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México

Hasta tres años de cárcel a quien realice terapias de conversión sexual en Edomex

El Pleno del legislativo mexiquense aprobó, con 61 votos a favor, reformas al Código Penal local en las que se prohíbe y sanciona con prisión a quien promueva, ofrezca, imparta, aplique, obligue, induzca o someta a tratamiento, terapia con pretensión de cambiar la orientación sexual o identidad de género y derivado de ello se afecte su integridad física o psicológica.

Tras varias solicitudes de colectivos LGBTTIQ+ y organizaciones de Derechos Humanos, ahora se impondrán de uno a tres años en cárcel, 25 a 100 días de trabajo comunitario y una multa de 50 hasta 500 días-multa a quien cometa este delito.

En el acuerdo quedó establecido que “se entiende por terapias de conversión aquellas prácticas consistentes en sesiones psicológicas, psiquiátricas o tratamientos en las que se emplea la violencia física, moral, psicoemocional o sexual, mediante tratos crueles, inhumanos o degradantes que atenten contra la autodeterminación sexual de las personas”.

Asimismo, la reforma decreta incrementar hasta una mitad las sanciones, cuando dichas terapias se apliquen contra menores de edad, con discapacidad, adultos mayores, privadas de la libertad o que no comprendan el significado del hecho.

La propuesta originalmente fue de la diputada de Morena, Beatriz García Villegas, quien durante la sesión en la Cámara de Diputados recordó que el pasado 24 de junio en la Ciudad de México se tipificó la tortura a la comunidad LGBTTIQ+ lo que muestra un avance hacia una sociedad más justa.

En la capital del país este delito puede alcanzar penas de hasta cinco años de prisión y en el Senado de la República se analiza penar estas prácticas con hasta seis años de cárcel.

En contraparte, colectivos opositores han lamentado estas reformas.

“El día de hoy es un día lamentable para el Estado de México, ya que se aprobó una ley que buscará estigmatizar e impedir que las personas que así lo quieran puedan tratar la disforia de género, buscando también descalificar la dimensión sexual biológica natural, abriendo incluso la puerta para dar cárcel a padres de familia, ministros de culto y expertos que apliquen terapia o consejería en esta materia”, expresó el Frente Nacional por la Familia del Estado de México a través de un comunicado de prensa publicado en Twitter.

Pero ¿Qué son las terapias de conversión o ECOSIG (Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual e Identidad de Género)? son “tratamientos” psiquiátricos, psicológicos y hasta espirituales, con la finalidad de cambiar la orientación sexual, la identidad, o la expresión de género de aquellas personas diferentes a una heterosexualidad binaria cisgénero.

En 1973, la Asociación de Psiquiatría Americana eliminó a la homosexualidad de las páginas de su manual sobre trastornos mentales. Sin embargo, existen registros de que los ECOSIG derivan en maltrato físico, privación de la libertad, violencia económica y hasta violaciones grupales.

Existen diferentes tipos: las terapias a base de religión y medicamentos, realizadas frecuentemente por instituciones religiosas, incluyen prácticas como rezar. Algunos reportes afirman que las terapias incluyen el consumo de medicinas como Ludomil y Dogmatil, químicos utilizados para tratar desórdenes psicológicos o neurológicos.

La terapia de aversión es una terapia utilizada en años anteriores. Consistía en inyectar al paciente altas cantidades de adrenalina para que ésta le provocara un miedo extremo. Una vez así, proyectar imágenes con contenido homoerótico para provocarle un rechazo.

Un método prohibido, la castración química se realiza con el uso de inyecciones y la ingesta de medicamentos que provocan una disminución en la producción de hormonas, lo cual reduce la libido en el ser humano.

Fuente: infobae

México

Ariadna Camacho “La número 1”: Justicia con rostro humano para todo México

En tiempos donde México necesita confianza y esperanza en sus instituciones, platicamos de frente con Ariadna Camacho, quien aspira a convertirse en magistrada del Tribunal de Disciplina Judicial. Una mujer de trabajo, sencilla en el trato, pero firme en su vocación de servicio. Con años de experiencia en el derecho y en organismos nacionales e internacionales, Ariadna no viene a improvisar: viene a servir.

—¿Qué representa para ti buscar ser Magistrada en esta etapa de tu vida profesional?

“Es un sueño que abraza una enorme responsabilidad. Llegar al Tribunal sería la oportunidad de poner todo lo aprendido para lograr una justicia más transparente, más limpia, más cercana a la gente. La rendición de cuentas no debe ser una frase bonita, debe ser una realidad”.

—¿Qué aprendizajes de tu trayectoria te acompañan hoy?

“Me llevo en la maleta la sensibilidad que da el servicio público y la visión internacional de las mejores prácticas. Pero sobre todo, la empatía. Nunca olvidar que detrás de cada trámite, hay una persona que confía en nosotros”.

—¿Cuál consideras el principal reto del Poder Judicial?

“Recuperar la confianza de la gente. Que sepan que aquí sí hay justicia, que no todo está perdido. Para eso, hay que actuar con transparencia, ser claros, ser humanos y trabajar con todo el corazón”.

—¿Cómo acercar más la justicia a la ciudadanía?

“Hay que hablar su idioma, es el de todos, el que tú y yo consumimos diariamente. Simplificar los procesos, ser más accesibles. Hay que escuchar, acompañar, tender la mano, no solo emitir sentencias”.

—La corrupción sigue siendo un cáncer en el sistema. ¿Qué propones para combatirla?

“Cero, cero tolerancia. Blindar el sistema desde adentro, proteger a quien denuncia, y educar nuevas generaciones que entiendan que ser servidor público es un honor, no un beneficio personal”.

—¿Qué buenas prácticas internacionales deberían replicarse en México?

“La justicia restaurativa: que no solo se castigue, sino que se repare el daño. Y abrir de par en par los mecanismos de rendición de cuentas. Más derechos humanos, más transparencia”.

—¿Qué le dirías a los jóvenes que sueñan con integrarse al sistema de justicia?

“Que estudien, que trabajen duro, pero sobre todo, que nunca olviden que la justicia es para las personas. No es para el escritorio, no es para las estadísticas. Es para cambiar vidas”.

—Por último, Ariadna, ¿cuál es tu compromiso?

“Ser una magistrada que honre la confianza de México. Trabajar con integridad, con pasión y siempre con la frente en alto. Mi compromiso es con la justicia y con la gente, siempre con la gente”.

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