Intentó sin mucho éxito ser una estrella de Hollywood, pero al mismo tiempo logró encandilar a altos políticos mexicanos.
Hilda Krüger no solo fue actriz, también fue una espía que colaboró con los nazis en México, apoyada nada menos que por Joseph Goebbels, el ministro de Adolf Hitler para la Ilustración Pública y Propaganda.
Su objetivo no era menor: ayudar a que Alemania tuviera acceso al abundante petróleo mexicano y otros recursos para su plan de invadir la Unión Soviética.
«Ella era mediocre en actuación, pero sí muy hábil para conquistar a la clase alta de esa época», cuenta Juan Alberto Cedillo, historiador y autor del libro «Vida y obra de una espía nazi en México».
Pero esa historia no se limita a la belleza de una mujer rubia y hábil para seducir, fallecida hace 30 años.
También está vinculada al nacionalismo de un país cuya riqueza en hidrocarburos era boicoteada por Reino Unido y Estados Unidos.
Y al resentimiento histórico hacia Washington por la invasión de México a mediados del siglo XIX.
Actriz
Nació en 1912 en Colonia, una ciudad del oeste del país, y con algo más de 20 años logró abrirse espacio como actriz.
Krüger participó en roles menores o intermedios en Alemania, pero no llegó a destacar demasiado en las reseñas de la época.
En la década de los 30 intentó, de forma fallida, consagrarse en la meca del cine comercial estadounidense.
Llegó a casarse con influyentes empresarios de EE.UU., pero no logró el resultado que esperaba en Hollywood.
Además, siempre tuvo presente su deseo de apoyar al Tercer Reich.
«Era mala actriz y tuvo papeles mediocres. Goebbels la promovió en esa época. Fue a Estados Unidos con su venia para hacer papeles menores, pero luego se decide que su rol era más importante en México«, cuenta Cedillo.
Y añade que a la actriz le asignaron el papel de «patriota» en su misión en territorio mexicano aprovechando su belleza.
En México
Varios secretarios de Estado (ministros) mantuvieron amistad con Krüger.
También, de acuerdo con sus biógrafos, conoció a empresarios y a una larga lista de gente influyente.
«Consiguió favores para el acceso a recursos estratégicos como el mercurio. Así ayudó a que se generara contrabando a favor de Alemania. También pasó informaciones militares sobre los movimientos de Estados Unidos», afirma Cedillo.
El historiador explica que entre los múltiples planes del nazismo se encontraba la posibilidad del ingreso a suelo soviético, pero que aquello requería combustible y armas. Y fue por ello, por su relación con los poderosos mexicanos, que Krüger adquirió un rol significativo.
La investigación menciona vínculos de diferentes índoles de la alemana con altas autoridades y personajes del empresariado de ese país.
«Ella llega a México enviada para asegurar el petróleo. Hilda era experta en relaciones públicas y a los mexicanos les encantan las rubias. Se hace la tonta, pero es muy inteligente«, cuenta el investigador.
Krüger, con la guía de Goebbels, fue logrando de a poco favores para el Tercer Reich. «Se involucró con altos funcionarios mexicanos porque desde Estados Unidos le facilitaron contactos. Llegó al más alto nivel».
Cedillo explica que a partir de esos contactos, sobre todo con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), imperante en ese entonces, es que consiguió información que sirvió a Alemania para acceder a recursos energéticos y minerales de México.
Mientras tanto, otros países productores de minerales de Sudamérica cerraron las conexiones comerciales con los nazis. De hecho, países como Bolivia establecieron precios «especiales» de sus materias primas como el estaño para apoyar a la alianza de países enfrentados con Alemania.
¿Por qué México?
Pese a su cercanía geográfica, la Alemania nazi quedó en las antípodas ideológicas de la URSS.
Y el proyecto de expansión de Hitler incluía tomar posiciones estratégicas en territorio ruso.
La Unión Soviética recién se afianzaba como potencia mundial, mientras los nazis evaluaban diferentes formas de expandir su poder geopolítico a lo largo de Europa.
Todo ello suena muy alejado del México que vivía los años tardíos de su revolución (1910), la primera del siglo XX en América Latina, y que fue llevó a la expropiación estatal de los recursos naturales de ese país.
Ya venía, además, de la intervención estadounidense entre 1846 y 1848, en la que México perdió una significativa parte de su territorio y marcó hasta ahora a la política mexicana.
En 1938, México nacionalizó su petróleo (otro hito para la historia latinoamericana).
Sin embargo, el problema inmediato fue el boicot estadounidense y británico a su industria.
La famosa «expropiación» del presidente Lázaro Cárdenas puso a México en la contienda geopolítica y, en los primeros años de la Segunda Guerra Mundial, eso les fue útil a los nazis.
«El nacionalismo mexicano era toda una bandera que duró hasta la década del 80», indica Cedillo.
Después de la invasión alemana a Polonia (1939), el contrabando energético mexicano se convirtió en «estratégico» para la Alemania nazi.
«Es vital para Hitler. Fue fundamental para que reforzaran sus fuerzas armadas. Las invasiones posteriores necesitaban una industria bélica y esta se alimentaba en parte desde México», cuenta el escritor.
Además del petróleo, el mercurio y el aluminio no solo se usaban en la generación energética, también sirvieron para la producción de aviones.
Después, en 1940, la nación norteamericana se unió a la alianza para derrotar a Hitler como rechazo al ataque de la Armada Imperial Japonesa a Pearl Harbor.
Ocaso
Goebbels se suicidó en 1945, escondido en un búnker después de envenenar a todos sus hijos.
Krüger no llegó más lejos en su carrera y se la recuerda más como agente política que como actriz.
«Empezó a sufrir en los 50 porque se conocieron las atrocidades de los nazis. Después de los juicios (de Nuremberg) sufrió por ser parte de eso. Ella se sintió parte, pese a que no sabía todo lo que pasó, de esos crímenes», cuenta Cedillo.
Muy lejos de las pantallas, falleció en una población pequeña en el norte de Alemania en 1991.
Y su paso por suelo mexicano, señala Cedillo, todavía es recordado entre las élites mexicanas.
Campos de detención: el terrible plan de Trump contra los migrantes
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender las alarmas en el ámbito migratorio al adelantar un plan que, de concretarse, marcaría un giro radical en la política de deportaciones de Estados Unidos. Sus recientes declaraciones apuntan a la creación de un sistema masivo de detención y expulsión, respaldado por el ejército, lo que ya ha generado controversia entre expertos, activistas y políticos de todas las esferas.
Una emergencia nacional para deportaciones masivas
Trump, quien regresará a la Casa Blanca en 2025, reafirmó en la plataforma Truth Socialque su administración estaría preparada para declarar un estado de emergencia nacionalcon el objetivo de enfrentar lo que ha llamado «una invasión permitida por Joe Biden».
Esta declaración se suma a los comentarios de Tom Fitton, director de la organización conservadora Judicial Watch, quien sugirió que se utilizarían recursos militares para implementar un programa de expulsiones masivas. El expresidente respondió tajantemente: «¡Es verdad!».
El alcance de este plan incluye el despliegue de la Guardia Nacional y, si es necesario, tropas federales. «La Guardia Nacional debería ser capaz de encargarse de las deportaciones; si no, usaría el ejército», afirmó Trump en una entrevista con Time en abril.
Durante su presidencia, Trump endureció significativamente las políticas migratorias, pero sus nuevas propuestas revelan un nivel de agresividad sin precedentes. A esto se suma, la idea de establecer «campos de detención» en Texas, en donde se albergaría a los migrantes antes de ser deportados.
Texas ofrece tierras para la construcción de campos de detención masiva
La comisionada de la Oficina General de Tierras de Texas, Dawn Buckingham, ha propuesto una medida que podría convertirse en el primer paso hacia la creación de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
En una carta dirigida al presidente electo Donald Trump, Buckingham ofreció al gobierno 567 hectáreas de tierra ubicadas en el condado de Starr, cerca de Rio Grande City, para la construcción de instalacionesdestinadas a procesar, detener y deportar a migrantes de manera masiva.
Este terreno, que actualmente se utiliza para cultivos agrícolas como cebollas, canola y maíz, sería destinado a albergar campos de detención, una propuesta que ha generado gran controversia en medio del debate migratorio.
Buckingham destacó que la Oficina General de Tierras de Texas está lista para colaborar con el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales para hacer realidad este proyecto, el cual se alinea con los planes de Trump para reforzar las políticas de deportación y control fronterizo.
Sheinbaum reacciona a deportaciones masivas y campos de detención
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su desacuerdo con laspolíticas migratorias propuestas por Donald Trump, especialmente en relación con la posible deportación masiva de migrantes y la construcción de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
Durante su conferencia de prensa mañanera, Sheinbaum destacó que su gobierno no acepta que los migrantes sean tratados como criminales, subrayando que existen instituciones de justicia para abordar estos temas de manera adecuada.
«Primero, evidentemente no estamos de acuerdo en que se trate a los migrantes como criminales, para eso existen las instituciones de justicia en cualquier lugar del mundo», afirmó la mandataria, quien también enfatizó la relevancia de la contribución de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
En este sentido, Sheinbaum detalló que su administración tiene cuantificados los beneficios que estos migrantes aportan al país vecino, tanto a nivel laboral como en términos de impuestos.
Como parte de las preparaciones para un posible cambio de administración en Estados Unidos, Sheinbaum informó que su gobierno trabaja en un plan para enfrentar la eventualidad de deportaciones, asegurando que, en caso de que se den, México está listo para recibir a los connacionales deportados.
«En caso de que hubiera deportaciones nosotros vamos a recibir a las y los mexicanos, tenemos un plan para ello, pero vamos a trabajar previo a ello que no tienen por qué deportarse a nuestros connacionales, que al contrario, benefician incluso la economía de Estados Unidos», añadió.
Además, la mandataria anunció que, en los próximos días, se celebrará una reunión con su gabinete para definir los temas clave que se tratarán con el equipo de Trump una vez que este asuma la presidencia, entre los que se incluyen la seguridad, el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como cuestiones culturales y de amistad bilateral.