El hermano del sospechoso del tiroteo de Las Vegas, el peor de la historia de Estados Unidos con 50 muertos y más de 500 heridos, dijo este lunes a los medios que la familia nunca sospechó nada y que las autoridades «no encontrarán secretos en su pasado».
«No tenemos ni idea de cómo pudo ocurrir esto», afirmó Eric Paddock a varios medios locales a las puertas de su casa en Florida.
A Paddock, del que apenas ha trascendido información, los agentes lo encontraron muerto en la habitación de su hotel, por lo que consideran que se suicidó tras cometer la matanza.
El hermano del atacante dijo que la familia «no entiende» cómo pudo hacer algo así, ya que Paddock era «simplemente un tipo cualquiera» y «no hay secretos en su pasado».
«Es como si hubiera caído un asteroide sobre nosotros», comentó, entre lágrimas y con dificultad para hablar.
«Cuando investiguen su vida verán que no hay nada qué encontrar», agregó.
Los reporteros le preguntaron si su hermano tenía alguna enfermedad mental y él dijo categóricamente que no.
De la vida de su hermano, solo contó que se había jubilado en Las Vegas porque le gustaban «los juegos de apuestas».
La Policía local informó este lunes en su última rueda de prensa de que el atacante había estado alojado en el hotel desde el 28 de septiembre y que era residente de la ciudad de Mesquita, a una hora de Las Vegas.
En la habitación de su hotel encontraron más de 10 rifles, detalló el jefe de ese cuerpo policial, Joe Lombardo, pero aún no han confirmado si, como apuntan los medios con base en las grabaciones del suceso, atacó con un arma automática, un tipo de arma de fuego que dispara continuamente manteniendo apretado el gatillo.
«No tenemos ni idea de cuáles eran sus creencias», dijo el portavoz de la Policía, quien confirmó que el atacante actuó solo.