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Ciencia y Tecnología

‘Hackers’ roban 4,5 millones de registros de una red de hospitales de EE.UU.

El lunes, la empresa Community Health Systems, que maneja 206 hospitales en Estados Unidos, anunció que un grupo de piratas informáticos accedió recientemente a sus computadoras y robó datos de 4,5 millones de pacientes.

Los piratas informáticos obtuvieron acceso a sus nombres, números de seguridad social, direcciones físicas, fechas de cumpleaños y números telefónicos.

Cualquier persona que haya sido tratada en los últimos cinco años por un médico vinculado a un hospital de esta red -o que simplemente fuera remitida allí por un médico externo- se vio afectada.

El robo de datos pone a estas personas ante un mayor riesgo de suplantación de identidad. Eso les permite a los criminales abrir cuentas bancarias y adquirir tarjetas de crédito a su nombre, pedir préstamos y arruinar el historial crediticio personal.

Los hospitales de la compañía operan en 28 estados, pero tienen mayor presencia en Alabama, Florida, Misisipí, Oklahoma, Pensilvania, Tennessee y Texas.

Community Health Systems contrató a expertos en seguridad cibernética de Mandiant para consultarles sobre el robo de datos. Ellos han determinado que los piratas informáticos actuaron desde China y usaron malware sofisticado de alta calidad para lanzar los ataques en algún momento en abril y junio de este año.

El FBI dijo que está trabajando conjuntamente con la red de hospitales y está «movilizando recursos importantes y esfuerzos para identificar, detener, desmantelar y arrestar a los responsables».

Los investigadores federales y Mandiant informaron a la red de hospitales que estos piratas informáticos ya habían sido descubiertos cometiendo espionaje corporativo, enfocados en información valiosa sobre dispositivos médicos.

En cambio esta vez, robaron datos de pacientes. Los hackers no lograron robar información relacionada con los historiales médicos, las operaciones clínicas ni las tarjetas de crédito de los pacientes.

No obstante, la información personal que robaron está protegida por la «Health Insurance Protability and Accountability Act», la ley federal de protección de registros médicos. Esto significa que los fiscales generales de los estados podrían demandar por daños. Bajo las leyes estatales, los pacientes mismos podrían demandar a la red de hospitales por negligencia.

¿Es posible que las víctimas expuestas se protejan?   No es mucho lo que pueden hacer.

Las acciones de la empresa Community Health Systems, que cotiza en bolsa, subieron el lunes por la mañana. Pero ese día, la empresa intentó contener las preocupaciones en relación a los daños en un documento dirigido a la Securities and Exchange Commission, afirmando que «cuenta con un seguro de responsabilidad cibernética/de privacidad para protegerla en contra de ciertas pérdidas relacionadas a asuntos de esta naturaleza».

La red de hospitales dijo que justo después del anuncio del lunes logró eliminar el malware de los hackers de su sistema informático e implementaron medidas de protección para prevenir ataques similares.

La compañía planea ofrecer protección contra la suplantación de identidad a los 4,5 millones de víctimas del robo de datos.

 

CNN Español

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Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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