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Resto del mundo

Hombre que envió bombas a Obama y Hillary se declara culpable

César Sayoc, acusado de enviar 16 paquetes bomba de fabricación casera a 13 figuras públicas, entre ellas el expresidente de Estados Unidos Barack Obama y la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, se declaró este jueves culpable ante un juez de Nueva York, confirmó a Efe la Fiscalía.

En su comparecencia ante el magistrado Jed Rakoff de la Corte Federal de Manhattan, Sayoc aseguró sentir lo ocurrido.

Lo siento, de verdad», dijo Sayoc, según cita el canal local NBC.

Un gran jurado federal de Estados Unidos imputó el pasado 9 de noviembre con 30 cargos a Sayoc.

Así son los artefactos explosivos enviados a Hillary y Obama

Seis días después, el acusado, de 56 años de edad, se declaró no culpable de todos los cargos ante Rakoff.

En un principio, estaba prevista una comparecencia de Sayoc para comenzar los preparativos del juicio, pero esta se cambió el pasado 15 de marzo, después de que el acusado mostrara su intención de declararse culpable.

Entre los delitos que se le imputan están el uso de un arma de destrucción masiva por lo que podría ser condenado a cadena perpetua, el transporte de explosivos entre estados, por lo que podría pasar hasta 20 años en la cárcel, o el uso ilegal del correo, que podría suponerle hasta 10 años.

Excelsior

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Restauración de la Virgen Macarena en Sevilla desata polémica por cambios en su imagen

Sevilla — La emblemática Virgen de la Macarena, venerada en la basílica del mismo nombre en Sevilla, generó una fuerte controversia tras una reciente restauración que modificó su apariencia. Conocida por su devoción popular y por ser una figura central en la Semana Santa sevillana, la estatua de madera del siglo XVII fue retirada en junio por los miembros de la Hermandad de la Macarena, responsables de su cuidado desde hace siglos, para recibir algunos retoques.

Lo que debía ser una restauración discreta terminó transformando su rostro. La figura regresó con cambios notables: pestañas más largas, un efecto ahumado en la mirada y alteraciones en la piel y la forma de la nariz. Estas modificaciones provocaron indignación entre los sevillanos, quienes consideran que la Macarena no debía “maquillarse” ni alterar su imagen tradicional.

El descontento se hizo visible en bares de tapas y espacios públicos, donde es común ver pósters de la Virgen y medallas o pulseras con su imagen. La polémica se extendió entre los locales que siguen religiosamente las transmisiones de la procesión de la Macarena previas a la Semana Santa, transmitidas en bucle por televisión.

La restauración buscaba preservar y embellecer la estatua, pero para muchos fieles la intervención rompió con la esencia histórica y espiritual de la Virgen, generando un debate sobre los límites de la conservación artística frente a la tradición religiosa.

Este episodio resalta la profunda conexión cultural y emocional que Sevilla mantiene con la Macarena, recordando que cualquier cambio en la imagen venerada puede provocar reacciones intensas entre quienes la consideran un símbolo inalterable de fe y patrimonio histórico.

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