En la entidad se habla mucho de austeridad. De recortar gastos. De ‘apretarse el cinturón’. Pero lejos del discurso, sobre todo a finales de año, la cantaleta se les olvida cuando ven los ceros acumularse en el sobre, sin contar transas que a muchos funcionarios de los tres niveles y de los tres poderes, les hacen llegar sus beneficiados.
Un ejemplo son los legisladores por Chihuahua, que en gran medida son una pandilla de zánganos que heredaron puestos o están por cuotas de partidos, sin que representen a nadie más que a sus propios intereses y de grupo, pero eso sí, cada uno recibirá 154 mil pesos en diciembre de aguinaldo, y 200 mil en el caso de los coordinadores de campaña, pues de 2000 para acá han triplicado el monto de esta percepción.
Ponemos a los legisladores como ejemplo, por ser ellos quienes aprueban los salarios y todos los gastos contenidos en el presupuesto, que viene con inversiones recortadas y pobres pero que mantiene intacto el gasto corriente para deleite de los servidores públicos, que hacen su agosto con los recursos del pueblo mientras se lloriquea cuando se trata de servicios y beneficios para los ciudadanos.
Otro ejemplo es el alcalde Enrique Serrano, a quien le gusta comer bien pues según datos obtenidos por el diario Norte, en nueve meses ha hecho 62 viajes, y sólo en dos estancias en la Ciudad de México se gastó 126 mil pesos en viáticos, de los cuales 43 mil fueron sólo en comidas… ¿se habrá enterado el alcalde que gobierna una de las ciudades con mayor desigualdad social y precariedad laboral del país? Con un buen filete, ni quién se acuerde, ya se gastó en 9 meses más de 625 mil pesos, y al año todavía le falta, pero ni modo, así cuestan las precampañas.
Pero ni el uso de recursos públicos ni el ser acarreado como santo de rancho por todo el estado le ha valido a Enrique Serrano ganarse la candidatura del PRI para la gubernatura. Al contrario, parece que el delfín del gobernador se ha venido desinflando y ya pocos lo dan como una propuesta seria para ocupar la silla cada vez más movediza.
Otro que está perdiendo el punch es el ex alcalde Marco Adán Quezada, cuyo equipo empieza a sentir el desgaste del conflicto contra Palacio y a sentir que pierde el rumbo pues, ya sin el factor persecución y frente a frente con el partido, lo cierto es que no han logrado convencer al grueso de priístas de que son la mejor opción, sobre todo por el desgaste mediático, político y hasta moral que han sufrido.
Los apoyos que tenía Marco se han ido desvaneciendo. Para un partido como el PRI está fuera de su ADN premiar a un político rebelde, que exige el derecho a su candidatura y que cuestiona la sacrosanta práctica del dedazo. Su confrontación abierta con otros grupos, muy poderosos, es otro factor en contra pues iría contra buena parte de su partido en una hipotética elección en la que participara, y si se lanza como independiente perdería buena parte del apoyo que le queda.
Así, muchos de los cercanos a Quezada ya andan colgados de otras lianas, expresando su apoyo cosmético pero sin fondo y apostándole a propuestas más viables. En el caso del gobernador Duarte, definitivamente los astros no jugaron a su favor. El declive de su control sobre los aparatos y la política estatal, normal a final de sexenio, así como su accidente, los escándalos de corrupción, el nepotismo, la llegada de contrarios al CEN nacional y la rebelión de muchos sectores en Chihuahua le han impedido su capricho de imponer al próximo mandatario.
De hecho, muchos empiezan a sospechar que a Marco Adán sólo le dieron alas para golpetear a Duarte y debilitar sus aspiraciones, que lo dejaron correr con la manzana de la candidatura, y ya causado el daño deja de ser útil. Algunos consideran que lo mejor que puede hacer es dejar una batalla perdida y sumarse a un proyecto amigo que lo mantenga vigente, a él y a su gente, mientras que otros consideran que es demasiado tarde incluso para esto y que debe llevar su proyecto hasta las últimas consecuencias.
Como hemos dicho, entre quienes suenan también en la contienda están: ‘Teto Murguía’, Lilia Merodio, Graciela Ortíz, Javier Garfio, Óscar Villalobos, José Miguel Salcido, Víctor Valencia, así como el fiscal Jorge González Nicolás, quien resulta que se siente con tamaños para ser el próximo gobernador no por sus méritos en la fiscalía o por alguna capacidad política o administrativa. Tiene una carta mejor: es consuegro del gobernador, pues el hijo del fiscal es pareja sentimental de una de las hijas del mandatario ¡ay amor!
Ahora la duda es si la decisión se tomará salomónicamente en Los Pinos y el CEN del PRI, o si será posible abrir la elección a las bases, algo que suena a sueño guajiro pero que podría en cierto escenario aliviar los reclamos de todos los que le buscan y no dejar mucho lugar a berrinches, aunque también es cierto que un desgaste interno podría ser contraproducente y desgastar. Habrá que ver.
Estas decisiones podrían amarrarse durante la próxima asistencia del dirigente nacional Manlio Fabio Beltrones al Consejo Político Nacional del PRI, donde acudirá desde luego el gobernador César Duarte, así como los consejeros estatales, la cual se realizará el sábado y prevé afinar la estrategia para las 12 entidades que tendrán elecciones.
Se espera que la decisión quede lista a más tardar para el sábado siguiente al Consejo Político Nacional, cuando Beltrones visitará Chihuahua y es casi seguro que para entonces ya estará echada la suerte del tricolor y de sus aspirantes a la gubernatura.
El que anda muy activo tratando de hacer su luchita es el alcalde Javier Garfio, quien ayer se reunió con 40 alcaldes chihuahuenses para agradecerles su colaboración durante el encuentro nacional que se realizó con éxito en la capital, y para hoy le toca compartir la mesa con 100 empresarios de los pesados, de los que le meten dinero a las campañas.
Para finalizar, Ferromex, compañía que opera la ruta Ch-P, ha estado muy activa enviando boletín tras boletín donde asegura que va con todo contra quienes les taparon las vías durante las protestas de la semana pasada, y como para matizar también envió un anuncio de que construirá dos puentes con una inversión de 24 millones de pesos.
Lo que olvida Ferromex es que la exigencia no consiste en construir dos puentes, sino en sacar las vías del tren de la densa mancha urbana de Juárez, compromiso asumido por el alcalde Enrique Serrano y la compañía, y que parece que dejarán de lado. Mover las vías es muy caro, mejor que se muera la gente.