Faltan apenas 61 días para el comienzo de los Juegos Olímpicos de Tokio y sin dudas una de las actuaciones más esperadas será la de Simone Biles. Pero como aperitivo de la expectativa en torno a su irrupción en la cita olímpica, la ya legendaria gimnasta norteamericana entregó una enorme porción de su talento durante la tradicional competencia US Classic que se celebró en el Indiana Convention Center de Indianapolis con un salto para la historia: por primera vez, una mujer logró realizar el Yurchenko Double Pike en un certamen oficial.
Lo hecho en esta ocasión tiene un condimento extra: la deportista de 24 años había competido oficialmente por última vez en el Campeonato Mundial de Gimnasia de 2019 que se realizó durante octubre de ese año en Stuttgart, Alemania.
Existía mucha expectativa en torno a su reaparición en las competencias porque ya en febrero del año pasado se había filtrado un video de Biles llevando adelante este salto denominado Yurchenko Double Pike durante un entrenamiento. Según informó el The Washington Post, ninguna gimnasia en la historia había podido realizar este salto en una competencia. Ella probó “hace años” por diversión llevarlo a cabo pero sólo recientemente consideró implementarlo en una competencia, consignó el medio. Durante sus últimas prácticas antes de salir a la pista, Simone ensayó en al menos dos ocasiones esta prueba, a juzgar por los videos que se viralizaron durante los días previos al inicio del certamen.
Simone Biles brilló en el US Classic gymnastics de Indianapolis (Foto: AP)
“Nunca en un millón de años pensé que iba a ser factible. Era solo un juego. Siento que ahora soy un poco mayor mental y físicamente. Me siento preparada y lista”, había declarado en la previa sobre este salto que requiere una entrada en la mesa de salto hacia atrás y dar tres vueltas completas antes del aterrizaje.
“Ayer ella dijo que quería que su gimnasia hablara por ella. Bueno, la reina ha hablado”, la elogiaron en la transmisión del evento.
Independientemente de su paso por Indianapolis, todavía le quedan dos apariciones deportivas más ya que se espera que participe de los campeonatos de Estados Unidos (del 3 al 6 de junio) y en las pruebas olímpicas (del 24 al 27 de junio) que servirán como antesala al inicio de los Juegos de Tokio que tendrán su punto de partida el 23 de julio, aunque 24 horas más tarde se abrirán las pruebas de gimnasia.
La esperanza estará centrada en volver a ver otra actuación histórica de Biles en Japón, teniendo en cuenta que asombró al mundo durante Río de Janeiro 2016 con sus cuatro medallas de oro y una de bronce.
“En gimnasia, se ha hecho casi todo, así que cuando se traspasan los límites hay un factor de riesgo: riesgo frente a recompensa. La gimnasia puede ser un deporte peligroso, así que tienes que ser inteligente. Me alegro de tener excelentes entrenadores que me guían, me ayudan a ser creativa y superar esos límites”, le había dicho a People en marzo del 2020 esta atleta que ostenta 19 medallas doradas en mundiales de gimnasia.
La prueba lleva el nombre de Natalia Yurchenko, una gimnasta rusa que realizó este salto en la década del 80. Sin embargo, Biles ha elevado la complejidad de la prueba y grabó su nombre a fuego en la disciplina una vez más tras 587 de inactividad.
“Fue realmente estresante, pero estoy feliz de estar de vuelta aquí”, le reconoció a NBCSN antes de sentarse y festejar que sigue marcando una época. La gimnasta más condecorada –tanto entre hombres como en mujeres– en los mundiales con 25 medallas, según el USA Today, llegará con mucha motivación a Tokio.
Simone Biles alimentó la expectativa en torno a su participación en los Juegos de Tokio (Foto: AP)
“Red Bull está arrepentido de mi salida”: Checo Pérez rompe el silencio y lanza críticas a su exescudería
Sergio “Checo” Pérez ha hablado, y lo ha hecho sin rodeos. En una entrevista con el pódcast Desde el Paddock, el piloto mexicano rompió el silencio sobre su polémica salida de Red Bull y lanzó una serie de declaraciones que revelan tensiones internas y una clara sensación de traición por parte de su antigua escudería.
“Cuando firmo yo el contrato en Mónaco, a partir de la siguiente carrera ya todo el mundo hablaba de mi futuro, ¡y aún tenía un contrato firmado con Red Bull!”, señaló Pérez con visible frustración. Para él, el equipo austriaco no hizo nada por respaldarlo públicamente en un momento en que las especulaciones mediáticas comenzaron a erosionar su posición dentro del equipo. “Hubiese sido tan fácil como que ellos me hubieran protegido y dijeran: ‘Sabes que, tenemos un piloto firmado por los próximos dos años’”.
Checo apuntó directamente a la presión desmedida como uno de los factores que afectaron su rendimiento y el ambiente en su lado del garaje. “Esa presión llegaba muchísimo a los ingenieros del equipo y eso al final nos acabó costando mucho”, explicó, agregando que fue Red Bull quien generó esas condiciones. “Se tomaron esas decisiones porque había demasiada presión, una presión que ellos mismos acabaron generando, pero sé que en el fondo están muy arrepentidos”.
Al ser cuestionado de forma directa sobre si su salida fue injusta, Pérez respondió con un tajante: “Sí”. Luego explicó que, aunque se trató de una de las épocas más competitivas de la Fórmula 1, el equipo fue perdiendo cohesión. “Teníamos un gran equipo, pero poco a poco se vino todo abajo. No dominamos como lo hizo Mercedes porque la diferencia en el motor era mínima, aunque construimos uno muy potente. Cuando Adrian Newey se fue de Red Bull, empezaron los problemas”.
A pesar de todo, Checo no escatimó elogios para su excompañero Max Verstappen. “Max se merece todo el éxito que está teniendo. Es un piloto increíble y muy poca gente entiende su forma de trabajar: es excepcional”, dijo, dejando claro que su conflicto no es con el neerlandés, sino con la gestión interna del equipo.
Sobre su futuro, el piloto tapatío fue reservado, aunque dejó entrever que solo consideraría volver a la Fórmula 1 con un asiento titular garantizado. “Si llega el proyecto donde sienta que tengo que estar o que debo estar… No quiero estar viajando por todo el mundo de tercer piloto o esperando una oportunidad”.
Con estas declaraciones, Checo Pérez no solo deja ver las heridas abiertas tras su paso por Red Bull, sino que también se posiciona como un agente libre con condiciones claras para regresar al gran circo. El 2026 aún está lejos, pero las escuderías ya saben que, si quieren contar con Checo, tendrán que ofrecerle algo más que un simple volante de reserva.