haber llegado al sexto asalto frente a un peso completo de élite fue visto por algunos como una muestra de valentía y por otros como una peligrosa puesta en escena.
El debate sobre este tipo de cruces seguirá abierto, pero en el ring no hubo discusión. La experiencia y el poder de Anthony Joshua marcaron el final.

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